Como un mal augurio calificó Luis Evelis Andrade, presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), los hechos de sangre que enlutan a varias comunidades indígenas del país sucedidos en lo poco que lleva de transcurrido el 2004.

Las primeras denuncias hablan de 25 indígenas muertos. Alrededor de este hecho, el ejecutivo de la ONIC le dijo a Actualidad Étnica que se tejen tres posibles causas:

“La primera es que se trató de una matanza cometida por grupos al margen de la ley que se desplazaban por la zona. La segunda, según información de indígenas de la región, es que al parecer hubo una riña interna que se desató a partir del asesinato de una niña por parte de su padre, y éso dio lugar a que se diera una pelea que arroja como saldo, la muerte de ocho personas. La última, resultado de las averiguaciones que hemos  hecho a la gente de Palmarito, que no se atreven a dar su identidad por seguridad, es que en los últimos días parece que se ha movido una columna de un frente insurgente por la zona, y hace cuatro días el ejército pasó con aviones haciendo sobrevuelos y disparando en una posible confrontación con grupos ilegales”.

La confusión, además, se genera porque hasta el momento nadie ha confirmado nada. La policía no tiene información, ni el ejército, ni la Procuraduría, ni la Defensoría del Pueblo; nadie tiene nada en claro. La Defensoría regional conformó una comisión para que se desplace a la comunidad de Sabanita, como también el ejército envió varias unidades militares para asegurar la zona. 

 “También se están haciendo las gestiones necesarias para conformar, de manera urgente, una Comisión Interinstitucional acompañada de la ONIC, para que se desplace hasta el lugar, proporcione detalles para verificar con mayor precisión lo que sucedió. A partir de esta información, se debe concretar cuál va ser el proceso intervención del Estado en la zona, el proceso de acompañamiento a las comunidades, porque si las muertes se produjeron a mano de grupos armados ilegales de todas maneras hay que hacer el proceso de investigación. Si el ejército tuvo que ver algo en los hechos, que espero que no sea así, nosotros haremos las respetivas denuncias. Por otro lado, si tuvo que ver con una rencilla entre miembros de la comunidad, tenemos que coordinar con el Estado el proceso de acompañamiento a la misma”, ratificó el presidente de la ONIC.

 Por otro lado, Gabriel Muyuy, Defensor Delegado para las Minorías Étnicas de la Defensoría del Pueblo sostuvo que aún no hay mayor información de la comisión de verificación encabezada por el Defensor Regional del Vichada, Daniel Santoque, que partió a la zona el pasado lunes 19 de enero.   

Lo que sí está claro es que en el último año el país ha experimentado un incremento sustancial en las violaciones a los derechos humanos, además del señalamiento y detenciones por parte de entidades del Estado contra dirigentes y líderes indígenas en departamentos como Putumayo, Valle del Cauca, Cauca, Arauca, entre otras zonas.

Para la dirigencia indígena el panorama en materia de derechos humanos no es muy halagüeño, toda vez que observan con reservas los efectos que puedan tener la reglamentación de l estatuto Antiterrorista, donde se implementarán y entrarán en vigencia medidas como las facultades de policía judicial a las fuerzas militares

¿Quiénes son los Sikuani?

Ubicados en los departamentos de Vichada y Meta, al igual que otras etnias que se asientan en la región, habitan sobre zonas sabaneras y boscosas. Conocidos también como Guahíbos, el pueblo Sikuani tiene una población de aproximadamente 40 mil personas, repartidos en un perímetro de 2.117.532 hectáreas. A su vez, el pueblo Sikuani comprende a una serie de grupos conocidos como Momowi. Aunque presentan diferencias dialectales muy mínimas entre ellos, todos los grupos pertenecen a la familia lingüística Guahíbo.

El sistema de representación Sikuani tiene en la figura del Chamán al principal personaje de la vida ritual y espiritual de la etnia. Desde esa perspectiva, el Yopo es la principal planta psicotrópica, fundamental en la realización de cualquier ceremonia o ritual, aunque también es utilizada en actividades de tipo social. El consumo de Yopo, durante las ceremonias, va acompañado del consumo de tabaco y de otras plantas alucinógenas. Los Sicuani son principalmente agricultores, siendo la yuca la base de su alimentación.

En los grupos Sikuani prevalece un tipo de organización familiar fundada en la autoridad del suegro. La unidad de producción y consumo y la unidad residencial están constituidas generalmente por una pareja adulta, los hijos e hijas jóvenes y las hijas casadas, con sus respectivas familias. Con el crecimiento del grupo, los yernos tienden a construir viviendas separadas.