La Plaza de Bolívar fue literalmente copada este miércoles 11 de mayo por indígenas de la comunidad Wayuu. Un grupo de mujeres wayuu que vestían mantas negras, ocuparon la parte oriental de la plaza, cerca de la catedral primada de Colombia.


Estas mujeres, entre quienes se encontraba la representante a la Cámara Ángela Robledo, realizaban un ritual, como manifestación de protesta por la muerte de miles de niños de las etnias wayuu, embera y Jiw, entre otros.

"Entre Mantas y Llantos" es el nombre del movimiento que usando centenares de ataúdes blancos y cafés, buscaban resignificar el dolor de los pueblos indígenas por la muerte de sus niños, en su gran mayoría por la negligencia y la omisión estatal y ante la mirada indolente de las autoridades políticas, legislativas, judiciales y eclesiásticas representadas en cada uno de los costados de la plaza de Bolívar.

"La jornada incluyó varios momentos que mezclaron el despertar de las semillas alrededor de la estatua de Simón Bolívar, un espiral gigante de personas que se tomó el espacio de la plaza en varios sentidos, sonidos de llamado y fúnebres con maguaré, cacho de venado, caracol, carrizo y flauta, ambiente musical que le imprimió un aire de magia y colorido al evento de protesta en pleno centro de la capital colombiana....

"Luego de este performance inicial, se dio paso al momento del lloro y la intervención de voceros y voceras por cada una de las organizaciones y movimientos que hicieron parte de la convocatoria. Inicialmente, se escuchó la voz de la lideresa Wayuú Remedios Uriana, quien anunció que la protesta "es el llanto de miles de mujeres Wayuú que han parido hijos que no pudieron crecer. Lloran la muerte de sus hijos para honrarlos, reconocerlos y permitirles que descansen en paz"....

"Ruth Consuelo Chaparro, por la Fundación Caminos de Identidad (FUCAI); Luis Fernando Arias, consejero Mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC); Ángela María Robledo, representante a la Cámara; Matilde López Arpushana, lideresa del Pueblo Wayuú; entre otros, fueron los encargados de llevar la vocería en esta jornada que cumplió su objetivo de sentar una voz de protesta contra situaciones que de manera sistemática han denunciado las organizaciones indígenas de Colombia.

El senador Luis Evelis Andrade Casamá reiteró su compromiso de seguir apoyando las manifestaciones de rechazo en contra de la muerte de niños y niñas indígenas en diversos sectores del país, situación que debería convocar el respaldo de la Nación colombiana para llamar la atención sobre un hecho que ha sido calificado como una calamidad pública en pleno siglo XXI.

Al otro lado de la Plaza, cerca al Palacio Liévano, un grupo de mujeres Wayuu, vestidas con mantas rojas acompañaban al grupo de indígenas Wayúu que habían arribado a la capital desde el dia anterior, para denunciar los problemas que tienen en materia e salud, educación la desnutrición de niños e incluso adultos, la carencia de recursos y la pobreza estructural que aqueja a estas comunidades ubicadas en la parte norte del país.

Muchos de estos indígenas pernoctaron en la Plaza y padecieron las inclemencias del frío, el hambre y la desidia estatal para asumir responsablemente sus demandas.

A pesar del color de las mantas de uno y otro grupo de indígenas en su mayoría mujeres, el rojo y el negro que lucían estas mujeres wayuu solo querían llamar la atención sobre la cruda realidad que viven los pueblos indígenas que ven morir a sus hijos por una enfermedad peor que la desnutrición o la malaria: la corrupción

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