La Asamblea Constituyente: un desafío de las mujeres para lograr la refundación de un país que incluya la equidad. La Asamblea Constituyente que se instalará el 6 de Agosto en Bolivia, será la segunda en la historia de este país, si bien ya existieron diecinueve reformas constitucionales desde la fundación de la República en 1825.

Esta Asamblea Constituyente es vista como una oportunidad histórica para la definición de un nuevo Estado, razón por la que los sectores sociales más excluidos, como los indígenas y las mujeres, ven abrirse una posibilidad, también histórica, para influir en la definición de la nueva Constitución.

Se puede pensar que una de las posibilidades de estos sectores para lograr cambios que faciliten su inclusión efectiva en el Estado, dependerá de la capacidad de articulación y cohesión de sus representantes, identificados con los principios y temas específicos que sientan las bases de la equidad de género y la inclusión étnica y social.

Sin embargo, para lograr introducir principios sobre la equidad de género, las mujeres que buscan la institucionalidad del enfoque de género en la Constitución, tiene que considerar dos aspectos fundamentales: los antecedentes que llevaron a Bolivia a esta Asamblea Constituyente y, la composición de la misma, que es el resultado de un proceso de potenciamiento de los movimientos indígenas y populares del país.

Si bien en el 1990, los pueblos indígenas del Oriente boliviano demandaron el reconocimiento de los territorios indígenas y la realización de una asamblea constituyente, la demanda de cambiar el país, vía una nueva Constitución, toma forma según algunos estudiosos, a partir de la denominada "Guerra del Agua" de abril del 2002, levantamiento que se produce en Cochabamba y que "devuelve la esperanza" no sólo al país, sino a toda América Latina, de que el modelo neoliberal podía resquebrajarse: el agua no se privatiza!!. Las mujeres campesinas y de sectores populares estuvieron presentes junto a los hombres y los jóvenes, en esta lucha de indiscutible interpelación al modelo económico.

Roto el mito de la impotencia frente al modelo económico neoliberal, en Bolivia se escuchan voces alternativas y crecen las presiones sociales, hasta llegar a septiembre y octubre del 2003 con la llamada "Guerra del Gas" iniciada en El Alto La Paz, en la que también estuvieron presentes las mujeres de los barrios populares y se produce la expulsión del Presidente de la República y el compromiso, del Vicepresidente que asume como Primer Mandatario, a impulsar un Referéndum sobre el gas boliviano, la constitución de una Asamblea que modifique las relaciones políticas, sociales y económicas del país, compromiso asumido principalmente con la región occidental del país y un Referéndum autonómico, respondiendo a las demandas de la región oriental del país.

El voto ciudadano de diciembre del 2005, consolida la acumulación de fuerzas de estos movimientos sociales, fortaleciendo un instrumento político, el Movimiento al Socialismo (MAS), que gana las elecciones nacionales con el 54%, e instala a un indígena como actual Presidente de la República. Este hecho marca el inicio de cambios profundos en la composición social de las autoridades del aparato del Estado y en las relaciones políticas y sociales en los diferentes ámbitos del país. La demostración de fuerza de los sectores indígenas y de las diferentes expresiones organizativas y movimientos sociales, principalmente de la región occidental del país, contribuyó para a la aprobación de la Ley de Convocatoria para la Asamblea Constituyente.

Una vez realizadas las elecciones de los y las representantes a la Asamblea Constituyente, en julio del 2006, nuevamente se refleja el apoyo popular al partido de gobierno, el mismo que logra una representación de 137 constituyentes de 255, lo que representa cerca al 54% de representantes. Las mujeres en esta Asamblea, alcanzan al 33% (86), de las cuales el 74%, son del MAS, por tanto, identificadas con las luchas de los movimientos sociales y con las reivindicaciones indígenas y populares, antes que las de género.

Esta realidad permite afirmar que las reivindicaciones de género, sostenidas durante años principalmente por las mujeres de las clases medias, sólo serán posibles de introducir en la Constitución, si se logra producir un diálogo y una articulación de las visiones de las mujeres campesinas e indígenas y las mujeres de las clases medias.

Este gran desafío tiene dos etapas: una que empezó a asumirse desde un número significativo de instituciones de mujeres que, después de un periodo de más de un año de trabajo, han logrado consensuar con varias organizaciones de mujeres de todo el país, los siguientes Principios para una Constitución Política del Estado que sea el resultado de un pacto social entre todos los bolivianos y bolivianas:

1. Principio de Equidad y de Acción Positiva

Se plantea la redistribución económica, la redistribución del poder, el acceso a la toma de decisiones y los beneficios del desarrollo, contemplando realidades étnicas, sociales y culturales y de género, para obtener verdaderas condiciones igualitarias entre hombres y mujeres.

2. Principio de Igualdad y No Discriminación

El Estado debe prohibir y sancionar la discriminación directa o indirecta contra la mujer. Afirmamos el principio de igualdad jurídica para hombres y de mujeres sin importar la raza, el estado civil, el origen étnico, la orientación sexual, la edad, la religión, la cultura, la lengua o la condición social, en tanto se garantice la igualdad de oportunidades y el acceso al ejercicio y goce de los derechos humanos.

3. Principio de Reconocimiento de Derechos Específicos

Afirmamos la necesidad de reconocer derechos y brindar garantías legales, que hagan referencia a las diferencias sexuales que distinguen a hombres y mujeres, en particular aquellos vinculados a los derechos sexuales y reproductivos y la violencia ejercida en razón de género.

4. Principio de Democratización y Reconocimiento del Valor del Trabajo Doméstico

El Estado debe reconocer y visibilizar el trabajo reproductivo y/o doméstico no remunerado, que realizan las mujeres en la esfera privada; asignándole un valor reconocido por la economía y la sociedad en su conjunto.

5. Principio de Homologación de Derechos

Elevar a la categoría de Derechos Constitucionales todos los Tratados y Convenciones Internacionales suscritos por el Estado boliviano y sancionados a rango de ley, en los que se protege el goce y ejercicio de los derechos y libertades de las mujeres en términos de igualdad y equidad.

6. Principio de Lenguaje No Sexista

El texto de la nueva Constitución Política del Estado (CPE) debe incorporar en su redacción un lenguaje no sexista, visibilizando a hombres y mujeres.

Composición de la Asamblea Constituyente

Estos principios son la base y el eje transversal de las propuestas concretas y puntuales para la futura Carta Magna, formuladas para la definición del tipo y estructura del Estado, para los Derechos individuales y colectivos y para los diferentes regímenes: el Económico, Financiero y Laboral, el de Tierra, Territorio y Recursos Naturales y el Social y Familiar.

La segunda etapa del gran desafío de construir propuestas e incorporarlas en la Constitución desde la diversidad de las mujeres bolivianas, pasa por la capacidad de abrirse a "la diferente", conocer su percepción de la vida, sus experiencias, tristezas, rencores y sobre todo, poder ver las diferentes "marcas" que la opresión de clase, etnia y género ha dejado en sus cuerpos, sus mentes y sus corazones. Sólo desde el diálogo que nace de las entrañas, se puede dar a las reivindicaciones de las mujeres, un lenguaje común a todas y se puede defenderlas para que formen parte de la nueva Constitución.

"La Asamblea Constituyente debe estar precedida por una mujer indígena de oriente, altiplano o valle…" - Evo Morales Presidente de la República de Bolivia, 25 de julio del 2006.

*Consejo Directivo de Red de educación popular entre mujeres, (REPEM)

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