La piangua es uno de los recursos naturales que caracterizan a toda la costa Pacífica colombina. Desde el próximo once de diciembre se reúnen en la población de Tumaco representantes de los consejos comunitarios de población negra, instituciones estatales y personas que trabajan en la preservación de la especie, mejor conocida como anadara tuberculosa, la cual se encuentra en las zonas de manglar. Actualidad Étnica conversó con los representantes de CHONAPI, una ONG que desde hace tres años viene trabajando en el tema ecológico.
En primer lugar, ¿qué el CHONAPI?
Nuestra organización es una ONG ambiental y ecológica radicada en El Charco, conformada por 21 socios de la zona pacifica que, desde distintas disciplinas profesionales, aportamos nuestros conocimientos, energías, capacidad y gestión para mejorar las condiciones naturales y socioculturales de las comunidades de la zona.
¿Pero a qué hace alusión el nombre?
CHONAPI hace alusión a los 3 principales recursos de la costa pacifica: chontaduro, naidi y piangua. Sobre este último recurso, desde hace 3 años venimos trabajando con piangueras de toda la costa pacifica, concentrado en los departamentos de Cauca y Nariño.
¿La organización cuenta con algún tipo de apoyo?
Contamos con unos aliados que son el Fondo Mundial para la Naturaleza WWF, la Corporación para el Desarrollo Social ASDES y el Parque Nacional Natural Sanquianga (PNNS), ubicado en el área de manglar de la costa norte de Nariño. Precisamente nuestro trabajo nació en el parque natural a través de una convocatoria hecha por WWF en Tumaco, donde se invitó a las distintas organizaciones presentes en la zona de Colombia, Perú y Ecuador para participar en propuestas que abordaran el tema de la resolución de conflictos. Dentro de la mecánica de la convocatoria, se planteó el problema de la sobreexplotación de la piangua anadara tuberculosa, y la creciente demanda del producto sin ningún control sobre la talla mínima de captura establecida mediante acuerdos comunitarios que tienen su sustento en las resoluciones que para tal fin estableció el Instituto de Pesca y Acuicultura del Pacifico (INPA) Además, las comercializadoras ecuatorianas, por ejemplo, distribuían el producto en Colombia sin control aduanero, sin control del INVIMA, utilizando en la captura implementos de pesca no reglamentados y nocivos para el ecosistema.
¿Cuál fue, entonces, el trabajo de la organización?
Se planteó que las comunidades de piangueras tuvieran un mecanismo de participación que les permitiera, en primer lugar, plantearle a las instituciones estatales sus problemáticas, y, en segundo lugar, pensar alternativas de solución que condujeran a acuerdos. En esa acción fue fundamental la capacitación por parte de las comunidades y, después de tres años, nos encontramos con avances notorios y visibles que serán planteados en el Conversatorio de Acción Ciudadana que tendrá lugar a partir del once de diciembre en Tumaco, donde se discutirá el manejo de la piangua y de los manglares en la costa pacífica nariñense.
En ese proceso de tres años, ¿qué conclusiones arrojaron?
Encontramos que este gremio vive en condiciones de máxima pobreza. Los índices de analfabetismo son los más altos en relación con el resto de la comunidad. Las necesidades básicas están insatisfechas, y existe una baja autoestima por parte de las personas, pues la actividad es catalogada como una actividad de baja condición social. Buscando solucionar esas problemáticas se orientó un trabajo que ha contando con aliados que a lo largo de los años se han venido sumando al proceso como son la Universidad Javeriana de Bogotá, que adelanta trabajo de participación y ejercicios de economía local con pescadores, cangrejeros, camaroneros y piangueros.
¿Cómo es la participación de las administraciones municipales?
Nos parece muy positivo que las administraciones municipales hayan incluido dentro de sus presupuestos recursos para carnetizar a las piangueras. Acciones como esas permiten que las poblaciones puedan acceder a algunos cupos de hogares comunitarios. No obstante, falta mucho más proyectos para atender a esta población.
El propósito del conversatorio que arranca el día once de diciembre, ¿cuál es?
Muy simple: nos encontraremos en Tumaco para negociar con las instituciones del Estado una vida digna para las piangueras.