Honorables Magistrados

 

Es para nosotros una obligación ética impostergable comunicarles nuestro respaldo y reconocimiento en estas horas difíciles. Desde la perspectiva de los pueblos indígenas, en particular de la Consejería de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN –Cxab Wala Kiwe-), la función de la Honorable Corte Constitucional es indispensable para garantizar el respeto al contenido y al espíritu de la Constitución Política de 1991.

 

En la memoria de nuestra lucha, desde el dolor, desde las infamias consecuencia de la persecución inclemente cruel y sangrienta contra nuestra esencia y nuestro ser, logramos sumar más de 500 años de amargura y resistencia y llevar nuestra palabra hecha principios a la Asamblea Nacional Constituyente y tejerla con las otras palabras y experiencias que allí participaron. Logramos que esa palabra desde el dolor y el compromiso fuera escuchada como principio orientador de los Gobiernos y del Estado. Sabemos que allí hay otras palabras, otros principios, otras historias, otros dolores. Sabemos que en la Constitución Política también hay otros poderes, otras fuerzas e intereses que aún intentan negarnos la voz, la experiencia y la vida. Pero en esa Carta y desde ella, han tenido que coexistir con nosotros y con otros y con todos y desde allí tendrán que hacerlo de ahora en adelante, mientras la verdad de lo multiétnico, de lo pluricultural no vuelva a ser negada y encubierta. Por eso entendemos que atacar y destruir la Honorable Corte Constitucional es negar la Constitución Política y negarnos a nosotros el mínimo espacio ganado donde se nos respeta el derecho a vivir y a participar como pueblos autónomos y fraternos de todos los pueblos que son el tejido vivo de esta nación. Enterrar la Corte Constitucional es pretender enterrarnos a nosotros, a nuestro pasado de lucha y resistencia, a nuestro futuro colectivo de vida.

 

Por esto y desde nuestro corazón en el territorio ancestral decimos esta palabra: Honorables Magistrados de la Corte Constitucional, la agresión contra la Corte es una agresión contra nuestra esencia y una ruptura de los acuerdos que hacen posible la coexistencia entre todos y todas desde nuestras diferencias y riquezas. Desde el saber ancestral y la ley de origen defendemos este lugar de encuentro de los pueblos. Frente a nosotros, ustedes tienen la obligación y el mandato de interpretar desde la Carta las diferencias, reconociéndolas para hacerlas respetar de modo que la coexistencia en justicia sea posible. No toleramos que se amenace la Honorable Corte y se pretenda someter la Constitución a intereses minoritarios y autoritarios.

 

El Derecho Propio de nuestros pueblos apenas empieza a reconocerse y a respetarse. Nos negamos a transitar hacia la intolerancia y el egoísmo que se imponen por la fuerza, porque nos empeñamos en recorrer el largo camino de la coexistencia que requiere de las enseñanzas y deliberaciones que informen sus sentencias desde una interpretación cada vez más acertada y respetuosa del espíritu de la Constitución. Para nosotros, desde la ACIN- Cxab Wala Kiwe, la Honorable Corte es un espacio de aprendizaje y práctica. La historia y la memoria exigen que la sabiduría suplante a la ignorancia y al egoísmo por el diálogo con los pueblos que hacen nuestro país y desde allí la Corte adquiera la mayoría de edad que nuestra sociedad le reclama para que se respete y se defienda la vida, se alcance la justicia y se consolide el tejido de nuestras autonomías.

 

Ofrecemos desde el Derecho Propio, la Ley de Origen y desde nuestra Autonomía, nuestra solidaridad y respaldo a la Honorable Corte Constitucional y rechazamos las intenciones autoritarias de quienes pretenden destruirla.

 

Sinceramente,

 

 

Giovanni Yule

Consejero Mayor

ACIN – Cxab Wala Kiwe

 

 

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