Luego de 5.000 millones de años de aparecer en el universo a partir de una enorme masa gaseosa y dar a luz 3.000 millones de años al fenómeno  bioquímico de la vida, los hombres y mujeres de todo el mundo celebraron un nuevo cumpleaños de  la tierra este 22 de abril. 

 

 

 

La fecha elegida por organizaciones mundiales y ONG’s que luchan por preservar un planeta cada vez más afectado en sus  ecosistemas, celebran con seminarios, encuentros y manifestaciones  al igual que lo hacen tribus y comunidades indígenas que mediante rituales piden por la defensa de la tierra y la  conservación de sus montañas, mares y bosques.

 

Es el momento de reflexionar y cerrar filas en defensa de un planeta que en menos de 2 millones de años se ha deteriorado y a perdido la vitalidad de importantes ecosistemas y afronta ahora uno de sus retos más difíciles: el deterioro de sus mares, la muerte de sus ríos, la desaparición de selvas y bosques pluviales donde la extinción acecha a miles de especies .

 

Nada de esto es gratuito  así no lo hicieron saber en la década de los setenta  los científicos Paul Crutzen de Holanda, Sherwood Roland de estados Unidos y el mejicano Mario Molina, pioneros en el mundo en llamar la atención sobre agujeros en la capa de ozono, que  protege la tierra de los perniciosos  rayos ultravioleta.

 

Han pasado otros treinta años desde entonces y el calentamiento global continua pese a la firma de protocolos y convenios internacionales. Ahora, a estos problemas ecológicos se le siguen sumando el deterioro de lagos, la destrucción de páramos, el deshielo de nevados y glaciares y la destrucción de la selva amazónica, la última frontera verde que aún se mantiene erguida pese a los ataques constantes de los colonos que buscan espacios para desarrollar industria.

 

Colombia como uno de los países con mayor diversidad a  nivel mundial, al ocupar el primer puesto en aves con 1.815 especies, el segundo en plantas  con  51.000 especies y el tercero en mamíferos, debe desde ya frenar el deterioro de sus bosques afectados por la tala y la siembra de cultivos ilícitos que en los últimos diez años han destruido cerca de 2.000000 millones de hectáreas así como frenar el deterioro de los ríos  magdalena, cauca y Bogotá.

 

 

 

En este día rendimos homenaje al planeta azul y  proponemos  a empresarios e industriales de Colombia y el mundo que la reconversión de las industrias se debe dar cuanto antes. Es la hora de reivindicarnos  con la tierra, así como lo sugieren nuestros antepasados en sus cantos para preservar la vida: “El chamán con su canto silencioso se comunica con los dueños espirituales de los animales y los peces, para conversar la liberación de los mismos de sus santuarios en el bosque, pescarlos, cazarlos y así asegurar la sobre-vivencia de los espíritus que el tienen a su cargo. Los de la otra gente, los de los hombres “

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