Anteriormente el pueblo embera katío era un pueblo unido concentrado en la montaña, nadie nos interrumpía nuestros pensamientos, las alegrías y costumbres. Nosotros los embera katío vivíamos tranquilos y nos dedicábamos en labrar la tierra, cultivar nuestra cosecha.
Para nosotros la organización empezaba desde el tambo y también desde el cultivo, empezaba en le río. También miramos y nos concentramos qué vamos a hacer con drua wandra (la naturaleza), el río, el bosque. La sociedad humana el mundo cosmogónico, el universo. Por eso nuestra herramienta era la tierra, el universo. Nos concentramos en cómo vivir en nuestra tierra, cómo vivir con nuestros hijos, como padre, madre, abuelo, abuela, familiares y jaibanas. En la enseñanza cómo construir el tambo, cómo cazar animales, que son nuestra alimentación. Todas estas tradiciones culturales que manejábamos y que hemos venido manejando generación tras generación como indígenas que somos, como humanos del planeta. Hemos reflexionado hoy actualmente en lo que ha venido y en lo que vendrá.
Somos una pequeña parte de indígenas que sobrevivimos a los genocidios y homicidios de los españoles que acabaron a nuestros abuelos, nuestra riqueza ese fue un cambio fatal donde nos engañaron con víveres para que entregáramos nuestro oro. Nos trataron como salvajes y no como personas. Somos milenarios de existir en el planeta tierra. Cuando ellos entraron violaban a nuestras mujeres y muchachas, masacraron y mataron a nuestras familias. Nosotros nunca pensamos en la venganza, solo reclamamos nuestro derecho con pensamiento y no con armas. Cuando hablaba nuestra voz era una sola voz, la voz del pueblo, no de una persona, era la voz del pensamiento embera. Nos cambiaron nuestra cultura, nosotros no queríamos pero nos obligaron y nos obligan con las armas y las amenazas. Nos amenazan de muchas maneras: Destruyen nuestra riqueza, nos quitaron las mejores tierras mermando el territorio, deterioran nuestras tradiciones, deterioran nuestra organización, violan nuestros derechos ancestrales y también nuestros derechos humanos. Nos queda muy poco y todavía quieren seguir destruyéndonos, no han querido entender que queremos seguir existiendo
Nosotros los del Alto Sinú que estamos ubicados con límite de Antioquia y Córdoba que somos indígenas de la selva, gente del río, seguimos sufriendo por los kapunía. Antes los españoles, ahora los megaproyectos como Urrá S.A. que está financiado por varios países, una empresa que está aprobada por los gobiernos colombianos que acepta construir empresas y que no se fija en qué afectan la vida humana, la vida espiritual y la vida de nuestros animales. Destruir nuestra vida es acabar nuestra madre tierra. Acabar nuestro medio es acabar nuestros animales. Urrá nos obligó a decir: DO WAMBURA. Nos obligó a decir Adiós Río.
Mientras nos concentrábamos en nuestro cultivo otros hicieron un estudio en nuestro territorio y los científicos y técnicos fueron a otros países y dijeron que allí no vivía gente, que no había indios. Entonces no entendíamos qué era Urrá, para nosotras era un animal grande y los que entendían eran algunos de nuestros líderes que nosotros habíamos elegidos para que lucharan por nosotros. Ellos nos explicaron que eso era acabar con nuestro pueblo, acabar nuestro pensamiento y entonces se oyeron las voces de las comunidades: HASTA CUANDO VAMOS A DESCANSAR, HASTA CUANDO TENDREMOS QUE SEGUIR LUCHANDO.
Desde entonces nosotras hemos venido luchando por nuestro pueblo, no hablamos el español, no tenemos estudio, no entendemos el mundo kapunía, pero sabemos y entendemos cuales son nuestros derechos, no los derechos kapunias, los derechos como emberas, como gente del río. Sabemos nuestra cultura por eso fortalecemos nuestro pensamiento, por eso nos negamos a hablar el español, por eso continuamos con nuestros vestidos, por eso estamos orgullosas de nuestra pintura. Por eso seguimos cultivando la tierra. Por eso le decimos no Urrá, por eso le decimos No a los actores armados y siempre los enfrentaremos, siempre les reclamaremos respeto,. Protegeremos a nuestros líderes. Las mujeres que somos alguaciles protegeremos a nuestras comunidades, como ya lo hemos hecho tantas veces. Siempre estamos listas para marchar, para manifestarnos, para organizarnos, para educar a nuestros hijos, para sostener el pensamiento de nuestro pueblo, para aconsejar a nuestros líderes.
Con Urrá llegó una nueva ola de destrucción de nuestra cultura y de nuestro pueblo. Con Urrá vino el conflicto. Con Urrá y el conflicto llegaron las muertes a nuestros líderes, las persecuciones, las amenazas y las desapariciones. Hoy son muchos los emberas que están muertos por defendernos del megaproyecto, muchos están desplazados porque le hemos dicho No al involucramiento en la guerra. Por Urrá estamos sufriendo cada vez más hambre y como si fuera poco ahora la guerra pretende confinarnos, aislarnos, dejarnos incomunicados y desplazarnos. Hoy y todos los días seguiremos reclamando para que se castigue a los culpables de nuestra muerte, que aparezcan nuestros líderes desaparecidos. Hoy exigimos respeto a nuestras viudas, a nuestros huérfanos, por eso queremos justicia, por eso queremos saber la verdad y exigimos que sea reparado el daño que nos han causado.
El 31 de agosto el presidente Uribe instaló en Urrá - Tierralta la Brigada Móvil No. 11 diciendo que: “Esta brigada a demás de corresponder a todos los elementos de la política de seguridad democrática, tiene una misión particular actuar en los 360° del Nudo de Paramillo. Igualmente, el gobierno nacional instaló el 1 de julio la zona de ubicación de Santafe de Ralito para negociar con los paramilitares.
Día a día el presidente Uribe invita a los colombianos a hacer patria y a contribuir con la paz del país. Y día a día el presidente Uribe entrega más y más armas a los soldados, cada vez hay más soldados y menos gente. Cada día el presidente afirma que el compromiso de cada colombiano es apoyar su política de seguridad.
Y por eso las mujeres hemos reflexionado el resultado de esa política para nuestro pueblo:
Los paramilitares secuestraron a nuestro gobernador OVIDIO DOMICO el 25 mayo de 2004 fecha en la que ya estaba despejado Ralito. Por eso tuvimos que cancelar la II Asamblea de Mujeres, que iniciaba ese día. Hoy nuestro compañero está desplazado. Desde entonces los paramilitares en la represa de Urrá decomisan los mercados familiares que compramos para nuestra subsistencia. Uno de esos decomisos obligó a una familia a cancelar el rito del Jemené de su hijita. Durante el mes de julio y agosto las brigadas de salud que con tanto esfuerzo logramos que vayan a nuestro resguardo han sido hostigadas, señaladas y amenazadas por los paramilitares en la misma represa. También el ejército colombiano ha señalado a las brigadas de ser para la guerrilla y no para el pueblo embera. Por si fuera poco el ejército registra el nombre, cédula, fecha y cantidad de mercado comprado por cada una de nuestras familias y exige que se dé explicación sobre los mercados del almuerzo escolar indígena que el mismo gobierno subsidia. Para completar los paramilitares ha amenazado a todo aquel que compre más de $40.000 y los soldados del ejército nos han dicho que si les damos $10.000 o más ellos nos dejan pasar mercados más grandes.
El 17 de septiembre en un acto de desconocimiento del gobierno embera y de nuestra autonomía territorial la brigada Móvil 11 bloqueo de manera inesperada el acceso fluvial a nuestro territorio por más de 36 horas. Mientras tanto irrumpieron en nuestro sagrado territorio más de ochocientos hombres cuya sola presencia y armamento sembró el terror en todas nuestras comunidades. No se han ido y no se irán de nuestra tierra y a solo dos días de su entrada ya habían amenazado a un menor de edad, lo habían tildado de guerrillero por estar solo cogiendo plátano. De la brigada móvil recibimos la amenaza de listas de muerte que manejan los paramilitares y la advertencia de que ellos no tienen la obligación de cumplir con los derechos humanos. Con estos actos nos quieren obligar a dejar nuestros cultivos de plátano y arroz. Las mujeres tenemos miedo de que nos violen, tememos que cualquier miembro de nuestra familia sea el blanco de una bala perdida. No queremos que el ejército nos señale como guerrilleros por defender nuestra casa. Queremos que entiendan que nuestros tambos no tienen paredes porque nuestra casa es el territorio, por eso andamos libremente por todas partes y no necesitamos permiso de nadie para sembrar, cosechar o andar en el río. Urrá acabó con los peces del río y dañó el río y trajo malos espíritus y enfermedades y ahora no podemos ni siquiera lavar y bañarnos en el río porque constante pasan canoas repletas de militares o lanchas de actores ilegales que huyen del acoso del ejército y pretenden protegerse en nuestras tierras. Ahora no solo tenemos que sufrir el hambre y la enfermedad, también tenemos que sufrir los malos tratos y el irrespeto de la gente de las armas.
Por nuestra historia, las mujeres decimos NO NOS DESPLAZAREMOS Le preguntamos al gobierno cómo nos va a garantizar que no nos deplacen, le hemos dicho a la defensoría que nos quieren desplazar. Y el ejército cínicamente nos ha contestado que el ejército colombiano no dejará de perseguir bandido aunque tenga que desplazar gente, que el ejército también desplaza gente. Nosotras decimos en qué se diferencia el ejército de los actores ilegales. El gobierno ha dicho ese es problema de la Red de Solidaridad. La defensoría ha dicho el ejército también puede desplazar gente porque es un daño menor.
Y las FARC después de causar el desplazamiento de varios de nuestros líderes, haber asesinado a tantos hermanos insiste en involucrarnos en el conflicto y poner en peligro a nuestras comunidades al refugiarse en nuestro resguardo cuando el ejército o los paramilitares los atacan. Nos tilda de colaboradores de los paramilitares por decirle que no entre a nuestro territorio.
Por eso hoy las mujeres pensamos:
La política de seguridad ha traído más inseguridad. La voluntad de paz de los paramilitares es mentira. La guerrilla no trabaja por el pueblo. Y por eso hoy decimos:
El pueblo embera no es escudo de nadie, no es informante de nadie ni quiere colaborar con nadie. Nuestra contribución a la paz es conservar nuestra cultura, respetar la naturaleza, alentar con nuestro pensamiento. Contribuimos a la paz, porque le decimos no a la guerra. Construimos la paz porque nos mantenemos firmes en que el pensamiento es la única fuerza de los que somos embera, de los que somos gente. Desde la llegada de los españoles hasta hoy nuestra respuesta a la guerra ha sido la misma: NO UTILIZAREMOS ARMAS, UTILIZAREMOS NUESTRA VOZ.
Por eso una vez más reiteramos que no queremos ser involucrados en el conflicto. Por eso las mujeres emberas hablamos en nombre de nuestro pueblo para decir no estamos del lado de las armas. Reiteramos que nuestra única forma de resistencia es la cultura embera, nos ratificamos como las principales responsables de conservar la cultura embera. Por eso hoy decimos NO NOS DESPLAZAREMOS, porque sin nuestro territorio no seríamos emberas. Por eso de nuevo decimos: NO A LA MILITARIZACION DE NUESTRO RESGUARDO NI POR LA GUERRILLA, LOS PARAMILITARES O EL EJERCITO COLOMBIANO.
Las mujeres emberas exigimos a los actores armados QUE NO ASESINEN MAS A NUESTRO PUEBLO, cada embera muerto en el conflicto es un hijo muerto, es un padre muerto, es una madre sin hijo, es una niña o niño huérfano, es una hermana sin hermano y todas las emberas lloramos a cada uno de nuestros compañeros afectados por el conflicto y hoy decimos: reclamaremos por cada uno de nuestros muertos, por cada violación de nuestros derechos.
Hoy preguntamos al gobierno nacional: quien le devolverá la fuerza espiritual y reproductiva a la niña que no pudo realizar su rito de jemené (rito de iniciación a la pubertad) por culpa del absurdo control de alimentos de los paramilitares. Quién le enseñará a casi veinte niños varones el arte de la pesca y la caza de monte. Quién rapará los tambos de treinta familias que ahora no tienen padre. Quién le devolverá la calma a los jais (espíritu) del territorio que claman por su armonía y protestan infectando con serpientes el territorio, con virus el agua y con malos vientos el aire. Quién responderá por las viudas y los niños huérfanos, quién reparará los daños a nuestra organización a causa del desplazamiento de nuestros líderes. Quién devolverá la vida a los enfermos que no puedan ser atendidos por culpa de los bloqueos. Quién y cuándo se conocerá el resultado de interminables investigaciones en la Fiscalía, quién y cuándo se castigará a los culpables.
Las mujeres emberas seguiremos resistiendo, aunque nos maten, nos persigan, nos amenacen seguiremos diciéndole NO A LA GUERRA.
Por eso hoy decimos SI QUEREMOS LA PAZ. Por eso queremos justicia, por eso queremos tener un territorio, por eso queremos escuelas dotadas, por eso queremos niños nutridos, por eso queremos cultivar nuestra tierra, por eso queremos tener acceso verdadero a la salud, no queremos más paludismo por los zancudos de la represa, no queremos más niños con pulmonía y diarrea por el agua contaminada, s, por eso queremos que nos respeten nuestra autonomía, por eso queremos nuestro río como era antes. Ni el gobierno nacional, ni las FARC, ni los paramilitares son nuestros voceros, ni nuestros amigos. Exigimos respeto a nuestra autonomía y nuestro gobierno embera. QUEREMOS VIVIR PLENAMENTE NUESTRA CULTURA QUEREMOS DEJAR DE DEFENDERNOS Y EMPEZAR A VIVIR VOLVER A PENSAR Y A SER EMBERAS EN SU TIERRA.
*Gobernadora del Cabildo Indígena Embera Katío