Culminó en la población de Nabusimake el encuentro indígena donde las autoridades tradicionales de la etnia arhuaca ratificaron su posición de mantenerse al margen del conflicto armado que se desarrolla en la Sierra Nevada de Santa Marta, además de exigirle a los grupos armados ilegales que no involucren a las comunidades en sus acciones militares.
Aunque al encuentro sólo asistieron representantes de la etnia arhuaca, el escenario nuevamente posibilitó reflejar la aguda crisis humanitaria que viven las cuatro etnias indígenas que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta, donde los asesinatos selectivos, el bloqueo territorial, el reclutamiento forzado y los ataques indiscriminados se convirtieron en acciones permanentes y sistemáticas.
La crisis es tan dramática que en lo corrido del presente año han sido asesinados de manera selectiva más de 50 indígenas kankuamos, por lo que uno de los principales llamados a los grupos armados, legales e ilegales, al Gobierno Nacional y a las organizaciones internacionales es la creación de una alianza tendiente a garantizar la conservación de las cuatro etnias, y a fomentar una convivencia en paz mediante la exclusión de toda acción militar.
De acuerdo con Rogelio Mejía, delegado del Cabildo Gobernador Arhuaco, la alianza debe ser un esfuerzo por permitir que los pueblos indígenas puedan vivir en paz, quien considera que el problema de los Derechos Humanos no es de retórica o discursos, sino de una práctica social en donde exista el reconocimiento y el respeto por la diferencia, el respeto por el otro.
“Es un derecho humano permitir que las autoridades nuestras nos puedan gobernar; que los mamos tengan garantizados los lugares sagrados para que los indígenas ahora y en el futuro podamos hacer nuestros pagamentos; es un derecho humano los recursos naturales, el agua que nos tomamos, el aire que respiramos, los bosques que cuidamos para tener los animales que necesitamos; creo que los derechos humanos no se pueden manejar desde un ámbito de discurso, sino de la práctica”, sostuvo el dirigente.
El dirigente también llamó la atención sobre la ausencia de representantes del Estado y de las instituciones gubernamentales.
“Es la realidad de los pueblos indígenas en este país y es la realidad nuestra que no contribuye a nuestros intereses que son el desarrollo propio, el legado, el patrimonio colectivo de esta cultura, nuestros ritos, nuestra forma de pensar, de actuar, que hacen parte de ese patrimonio colectivo que los indígenas necesitamos se nos garantice. No solamente que se garantice, sino que se contribuya para que realmente seamos ser lo que hemos sido siempre, unos indígenas con autoridades propias. Pensamos que aquí que en este territorio y el territorio tradicional, incluyendo las poblaciones que ocupan hoy parte del patrimonio tradicional, deben estar bajo la orientación, bajo las directrices de nuestras autoridades propias, cualquiera que ellos sean grupos legales e ilegales, necesitamos que haya respeto, que se nos mire como lo que somos, gente de paz, gente con una tradición, que nos armonizamos con nosotros mismos y otras cultura y que necesitamos que se propenda por el respeto”.