La Ley 715 de 2001, que dicta las normas orgánicas en materia de participación de los recursos que por Ingresos Corrientes de la Nación van destinados a los entes territoriales, tiene para los pueblos indígenas una especial relevancia, teniendo en cuenta que el nuevo marco legal establece otras reglas de juego distintas a la ley 60 de 1993, que en su mayoría son desconocidas por las comunidades indígenas del país.
La Fundación Hemera Comunicar, desde hace dos meses viene capacitando a las comunidades de los departamentos de Putumayo y Tolima sobre el particular. Actualidad Étnica conversó con Fernando Hernández, miembro del equipo diagnóstico del Proyecto, sobre la situación en la que vive las comunidades Pijao del departamento del Tolima, a propósito de la realización del taller de capacitación en ese departamento se efectuó los días 8 y 9 de agosto en la ciudad de Ibagué.
Actualidad Étnica: ¿En qué consiste su trabajo con las comunidades indígenas del Tolima?
Fernando Hernández: En desarrollo del Proyecto ICN, visitamos algunos resguardos del sur del Tolima, en la zona de Ortega, Natagaima y Coyaima, donde están fundamentalmente los Pijaos. El objetivo es dar a conocer la Ley, los elementos que los favorecen, los cambios que hay con respecto a la ley 60, al mismo tiempo un acercamiento a las comunidades indígenas buscando conocer la forma como estos recursos han influido positiva o negativamente en su forma organizativa, en su cultura, en su autonomía y por tanto la forma en que ellos gestionan anualmente los recursos de transferencias, cómo se invierten y su ejecución, la relación entre los cabildos y las autoridades municipales y el control de estos recursos.
¿En qué condiciones viven los indígenas Pijaos, en el departamento del Tolima?
Podemos hablar primero de sus formas de producción, el INCORA les entregó un número determinado de hectáreas sobre la base de las grandes recuperaciones de tierras hecha por los indígenas en la década de los 70, aunque sin ninguna asistencia técnica, con absoluta falta de regadíos para las tierras y por tanto con una experiencia técnica desastrosa sobre todo en la producción de arroz como en las comunidades de Tamarindo, Tinajas, en la comunidad de Natagaima o la comunidad de Guatavita de Tua en Ortega, donde tienen grandes extensiones de tierra pero los intentos que han hecho por producir arroz han fracasado por la falta de regadíos, entonces han terminado todos en la ganadería, con lo que eso significa para la recuperación de las tierras y también la falta de continuidad en las tradiciones culturales en sus cultivos agrícolas.
¿Cuál ha sido el proceso organizativo de estas comunidades aborígenes?
Son comunidades con una rica tradición de lucha, al fin y al cabo estuvo en esa zona en los años 20 Quintín Lame, y tienen como parte de su historia el que lucharon junto a Quintín Lame y de que muchas de esas recuperaciones se hicieran bajo la ideología de Quintín Lame y formó el orgullo de su raza de su etnia, como que demostró el camino de lucha para recuperar sus tierras, y la importancia de la ley 89 de 1890, entonces esa continuidad que se dió en los años 70 con los Consejos de tierras patrocinados por la ANUC y los indígenas en muchas regiones del país, y recuperaron su tierras, pero ahora sin ninguna asistencia técnica que los ha llevado a condiciones de miseria muy grandes desde el punto de vista económico. En la comunidad de Tinajas, rodeada por el río Magdalena (Biodiversidad - Sistemas de Riego), tienen sectores de tierra dedicadas a reservas forestales buscando proteger las aguas. También hay comunidades con médicos tradicionales y su jardín botánico de donde obtienen sus plantas medicinales, siendo este un proceso sistemático porque tiene escuelas para mantener su tradición cultural.
¿Cómo ha afectado la violencia del conflicto armado en los territorios indígenas del Tolima?
El tema de la violencia está presente en todas partes, en los resguardos donde estuvimos es evidente la presencia armada de la confrontación tanto guerrillera como paramilitar, la tensión es permanente para las comunidades que ven a los grupos ilegales en sus territorios, “conversan” con ellos, y sus casas mantiene pintadas de consignas de los dos bandos, se ven en algunas poblaciones las huellas de los combates. Esta es una visión gráfica de este fenómeno generalizado en todo el país, el atraso social, económico, la guerra, la miseria de la gente, y de todas maneras la lucha de la gente, la cultura organizativa y el deseo que con su lucha se salga adelante.
¿Cuál es el papel del Consejo Regional Indígena del Tolima (CRIT) en los procesos de vida de los pueblos indígenas del departamento?
Las comunidades que visitamos están orientadas por el Consejo Regional Indígena del Tolima (CRIT), que recoge una experiencia de 30 años de organización y lucha que se refleja en la capacitación de los líderes indígenas, jóvenes y viejos con mucha capacidad y orgullo por su cultura y tradición, proceso que se ha sostenido por el apoyo de la organización indígena, que ha logrado, en medio de la violencia y de muchas represiones por parte de los grupos armados, mantener una estrategia de conservación y recuperación.
El CRIT tiene un plan estratégico que se elaboró en el año 2000 que busca mantener toda este generación de lucha y reivindicación de la tierra, de la cultura que han planteado. Por ejemplo, tienen una entidad promotora de salud propia, “Pijao Salud” aprovechando la ley 100 montaron su EPS y ARS que aglutina todos los municipios donde hay presencia indígena. Estos procesos han ayudado a consolidar y fortalecer la unidad y cultura de los pueblos indígenas.
Par los indígenas Pijao, la realización de los talleres de capacitación les ha permitido resolver una serie de dudas sobre la implementación de la Ley 715 y la elaboración de proyectos y propuestas para el desarrollo de sus comunidades, además de reafirmar su autonomía como pueblos ancestrales. “El problema más grande que teníamos con la implementación y distribución de los recursos corrientes de la Nación era ante todo el desconocimiento de las leyes que han sido creadas y elaboradas para los pueblos indígenas, esto implicaba que no hiciéramos respetar nuestros derechos legalmente obtenidos. Ahora tenemos las herramientas para implementar proyectos para salud, vivienda, agua potable, infraestructura, vías de comunicación, y tenemos que seguir trabajando en la reglamentación de esta ley y el cómo dar a conocerla a todos los pueblos del Tolima. De igual forma tendremos que seguir con nuestros procesos de resistencia a los grupos armados que violan nuestra autonomía, nos amenazan, y por ejemplo, hasta el momento tenemos registradas 80 familias de los diferentes resguardos del departamento desplazadas por amenazas de muerte, el miedo se generaliza ante los asesinatos sistemáticos que paramilitares y guerrillas perpetran en nuestros territorios. Trabajamos en la conformación de los Consejos de Seguridad buscando el apoyo de la administración departamental y la fuerza publica para hacer respetar los derechos humanos de nuestros pueblos” ratifico César Culma, Director General del Consejo Regional Indígena del Tolima (CRIT).