Las declaraciones hechas por el presidente Álvaro Uribe Vélez entorno a la posible exploración petrolera por parte de Nicaragua en aguas cercanas a San Andrés y Providencia provocaron una airada reacción por parte de algunos movimientos de indígenas raizales, que perciben en las palabras del mandatario una amenaza directa a la minoría étnica.
La voz de alarma se despertó entre la comunidad raizal tras las declaraciones efectuadas por el presidente, quien sostuvo para algunos medios de prensa que no dudaría en utilizar la fuerza a través de la Armada para tratar de repeler una posible incursión por parte del Estado nicaragüense, además de implementar una serie de estrategias de vigilancia permanente, utilizando un avión de reconocimiento, varias patrulleras, dos fragatas y unos 600 hombres de Infantería de Marina.
Los dirigentes indígenas se oponen a cualquier tipo de estrategia o acción que, a nombre de la seguridad, ponga en riesgo la integridad del pueblo raizal. “En varias oportunidades nuestro pueblo ha dicho No. Sin embargo, el Estado colombiano insiste en hacer las cosas a su errada manera, en contra de nuestra voluntad soberana y nuestros derechos inalienables, fundamentales y legales. Las pretensiones del presidente Uribe pueden ocasionar graves problemas en nuestro territorio”, afirmó Dulph W. Mitchell, presidente de la Archipelago Movement for Ethnic Native Self-determination.
Frente a posibles escenarios de confrontación, los raizales se asumen como principales y directas víctimas, pues quedarían en una línea de fuego, a merced de acciones bélicas indiscriminadas, que afectarían tanto a los nativos colombianos como a los de la costa nicaragüense.
Aunque algunos analistas internacionales sostienen que la posibilidad de una confrontación armada es un escenario extremo, los dirigentes raizales consideran que ante posiciones tan beligerantes es necesario despertar la alarma “para prevenir esta demencia... y esta enloquecida amenaza a nuestra supervivencia”