Por petición de la Fiscalía Regional de la Guajira, nororiente colombiano, y luego de extensas horas de discusión con las autoridades tradicionales Wayuú de varios clanes de la región, se autorizó a una comisión de Fiscales, junto con hombres de la Dijín de la Policía, a realizar la exhumación de tres cadáveres, entre ellos el de un menor de edad, asesinados entre el 2003 y el 2004, al parecer, a manos de grupos paramilitares que operan en la zona.
Las víctimas, de las castas Puchaina y Jusayú, fueron asesinadas en las calles de Maicao, cerca de la frontera con Venezuela.
Así lo confirmaron los fiscales y criminalistas de la Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía General, que exhumaran los cuerpos de los indígenas muertos por impactos de bala.
De igual forma, los órganos de seguridad informaron que estas muertes, al parecer, forman parte de una cadena de asesinatos cometidos por el frente de contrainsurgencia Wayuú, del bloque norte de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, a la cabeza de Jorge Tovar Pupo, alias 'Jorge 40'.
Las investigaciones se iniciaron en medio de la masacre de 12 indígenas Wayuú y el desplazamiento de cientos de familias, cometidos el pasado mes de mayo en Bahía Portete, Guajira, a manos de comandos paramilitares presentes en la región.
Según la Fiscalía, desde entonces, se han capturado por lo menos 33 personas señaladas de hacer parte de los paramilitares en esta zona del país, entre ellos, José María Barros Ipuana, alias 'Chema balas', hombre de confianza de 'Jorge 40'.
Para los indígenas, este hecho –aceptado basados en la búsqueda de justicia para sus amigos y familiares asesinados- rompe con toda una tradición milenaria que bajo el candente sol de la península y las salinas del mar, han guardado los Wayuú, y es la del respeto a sus antepasados y territorios espirituales sagrados.