La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) denunció una serie de atropellos cometidos contra el resguardo indígena Awa de Magui, municipio de Ricaurte, departamento de Nariño, luego de operaciones militares realizados en la zona, en el marco de la política estatal de Seguridad Democrática.

 

Así lo hicieron saber en una carta de denuncia, donde los dirigentes y gobernadores indígenas de la región, quienes se reunieron el pasado 16 de febrero en asamblea extraordinaria, evaluaron la situación.

 

De esta forma, se hizo público que el pasado jueves 12 de febrero, siendo las 5:00 de la mañana, sobrevoló un avión fantasma por la zona del Resguardo de Magui, aproximadamente a las 6:30 a.m. Luego, continua la denuncia:  “aparecieron dos aviones que junto con el otro siguieron sobrevolando y se escucharon tres disparos desde abajo, algunas personas pasaban en esos momentos por el camino al lado de una escuela, ellos se asustaron por el ruido de los aviones y se detuvieron frente a la casa del señor Servio Ortiz. Luego continuaron su camino y a los 10 minutos (7:00 a.m.), al estar frente a la casa de las Hermanas Lauritas vieron que el avión botó dos aparatos largos como de 50 cmts., que venían echando humo por la punta produciendo un ruido espantoso. Otros vecinos de la región vieron que cada avioneta disparó tres veces y cada disparo botaba los dos aparatos, luego quedó todo en silencio.

 

Más o menos a las 8:00 a.m., el señor Gilberto Tapie que tiene su finca al lado de la escuela fue a mirar y se dio cuenta que un aparato había caído en la finca produciendo derrumbes que destruyeron parte de la sementera del Charal. Posteriormente, el profesor Alexander Narváez se acercó con otro joven del Colegio Agropecuario Municipal Magui y encontró un bloque de la escuela, la cocina y el restaurante, lo mismo que los baños, cuyeras, galpón de pollos, totalmente destruidos. Algunas láminas de zinc y parte del plástico negro  que cubría la cuyera estaban enredadas encima de los árboles.

 

El otro bloque de la escuela no se fue al suelo pero quedó totalmente deteriorado, pues algunos pilares y las tablas de la pared estaban partidos.

 

El bloque de la escuela destruida es de 9 x 16 metros y el segundo bloque de la misma porción. El restaurante era de 10 x 5 metros. El terreno donde estaba construida la escuela fue banqueado en mingas comunitarias, los materiales fueron donaciones del municipio de Ricaurte y el PNR, la construcción fue cofinanciada entre estas entidades y el trabajo comunitario. La cancha de la escuela también fue banqueada por la comunidad, esta escuela viene funcionando 58 años aproximadamente en este mismo sitio.

 

Las eras que se habían preparado para la siembra de hortalizas y la siembra tradicional de chiro, yuca, plátano, maqueño y los árboles frutales de los alrededores quedaron parcialmente destruidos. Como consecuencia de este hecho se han desplazado 6 familias con 36 personas, un niño de 2 años ha quedado afectado pues perdió el conocimiento en el momento del impacto. Se han suspendido hasta la fecha las clases en la escuela y la población del Resguardo Indígena de Magui por el temor y la incertidumbre de que se presenten nuevos ataques no ha podido continuar con sus labores diarias”.

 

De igual forma, la ONIC denunció el asesinato por parte del Ejercito de Gerardo Casanova, meztizo de la región compañero de la indígena Awa de Cuchilla del Palmar con quien tenía dos hijos y en ese momento estaba embarazada. Según la organización indígena, los hechos sucedieron cuando Casanova se encontraba pescando en el río Vegas con un miliciano de las FARC.

 

“El mismo día en la noche la mamá y la esposa vinieron ante la policía que se ha ubicado en el salón comunitario de la parroquia de Altaquer para exigir que les entregarán el cadáver y aclarando que su hijo y su esposo no eran guerrilleros. El viernes 13 de febrero de 2004, el cadáver fue sacado a Altaquer sobre un caballo y luego descargado como un bulto en una esquina de la plaza cerca al templo, donde fue dejado por varias horas, mientras la policía y el ejército se mantenían en la plaza. La población atemorizada solo miraba desde lejos. Posteriormente, llevaron el cadáver a Ricaurte para la autopsia, la mamá lo reclamó con el apoyo del padre William Pantoja, párroco de Ricaurte (Diócesis de Ipiales) y lo entregaron tarde de la noche e inmediatamente lo transportaron a Altaquer. En la mañana las hermanas misioneras y la población acompañaron orando el Rosario y a las 2:00 p.m. se realizaron las exequias presididas por el párroco de Ricaurte, pues el párroco de Altauqer (Diócesis de Tumaco) se retiró de la población cuando la policía ocupó los salones de la parroquia contiguos a la casa cural”.

 

Esta situación ha genera pánico y terror ante nuevos ataques, por lo que la población de Vegas se ha desplazado a Altaquer y Ricaurte.

 

Estos hechos suceden en el marco del compromiso hecho por el presidente Álvaro Uribe Vélez de devolverle la paz al departamento de Nariño, luego de un Consejo de Seguridad realizado en el municipio de Chachauí el pasado mes de enero.

 

Ante este panorama de violencia la ONIc hizo las siguientes exigencias

 

1. Que el Gobierno Nacional reconstruya la escuela destruida con su correspondiente dotación.

2. Diferenciar la población indígena que habita en la región de los grupos al margen de la ley, según el censo del Cabildo Indígena Magui, 142 familias con 750 personas.

3. Respetar las casas de habitación, lo mismo los locales de uso comunitario como la casa del Cabildo, las escuelas, el colegio, puestos de salud, casa de Hermanas Lauritas que serán señalizadas con banderas blancas.

4. Apoyar con mercados a la población desplazada interna y externamente.

5. Reconocer como sitios de formación permanentes: la casa del Cabildo, el colegio, las escuelas de Arrayán, Inviná, Magui, Cumbas, Guadual; también las casas comunales de Arrayán.

6. Acompañamiento psicológico para la población que siente afectada en su integridad física y psíquica.

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