La explotación ilegal de madera en la Amazonía de Ecuador parece ser el telón de fondo del conflicto que enfrentó a dos etnias indígenas que cobró la vida de unos 30 Tagaeri a manos de Huaorani en la oriental provincia de Pastaza.
A pasado poco más de un mes de la masacre de por lo menos 30 aborígenes de la tribu Tagaeri a manos de guerreros del grupo indígena ecuatoriano Huaorani. Los hechos se produjeron en un remoto sector selvático de la provincia de Pastaza denominado Tiguino, 200 kilómetros al sureste de Quito. Líderes indígenas de la Organización de Nacionalidad Huaorani de la Amazonía Ecuatoriana (ONHAE) no dudan en apuntar a los madereros que operan en la región, como los incitadores del conflicto y proveedores de armas a las dos partes.
“Los madereros llegaron a territorio de los Tagaeri y viendo que no podían sacar madera, regalaron gasolina, escopetas, municiones y todas esas cosas a guerreros Huaorani, entonces ellos hacen el viaje a donde los Tagaeri y matan. Todo es culpa de los madereros que mandaron matar a los Tagaeri”, sostuvo Camilo Huamoni, vicepresidente de la ONAHE.
Con estos argumentos, la ONAHE decidió perdonar a los nueve guerreros Huaorani que participaron en la matanza del pasado 26 de mayo, como lo confirmó su presidente, Armando Boya.
Esta determinación fue tomada luego una larga reunión que sostuvieron 5 ex presidentes de esta organización esta semana, y donde se acordó dejar sin sanción por esta vez a los nueve guerreros: “pues fueron las manipulaciones y engaños de los actores externos las que los llevaron a cometer la masacre y no un conflicto entre clanes”. Además, se estableció investigar las acciones de las madereras y petroleras que operan en la zona.
Sin embargo, los líderes afirmaron que si un hecho como estos se volviera a presentar, ellos mismos no dudarían en entregar a los responsables a la autoridad ordinaria. “Este compromiso logrará convencer a la Fiscalía de Pastaza de que detenga su intervención y garantizará la paz en el pueblo Huaorani”.
Los Tagaeri integran una tribu de guerreros que han tenido mínimo contacto con la cultura occidental y viven en un territorio delimitado por ellos en medio de la selva proveyéndose de la caza y pesca. Los Huaorani tienen mayor relación con la cultura occidental e inclusive tienen una oficina en Puyo, 180 kilómetros al suroeste de la capital ecuatoriana.