¡No a las fumigaciones en la Sierra Nevada de Santa Marta y en las eco-regiones estratégicas del país! Como organizaciones sociales, ambientalistas, campesinas, y organizaciones sociales internacionales, rechazamos la decisión del gobierno nacional de fumigar la Sierra Nevada de Santa Marta - reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera - a pesar de que la Ministra de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (MAVDT) había afirmado públicamente a finales de marzo que los parques naturales no serían fumigados hasta intentar otras opciones de erradicación.
¿Dónde queda, entonces, la palabra de esta funcionaria? ¡No podemos permitir este despropósito! Además de los argumentos que ya hemos esgrimido repetidas veces respecto de la equivocada, ineficaz, injusta y poco soberana estrategia de destruir los ecosistemas estratégicos del país con fumigaciones químicas para la erradicación de la hoja de coca como argumento para acabar con el narcotráfico, queremos resaltar los resultados del informe de la Oficina de Crimen y Drogas de las Naciones Unidas "Colombia, Coca Cultivation Survey".
Este estudio muestra cómo en parques nacionales y en resguardos indígenas los cultivos pasaron de 17,848 hectáreas, en el año 2001, a 7.784 en el 2003,. Así mismo, el informe muestra (según la interpretación satelital) que en los únicos sitios del país donde no se ha fumigado, los cultivos vienen disminuyendo. Si es así, entonces ¿por qué continuar fumigando? ¿Por qué continuar afectando la salud y los derechos fundamentales de los colombianos?
La Sierra Nevada constituye la montaña costera más alta del mundo, situada entre la cordillera de los Andes y la región biogeográfica costera del Caribe, considerada por el propio MAVDT como una de las cuatro eco-regiones estratégicas del país. Allí convergen el Parque Natural Nacional Tayrona, el Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta y la Reserva forestal reconocida por Ley 2ª de 1959.
Por su riqueza natural y cultural fue reconocida en 1974 como Reserva de Biosfera por la UNESCO. En la Sierra habitan los pueblos Kogi, Arhuaco, Wiwa y Kankuano, descendientes de los Tayronas, que han sabido mantener una relación entre los sitios sagrados de la alta montaña con la tierras bajas y las costas; además, conviven allí colonos y campesinos cultivadores de café orgánico y otros cultivos de pan coger, comunidades y ecosistemas que se verían seriamente afectados por las fumigaciones.
Ahora bien, ni el Consejo Territorial Indígena de Cabildos (CTC), que representa a las cuatro organizaciones indígenas de la Sierra, ni otras organizaciones locales han sido consultadas para realizar las fumigaciones. El Estado y sus ministerios, entre ellos el de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, que deben propugnar por el desarrollo sostenible han condenado a la Sierra y los pueblos que lo habitan a recibir lluvia envenenada de un compuesto de glifosato, cosmoflux, poea y otros surfactantes desconocidos, que excede los niveles de uso comercial, violando la Constitución nacional y Convenios internacionales como el Convenio de Diversidad Biológica, el Convenio 169 de la OIT y la Convención de Ramsar, todos ellos ratificados por el Congreso Colombiano.
Fumigando la Sierra garantizará el gobierno la conservación de este patrimonio de los colombianos y de la humanidad?¿Ese es el gobierno que se requiere auto-reelegir? ¡No a las fumigaciones en las Eco-regiones estratégicas del país, sus parques nacionales, territorios ancestrales y fuentes del saber y del ser de los colombianos; hábitat de la diversidad del planeta!