Sin importarles las Medidas Cautelares que cobijan a las comunidades indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta, grupos armados que operan en la zona siguen masacrando y aniquilando a estos pueblos que tarde o temprano serán conducidos a la extinción.
Así lo demuestra un nuevo asesinato que enluta a la comunidad Arhuaco ocurrido el pasado viernes 26 de marzo, cuando en horas de la noche –según denunció la misma comunidad- Nicolás Izquierdo, 33 años, hijo del Mamo (médico tradicional) Gregorio Izquierdo, se encontraba labrando la tierra en su pequeña finca, ubicada en jurisdicción de Sabana Crespo cuando fue sacado a la fuerza por tres hombres fuertemente armados.
“Lo sacaron de su tierra, le amarraron las manos y le taparon los ojos, luego se lo llevaron hasta el sitio conocido como 'El Reposo, en la vía que de Valledupar conduce a los Cominos de Valerio, donde le dieron un disparo en la cabeza”.
El cuerpo de Nicolás fue encontrado por otros indígenas cuando transitaban por el sector, quienes informaron de inmediato a las autoridades Arhuacas.
Sin embargo, las autoridades públicas fueron informadas casi tres días después de los hechos, y es el momento en que el cuerpo de Nicolás se encuentra aún en la Morgue de Valledupar, confirmo a Actualidad Étnica, Helena Izquierdo, directiva del la EPS indígena Dusakawi.
Este hecho fue repudiado por la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), en cabeza de Luis Ébelis Andrade, y de la Organización Arhuaco, quienes vienen solicitando vehementemente a los grupos armados del conflicto respeten la autonomía y derecho propio de la comunidades nativas, como también han exigido de parte del Estado colombiano –envuelto en una carrera guerrerista- la protección necesaria para continuar con su camino milenario.