El proyecto, apoyado por la Agencia Sueca de Cooperación desde 2002, pretende asistir a las comunidades con mayor riesgo de desplazamiento, entre ellas los pueblos indígenas y afrocolombianos del país. Los cuatro defensores comunitarios estarán ubicados en Catatumbo (Norte de Santander), Tierralta (Córdoba), Dabeiba (Antioquia) y la Sierra Nevada de Santa Marta.
La Defensoría del Pueblo presentó la segunda fase del proyecto de acompañamiento permanente a comunidades en riesgo de desplazamiento. El proyecto se desarrollará en cuatro nuevas zonas del país: Catatumbo (Norte de Santander), Sierra Nevada de Santa Marta, Tierralta (Córdoba) y el noroccidente antioqueño, donde se concentran un gran número de comunidades indígenas y afrocolombianas víctimas del conflicto armado.
“El conflicto armado interno en Colombia no solamente ha producido, está produciendo y seguirá produciendo víctimas individuales, homicidios selectivos, sino que está afectando directamente a las comunidades, podríamos hablar de homicidio de comunidades, sacrificio de comunidades enteras, dislocación de los lazos comunitarios” fueron las palabras del Defensor del Pueblo, Eduardo Cifuentes Muñoz, durante la presentación del programa.
Con el apoyo de la Agencia Sueca de Cooperación se dio inicio en junio de 2002 al programa de Defensores Comunitarios que estuvieron presentes en la zona del Río Naya, Tumaco, la Zona del Bajo Río Atrato (Cacarica y Riosucio) y Bojayá. “A raíz del impacto positivo alcanzado en las cinco zonas de la primera fase, la Defensoría ha ampliado el proyecto a las cuatro regiones mencionadas, especialmente afectadas por el conflicto armado” dijo Cifuentes.
Las tareas y objetivos primordiales que desarrollarán los Defensores Comunitarios en las diferentes zonas de asistencia son: Verificar las violaciones de derechos humanos que se perpetran contra las comunidades; Promover los derechos humanos, el respeto a la persona humana y a las mismas comunidades y; Conjuntamente con las autoridades de esas comunidades y los individuos de esas comunidades establecer los lazos comunitarios.
Zonas de asistencia
El Defensor de pueblo habló de la importancia que tienen estas cuatro zonas del país donde se distinguen las siguientes características: “Se encuentran ubicadas en corredores estratégicos donde operan los actores armados; hay presencia de cultivos ilícitos; han sufrido desplazamiento y se ha intentado, muchas veces en vano, su retorno; la presencia del Estado o de sus instituciones es inexistente o es muy débil. Por eso la Defensoría a considerado necesario acercar el Estado a esas comunidades y asistir al proceso de reconstitución de esas comunidades que se encuentran en gran peligro”.
Región del Catatumbo: zona fronteriza con Venezuela, donde habita el pueblo indígena Bari (Comunidades de: Karica, Chaborika, Bakukborika, Chisdóora). “Las comunidades indígenas están aisladas, sujetas a bloqueos económicos, que igualmente demandan protección, sus resguardos y las zonas de reservas forestales. Es una región con gran presencia de cultivos ilícitos y considerada actualmente como prioridad por los programas de fumigación del gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Desde 1999 se han producido desplazamientos masivos y hasta trans-fronterizos y se adelantan procesos de retorno”.
Sierra Nevada de Santa Marta: la Sierra es ocupada hoy por los pueblos indígenas Ijkas, Kogis, Wiwa Arzarios y Kankuamos, que están en peligro de extinción: “Los homicidios individuales, selectivos y masivos se han incrementado sobre todo en los últimos meses, igualmente es una zona frente a la cual se han priorizado los planes del gobierno para adelantar fumigaciones intensas, están en proceso de reorganización las propias comunidades, la Defensoría ha expedido Resoluciones Defensoriales para llamar la atención sobre los problemas humanitarios que existen en la zona y justamente uno de los compromisos de esta entidad ha sido llevar allá Defensores Comunitarios”.
Región del Alto Sinú: Está ubicada en el departamento de Córdoba, donde hay una gran presencia del pueblo Embera Katio establecido sobre los ríos Sinú y Esmeralda. “Para los grupos ilegales, esta región es un corredor estratégico y la entrada al Nudo de Paramillo y un lugar de fuerte disputa entre la guerrilla y grupos paramilitares. Es la zona de presencia de la hidroeléctrica de Urrá. Los cabildos indígenas presentes en la zona, que han sufrido graves afectaciones de los derechos humanos, desapariciones como la de Kimy Pernía Domicó. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha tomado medidas cautelares sobre esta zona del país, y donde la presencia del Estado es prácticamente inexistente”.
Región del noroccidente antioqueño: Aquí se encuentra presente un gran número poblacional afrocolombiano, por ser limítrofe con el Chocó y Costa Pacífica. Habitan en esta región (entre el golfo de Urabá y la región del Darién) los pueblos indígenas Tule o Cunas y algunas comunidades Emberá. “Es una zona que constituye un corredor estratégico para los grupos armados ilegales, pues comunica al Nudo de Paramillo con la Costa Pacífica, es una zona que ha estado en disputa por las FARC y las autodefensas, las comunidades han sufrido permanentemente diferentes bloqueos económicos, existen proceso de retorno en el municipio de Dabeiba principalmente, y por consiguiente demandan acompañamiento humanitario”
Los Defensores Comunitarios juraron defender la Constitución política en esas zonas, la Declaración de los Derechos Humanos, los tratados internacionales y su integración y vinculación permanente con las comunidades, cuya única arma será la palabra para que las comunidades se asuman y sean asumidas como sujetos de derecho y no como objetivos militares.