En su escalada terrorista, las AUC entran en la región del Río de Oro en Venezuela, secuestran a un número indeterminado de indígenas Barí y campesinos, y hostigan con fusiles, ametralladoras y morteros a la población civil de la zona.

La situación humanitaria de las comunidades indígenas y campesinas, en la frontera venezolana se complica con el pasar de los días. Este martes, hombres de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) secuestraron a un número indeterminado de indígenas venezolanos de la etnia Barí, establecidos en el poblado de Bokshí, zona suroccidental de la Sierra de Parijá, y a un grupo de campesinos, quienes fueron conducidos a una finca situada en territorio colombiano: “donde son mantenidos en condiciones incompatibles con los derechos humanos y la vida”, así lo confirmó La Asamblea Popular Revolucionaria (APR) de Venezuela luego de recibir la denuncia de las mismas comunidades.

Las AUC aprovecharon que los indígenas y campesinos navegaban aguas arriba por el río de Oro para poder secuestrarlo. Según la APR, el rapto se produjo en territorio venezolano, en el punto conocido como “La Escuelita”, ubicado entre el sitio La Vaquera y La Pista de Río de Oro. Este río marca la frontera colombo-venezolana, y separa el estado de Zulia y el departamento Norte de Santander.

La comunidad denunció que los paramilitares, “no contentos con el secuestro”, despojaron a los Barí de la lancha en que viajaba, además de todos lo víveres y alimentos que transportaban hacia su comunidad en la cabecera del río de Oro.

Las comunidades indígenas y campesinas en la frontera colombo-venezolana no han podido dormir tranquilas. En la noche de este miércoles, denunciaron que: “Un grupo numeroso de paramilitares emplazado en la población colombiana de La  Pista disparó intensamente  con fusiles, ametralladoras y morteros durante toda la tarde contra el territorio venezolano donde se encuentran mayoritariamente familias refugiadas provenientes del  vecino país.

Familiares de indígenas y campesinos están solicitando a las organizaciones de derechos humanos y también a la Fuerza Armada Nacional de Venezuela, acciones urgentes para salvar la vida de los secuestrados, además le exigieron al Gobierno de los dos países que tomen cartas en el asunte e intensifiquen su presencia en esta zona fronteriza.

Según analistas venezolanos: “la finalidad de estos incidentes fronterizos en los cuales se coaligan intereses económicos, políticos y militares de Colombia y Venezuela es provocar tensiones para desestabilizar el gobierno constitucional del presidente Hugo Chávez Frías”.

En menos de tres meses grupos de paramilitares de las autodefensas unidas de Colombia (AUC) han perpetrado dos ataques a poblaciones indígenas fuera del país. En enero, entraron en territorio panameño y asesinaron a cuatro líderes indígenas de la etnia Ngöbe Buglé en la población de Paya, y secuestraron a por lo menos 10 indígenas colombianos de la etnia Tule, del departamento del Chocó, quienes se encontraban en Paya el día que los paramilitares realizaron su operativo sangriento. Hoy, los indígenas venezolanos sufren el accionar de las AUC, sin que el gobierno colombiano haya tomado acciones concretas para frenar la arremetida paramilitar.

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