Una niña del pueblo Inga, perteneciente al Cabildo Pandiyaco, fue víctima de un artefacto explosivo abandonado por las FARC EP. El trágico caso se registró en la vereda San Andrés, municipio de Santa Rosa, ubicado al sur del departamento del Cauca. Las primeras versiones afirman que la menor se encontraba realizando sus labores, cuando el artefacto explotó de manera repentina. De acuerdo con el parte médico, el estado es de gravedad. La menor, a quien ya se le apuntó la mano derecha y dos dedos de la izquierda, corre el riesgo de quedar ciega.

Olinda Girón Zemanate, con tan sólo 17 años, ingresó en la madrugada del pasado martes a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario San José, en la ciudad de Popayán. Según el médico que estaba a cargo “la paciente llegó en un estado deplorable, con quemaduras por explosivos en la cara, a la altura de los ojos y pérdida de la mano derecha y los dedos índice y  pulgar de la mano izquierda.

Para el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) el hecho es lamentable, porque el caso de Olinda es un ejemplo más sobre la barbarie que se cierne sobre las comunidades indígenas y campesinas en el Cauca, sosteniendo que los territorios indígenas están sembrados con las denominadas “mina quiebra patas”, por lo que no es extraño que, lamentablemente, casos como los de Olinda se vuelvan a repetir.

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