Las declaraciones que hiciera en días pasados Monseñor Héctor Fabio Henao, Director de Pastoral Social Nacional, acerca de la muerte de 16 niños indígenas; las denuncias que elevaron las organizaciones OWYBT y Gonawindua Tayrona; y la muerte de una niña de seis meses de edad, hija del líder kogui, José Evangelio Conchacalá, en el Hospital Nuestra Señora de los Remedios, de Riohacha Guajira; prendieron las alarmas sobre alta incidencia de tuberculosis y desnutrición en la Sierra Nevada de Santa Marta.

 

Por esa razón, a las seis de la mañana del día de hoy, del Batallón Buena Vista en el municipio de Distracción, al sur del departamento de la Guajira, partió una comisión integrada por un equipo médico y delegados de instituciones del orden municipal, departamental y nacional para verificar la situación de salud de las comunidades indígenas más alejadas en la Sierra Nevada, como las de Mamarongo, lugar en donde se presentaron la muerte de 14 niños entre abril y julio de este año; 2 niños más murieron en la también comunidad kogui, Lunímake.

 

La “Jornada Interinstitucional”, que fue convocada por la Secretaría de Asunto Indígenas del Departamento de la Guajira, cuenta con la participación de Edwuard Álvarez (Alto Consejero de la Presidencia); Carolina Alvarado (Programa de Acción Social-Presidencia); Claudia Cuevas (Ministerio de Protección Social y Instituto Nacional de Salud); Alejandra Campos (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF); Wilson Rojas Vanegas (Secretario de Gobierno); Orlando Sáenz Cuello (Secretaría de Asunto Indígenas); Juan Mamatacan (Cabildo Gobernador, Organización Gonawindua Tayrona, OGT); Víctor Loperena (Gerente de la ARS indígena Dusakawi); Mayor José Henrry Martínez (Oficial de Derechos Humanos de la Décima Brigada del Ejército Nacional); y un equipo conformado por 2 médicos, 1 nutricionista, 1 bacterióloga, 1 enfermera y promotor de salud.

 

Durante dos días el equipo médico llevará a cabo los estudios de campo para verificar el estado nutricional de la comunidad, tomará las muestras que permitan hacer un diagnóstico de las enfermedades que aquejan a los indígenas y tratará de establecer la causa de las muertes.

 

El Secretario Departamental de Salud de la Guajira, Cesar Ballesteros García, aseguró que se realizarán los exámenes para determinar la presencia de Tuberculosis. Según Ballesteros, como resultado de la visita se espera concertar acciones con las autoridades indígenas para dar solución a esta problemática, pues hasta el momento han tenido algunas dificultades en la coordinación de tareas. “Tan sólo hace 2 meses una comisión integrada por la Organización Panamericana de la Salud, OPS y la Secretaría Departamental de Salud, íbamos a subir, pero en el último momento nos dijeron que no teníamos el aval de las autoridades indígenas para llevar a cabo esta misión, así que tuvimos que cancelarla”.

 

Orlando Saenz Cuello, coordinador de las acciones en la Sierra Nevada de la Secretaría de Asuntos Indígenas del departamento de la Guajira, informó que la muerte de los 14 niños de Mamarongo representa una verdadera pérdida, más aún si se tiene en cuenta que esta es una comunidad conformada por 540 personas.

 

Saenz Cuello lamentó que no se pudiera realizar la jornada como se había planeado. “Se pretendía subir a Mamarongo en dos equipos. Uno de ellos ascendería por tierra, y el otro llegaría directamente en helicóptero. Sin embargo, se espera que prontamente se realicen otras visitas a las demás comunidades de los indígenas kogui y wiwa, que habitan la región”.

 

Por su parte Víctor Loperena, Gerente de la EPS indígena Dusakawi, manifestó que el problema no es de tuberculosis, sino de hambre. “No se trata de medicinas o atención médica, allá lo que falta es comida. La comunidad de Mamarongo está prácticamente en los picos, en donde no hay nada de comer y sí a esto se le suma la presencia de actores armados, el problema es otro”. Por esa razón Loperena se manifestó satisfecho de que a la jornada interinstitucional asistieran representantes del gobierno central. “Es muy bueno que el gobierno se de cuenta de las dificultades que tenemos allá arriba. En terreno las cosas son distintas. Los occidentales creen que lo más importante es la medicina, pero las cosas aquí no son de ese modo”.

 

Frente a los señalamientos que se le han hecho, Santos Sauna, gerente de la IPS Gonawindua Ette Enaka, entidad contratada por Dusakawi para la atención en salud de estas comunidades, dijo que sí han adelantado comisiones con equipos médicos en las zonas más bajas porque las mismas autoridades les han advertido sobre los problemas de seguridad. “No hemos podido penetrar en Mamarongo por problemas de orden público, además de la presencia de la FARC y ELN en la parte de arriba, a veces hemos tenido dificultad con el ingreso de medicinas debido a las restricciones del Ejército. La Sierra es muy grande y muy complicada y eso incide directamente en la prestación del servicio”, puntualizó.

 

Juan Carlos Gamboa, coordinador para la Sierra Nevada de Santa Marta del Programa Presidencial para los DDHH y el DIH, afirmó que en el caso de la muerte de los niños indígenas, la responsabilidad le cabe a la organización indígena y  la IPS encargada de prestarles a estas comunidades el servicio de salud, del mismo modo que a las secretarías de salud municipal y departamental. “Ha faltado coordinación de las IPS indígenas con las secretarías de salud para hacer acciones conjuntas y evitar la duplicación del trabajo. Existe un verdadero problema de falta de concertación que no permite actuar rápidamente”.

 

Señaló que la tuberculosis se detectó hace mucho tiempo en la zona y no es un problema que tomé por sorpresa a nadie. Por el contrario, pareciera que en algún momento se terminó por aceptar a la enfermedad como algo “tradicional” de estas comunidades.

 

“La tuberculosis no hace parte de los usos y costumbres de los kogui, ni de ningún pueblo indígena de la Sierra, al igual que la desnutrición no es consecuencia de la condiciones culturales. La falta de una alimentación balanceada se debe a las difíciles condiciones de vida de estas poblaciones. La dieta depende de las condiciones de la gente y no de la cultura”.

 

Gamboa aseguró que es necesario propiciar un debate al interior de las comunidades para se den transformaciones en el hábitat de los indígenas, sin que se afecte sus tradiciones y altere su cosmovisión, pero que al tiempo facilite la intervención médica acorde al contexto étnico. La cultura, dijo, no es un obstáculo. “Hay que capacitar y trabajar en la prevención, y eso le corresponde directamente a la organización que en este caso es Gonawindua Tayrona”.

 

A pesar de la lamentable situación, los casos de los niños indígenas, ha puesto de manifiesto una problemática que todos conocen, pero que pocos han asumido. Además de la inexistencia de vías de acceso a las comunidades; las grandes distancias; el conflicto armado; el hambre y la pobreza; se suman la falta de un servicio adecuado y oportuno de las EPS y las IPS indígenas; la veeduría de las organizaciones y autoridades indígenas; la supervisión de las instituciones de salud municipales y departamentales; y la indiferencia del Estado. Así lo han expresado a Actualidad Étnica diferentes fuentes consultadas que conocen de cerca el problema.

 

Como lo afirmó Saenz Cuello, en la muerte de estos niños, todos tenemos responsabilidad. Entre tanto, en la Sierra Nevada de Santa Marta, hay más niños kogui, wiwa, arhuaco y kankuamo, que en los próximos días podrían morir en un lugar declarado por la UNESCO como la Reserva de la Humanidad.

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