La escolarización de los niños y niñas de los grupos étnicos[1] es un tema indudablemente primordial en una sociedad donde el estatus minoritario se define por relaciones de subordinación de poder con la sociedad mayoritaria. La escuela es un agente socializador del Estado que transmite el concepto normalizado y canonizado de la cultura, y que suele responder dogmática y etnocéntricamente a elaboraciones culturales “desviantes”. Por eso, la relación del sistema educativo con los grupos étnicos es fundamental para lograr los objetivos del Estado. (Juliano 1991: 282)

 

La escuela y los profesionales de la educación, desempeñan un rol mediador porque son, en muchos casos, los primeros que se ponen obligatoriamente en contacto con ciertos grupos étnicos. (Carrasco, 2001) es decir, es en el entorno escolar donde se establecen relaciones interculturales e interétnicas obligatorias entre los niños y niñas de los grupos étnicos e inmigrantes (por ejemplo en caso de migraciones de lo rural a lo urbano por razones económicas o de desplazamiento, entre otros). En este sentido, la escuela tiene una función ambigua porque, por un lado, da formación para poder navegar en la sociedad global y al mismo tiempo, enseña los valores según los cuales la sociedad jerarquiza y discrimina a los grupos étnicos.

 

Los Rom de manera esporádica llevan algunas décadas presentes en el sistema educativo de Colombia, sin embargo, en contraste con la formación endógena que viene desempeñando un rol más significativo que la educación institucionalizada o exógena. Mientras hoy en día la gran mayoría de los niños y niñas Rom asisten en algunos casos a la básica primaria y en otros a los primeros años de primaria, los padres y madres, abuelos y abuelas de éstos, generalmente no conocen el funcionamiento de la escuela y en algunos casos si la conocieron es por que tenían algún grado de escolaridad, y a su vez ésta se restringía a los primeros años, en los que se obtienen los conocimientos elementales (lectura, escritura y cálculo). Esta escolaridad generalmente no era de carácter continuo y estructurado, sino más bien ocasional y con muchos cambios, generalmente por el caracterizado nomadismo de los hogares Rom. Como consecuencia, los padres de los alumnos que ahora cursan la primaria, no ven en estos primeros años de escolarización una perspectiva académica y laboral de futuro, de hecho sólo lo valoran por su utilidad puntual. Este fenómeno debe destacarse, ya que se trata de un cambio muy importante porque la presente población estudiantil Rom es la primera generación que tiene --en gran número-- continuidad escolar al menos hasta el quinto grado.

 

Los incipientes análisis, que se han elaborado acerca de la educación del pueblo Rom de Colombia, se han enfocado por un lado, en la educación endógena y la trasmisión tradicional de los conocimientos y oficios, y por el otro, en las dificultades que la educación institucionalizada presenta a los niños y niñas Rom y a sus familias. Este segundo enfoque se refiriere al choque cultural entre el grupo étnico y el agente socializador que es el Estado, es decir, a las discontinuidades que se presenten entre el entrono familiar y el escolar.

 

La investigación en curso, trata de observar y analizar las oportunidades y los obstáculos que la propia escuela y el sistema educativo presentan sobre la continuidad académica del pueblo Rom. Los siguientes datos estadísticos se basan en un censo realizado por PROROM en 2004 en la kumpania de Bogotá. Las cifras aluden al año académico de 2004. Los comentarios y análisis son unos hallazgos preliminares de una investigación antropológica en curso sobre el tema.

  

 En el presente capítulo, primero se dan a conocer los fenómenos más importantes de la situación escolar del alumnado Rom de Bogotá. Luego se señalan algunos aspectos claves que pueden tener influencia en la escolaridad de esta población, como el estatus social, el grupo de estudiantes, el género, la experiencia académica de los padres, la tradición escolar familiar, el funcionamiento de los centros educativos y los aspectos legales, entre otros. Tras revisar las propuestas que los representantes del pueblo Rom desarrollaron en el campo de educación, el análisis se centrará en el funcionamiento de un colegio donde acude el mayor número de alumnado Rom en Bogotá. El capítulo se cierra con algunas recomendaciones para aquellos que se implican en el mejoramiento de las condiciones socioeducativas del pueblo Rom de Colombia.

 

 

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[1] En Colombia se tienen reconocidos cuatro grupos étnicos: Pueblos Rom, Raizal, indígenas y afrodescendientes.

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