Como preparativo al V Congreso Mundial de Áreas Protegidas, organizado por la Unión Mundial para la Naturaleza y que se celebrará el próximo mes de septiembre en Durban (Sudáfrica), los pueblos originarios de todo el mundo adelantan reuniones y conferencias para plasmar su posición frente al tema.

Es el caso de la reunión que sostuvieron entre el 10 y el 22 de agosto en Arusha (Tanzania), los pueblos indígenas de África, donde se debatió la problemática que los aqueja, tendientes a exigir reconocimiento, aceptación y protección a su identidad y diversidad cultural.

Como resultado de la reunión, se elaboró la Declaración de Arusha, la cual será un aporte a la reunión previa sobre Pueblos Indígenas y Áreas Protegidas, que tendrá lugar en Durban los días 6 y 7 de septiembre.

Los pueblos esperan que el Congreso sea el escenario para ventilar temas tan importantes como el impacto de los megaproyectos, la contaminación ambiental y el deterioro de los recursos naturales.

Actualidad Étnica, con el ánimo de enriquecer la discusión, presenta el texto aprobado por los pueblos indígenas africanos.

Declaración de Arusha

Nosotros, los Pueblos Indígenas de África Oriental y del Sur, reunidos en Arusha del 10 al 22 de agosto de 2003, reafirmamos la Declaración de Kimberly, la Declaración de Kari-Oca de Río de 1992 y el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible;

Los Pueblos Indígenas de África exigimos el reconocimiento, aceptación y protección de nuestra identidad cultural y diversidad, lenguas, modos de vida y todos los demás derechos fundamentales;

Como Pueblos Indígenas exigimos nuestros derechos inherentes a la libre determinación. Reclamaremos además sin descanso el uso incondicional colectivo y holístico de nuestra tierra, la propiedad, control y gestión de nuestras tierras ancestrales, bosques, vida salvaje y otros recursos, con la utilización de nuestros sistemas tradicionales de gestión, que son únicos;

Las tierras de los Pueblos Indígenas están dotadas de distintos recursos naturales. Tenemos una larga experiencia en la gestión y uso de los mismos para diferentes propósitos. El continuo proceso de extracción minera y tala sin control, la caza y pesca excesivas, suponen un peligro para la vida humana y salvaje, además de un grave desorden para los ecosistemas en su conjunto. Por lo tanto, condenamos y exigimos a los gobiernos y al sector privado, en especial las compañías multinacionales, que desistan de estas prácticas insostenibles, que causan la degradación ambiental;

El conocimiento indígena, que es una parte integral de nuestro patrimonio, define nuestras identidades específicas como Pueblos Indígenas. Procede de la naturaleza y nos lo otorgan nuestros ancestros. Denunciamos la pérdida del Conocimiento Indígena, señalando la intensa explotación de nuestras culturas y sistemas de conocimiento tradicional, y exigimos a los gobiernos, sector turístico y otros actores esenciales, que desarrollen mecanismos participativos que salvaguarden, desarrollen y protejan nuestro patrimonio del mal uso y de la apropiación indebida;

En lo que se refiere a las áreas protegidas, y para hacer posible el principio del libre consentimiento informado previo, demandamos la implicación efectiva de los Pueblos Indígenas en la toma de decisiones, en la formulación de políticas, en la planificación, aplicación y evaluación y en la distribución equitativa de los beneficios acumulados;

Condenamos la violación de los derechos humanos de los Pueblos Indígenas a consecuencia de la creación de áreas protegidas, que ha llevado a la desintegración de los Pueblos Indígenas y sus comunidades, a la integración y asimilación a la sociedad envolvente. Nos preocupa seriamente y nos horroriza, entre otros casos:

1. La negación de los servicios sociales, acoso y subsiguiente desplazamiento de los Bosquimanos de la Reserva de Caza del Kalahari Central por el Gobierno de Botswana. Por lo tanto, pedimos que el gobierno de Botswana proporcione servicios sociales básicos a las comunidades que aún residen en la reserva y retome las negociaciones con los San/Bosquimanos afectados.

2. El desplazamiento del pueblo Batwa de los Parques Nacionales de Mbwindi y Mgahinga sin ninguna compensación, que ha llevado a la pérdida de sus tierras y a su casi extinción cultural y física. Exigimos al gobierno de Uganda que reconozca a los Batwa como ciudadanos de Uganda con derecho a recibir servicios sociales, a su tierra, y a los beneficios acumulados de los parques y bosques.

3. La deliberada expulsión forzosa de los pastores Maasai de la Reserva de Caza de Mkomazi y la pretendida expulsión de los Maasai, inicialmente desalojados del Parque Nacional del Serengeti, del Área de Conservación de Ngorongoro. Exigimos firmemente que el gobierno de Tanzania detenga la expulsión prevista y devuelva a las víctimas su tierra ancestral tradicional y proporcione servicios sociales básicos y compensación adecuada por la pérdida de vidas y propiedades.

Advirtiendo la generalizada violación de los derechos humanos, como ilustran los casos citados, denunciamos enérgicamente el desplazamiento de Pueblos Indígenas que se está produciendo, la pérdida de biodiversidad y la degradación ambiental respecto a la conservación convencional. Pedimos la participación efectiva y la integración de nuestras prácticas tradicionales y conocimientos en la conservación moderna;

Para entender y apreciar los procesos internacionales relativos a los Pueblos Indígenas, solicitamos a los gobiernos africanos que participen plenamente en los distintos foros y discusiones de los Pueblos Indígenas. Entre ellos, el Proyecto de Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que necesita avanzar, el actual Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, y el Convenio 169 de la OIT, que debe ratificarse;

Pedimos a las Naciones Unidas que convoquen una Conferencia Mundial de los Pueblos Indígenas para poder evaluar los progresos del decenio de los Pueblos Indígenas, y que la extiendan para aumentar la visibilidad y los avances de todos los Pueblos Indígenas del mundo.

Firmado y compilado por Pueblos Indígenas de Tanzania, Uganda, Kenia, Sudán, Botswana, Namibia y Etiopía en Arusha, Tanzania, agosto de 2003.

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