El Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado debe ser concertado con el Departamento Administrativo del Medio Ambiente (DAMA), declaró a la opinión pública la concejala indígena Ati Quigua, quién después de realizar un estudio minucioso del proyecto, advirtió de la no intervención de la autoridad ambiental de la ciudad  para armonizar la política del agua. 

 

La indígena asegura que la vigencia del Plan es a 15 años y está enfocado en la instalación de redes de agua y alcantarillado a nivel local como regional, lo cual genera el fortalecimiento y sostenibilidad de la empresa en la venta del líquido, de igual forma no existe una clara coordinación entre las entidades competentes, además de ignorarse el estudio de aguas más reciente, realizado por el IDEAM  en el que se advierte el déficit que en el campo podría sufrir Bogotá para un futuro próximo.

 

La concejala Quigua, argumenta que el mayor pasivo de la ciudad está en la área ambiental y en la gestión de la Empresa de Acueducto que debe ser soportada a través de los lineamientos de manejo definidos por el DAMA, los cuales involucran acciones concretas como el uso eficiente y ahorro del agua, garantizan el incremento de la oferta del en la ciudad, se proyecta el mejoramiento de calidad, y se debe asumir la responsabilidad de iniciar procesos de educación para crear una cultura de respeto por el agua, cultura que pueda contribuir a controlar la contaminación. .

 

Las acciones propuestas por la entidad de construir 183 kilómetros de redes de acueducto, 292 kilómetros de redes sanitarias y 491 redes pluviales, para la cabildante Ati Quigua, está claro, que la ciudad requiere la separación de los dos sistemas de alcantarillado y así poder obtener un volumen mínimo de agua residual para tratar en la planta del Salitre. También indicó, que se pueden aprovechar las aguas lluvias de la capital en actividades como el lavado de carros, el riego de zonas verdes y en sistemas contra incendios comunales.

 

Igualmente planteó que se debe garantizar el agua como pública y lo considerada un derecho fundamental y no un sistema de mercadeo con acceso limitado, “debe considerarse el subsidio como instrumento de equidad, ya que el 15% de los ingresos de la población son asignados en el pago de los servicios públicos y entre los más costosos están el acueducto y el aseo”.

 

Finalmente, la concejala indígena citó, en el estudio nacional de aguas del año 2000, el IDEAM, dentro de las 45 cuencas clasificadas con el índice de aridez, (refleja el excedente o disponibilidad deficitaria en la región), Bogotá ha sido clasificada como de normal a deficitaria con un promedio de 0,4 a 0,49, significa que a mediano plazo podríamos enfrentar una escasez de agua en la ciudad y por qué no, en  Cundinamarca, lo que pone en duda la capacidad de abastecimiento de agua potable  para la población en el nivel regional.

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