Transcurridos dos meses del desplazamiento de las comunidades Guahíbas del municipio de Tame (Arauca) por las atrocidades cometidas por miembros de la Fuerza Pública y los combates entre grupos de Autodefensas e insurgentes de las FARC EP, 376 indígenas continúan viviendo un drama humanitario que con el paso de los días se torna más complejo. Una bebé de nueve meses falleció el pasado martes.

La ayuda oficial está agotada y una comisión de verificación organizada por la Gobernación coligió de que existen condiciones para el retorno, conclusión que, no obstante, choca con lo expresado por la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría General que sostienen que la situación de orden público sigue siendo delicada y que no hay garantías de seguridad para el regreso.

Lo anterior se confirma con el hallazgo de un grupo de indígenas, alrededor de 200, que durante dos meses se internaron en el monte, se alimentaron con extracto de palma y sobrevivieron en las más difíciles condiciones, siendo las enfermedades endémicas el principal problema que tuvieron que afrontar.

Aunque los indígenas había decidido regresar a sus territorios, el hallazgo de la comunidad y la muerte de una bebé de nueve meses obligaron a los indígenas, que se asientan en la vereda Flor Amarrilla, jurisdicción de Tame, a desistir.

 

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