Ante la dura situación de orden público que viven las comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en especial el pueblo Kankuamo, y en el marco del cumplimiento de las Medidas Cautelares para estos grupos étnicos, se desplaza durante tres días a la población de Atanque, Cesar, una Comisión Humanitaria conformada por delegados de la Defensoría del Pueblo, la Oficina de Asuntos Étnicos del Ministerio del Interior, Comisionado de Paz de la Vicepresidencia de la República, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entre otras instituciones, como también la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), el Colectivo de Abogados y ONG amigas de este proceso.

 

El objetivo de esta Comisión es el de verificar en terreno los hechos de violencia que han lastimado a la población civil e indígena de la región como lo son: retención de alimentos por parte de las autodefensas unidas de Colombia (AUC) y las fuerzas militares, la persecución, estigmatización y constantes señalamientos, que mantienen al pueblo Kankuamo en una crisis humanitaria.

 

En los últimos años, el pueblo Kankuamo ha sido diezmado en más de 200 personas por parte de conflicto armado, 58 de los cuales ocurrieron en el 2003 y 44 de los mismos fueron a manos de las AUC.

 

“Desde que fueron dictadas las medidas cautelares han bajado los asesinatos selectivos, sin embargo se mantienen otros factores que nos afectan, entre ellos, la libre circulación de paramilitares en Valledupar, y desde ahí chantajean, amenazan y extorsionan a los indígenas que logran llegar a esa ciudad, y hasta los maltratan, todo esto a la vista de policías y militares”, indico a Actualidad Étnica, uno de los desplazados Kankuamos en Bogotá.

 

El pueblo Kankuamo le exigió a los actores armados del conflicto que los dejen tranquilos para que puedan cuidar de su territorio y del medio ambiente, como también su autonomía, para fortalecerse organizacionalmente, y mantener intacta su cosmovisión.

 

 

 

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