En un documento firmado por representantes de 23 castas, el pueblo wayuu plasmó su preocupación por los hechos de violencia que han sembrado de muerte e incertidumbre al poblado de Bahía Portete, asentado en la Alta Guajira colombiana. La misiva ya fue entregada al presidente Álvaro Uribe Vélez y otras autoridades colombianas, y según trascendió, ayer una copia sería presentada a representantes gubernamentales de Venezuela, dado el arribo de ciudadanos indígenas al territorio.
En uno de sus párrafos expone: "Para nadie es un secreto que la Guajira ha servido como punto estratégico de embarque de grandes cargamentos de drogas hacia el exterior, tampoco podemos ocultar que muchos wayuu han pasado a formar parte de este negocio ilícito, pero esto ha sido tolerado por la misma fuerza pública del Estado colombiano".
Más abajo se lee: "La Guajira (territorio wayuu) por las situaciones descritas anteriormente a partir de tres años atrás se ha convertido en el objetivo de grupos armados al margen de la ley, que buscan monopolizar los negocios productivos para su beneficio particular. Ciertamente la penetración de estos grupos fue "acolitada" por algunos miembros de nuestro pueblo que se dedican a esas actividades".
También exponen que: "Los actuales momentos requieren del consenso y coordinación de los gobiernos de Colombia y Venezuela; este último país al que estamos siendo desplazados constituyéndose en un problema social de incrementarse los cinturones de miseria de las ciudades fronterizas".
Ante este escenario, José María Pinto, secretario de Asuntos Indígenas de la Alcaldía de Maicao, explicó que "todos los días se producen desplazamientos hacia la jurisdicción. Los acogemos como desplazados por la violencia. Debido a esta situación ya han habido mesas de conversaciones con las autoridades del Departamento".
El funcionario explicó que se trata de "movilizaciones atípicas, porque los pueblos indígenas son intocables dentro de sus espacios. En la actualidad más de 300 personas están en Maicao y la mayoría son niños".
Recordó que carecen de los medios para atender debidamente a los indígenas azotados por la violencia paramilitar.
"Muchos de los que han llegado se van a Venezuela a refugiarse en casas de familiares que viven en Sinamaica, Paraguaipoa, Maracaibo y otros sectores de la región", destacó.
Drama
"Allá en Portete no quedó nadie. Nos vinimos sin nada. Unos están en Manaure, otros en Uribia y nosotros aquí en Maicao. Un grupo de paisanos se fue con los familiares de Venezuela. Pensamos volver cuando la cosa se ponga buena".
Con este relato "María", quien pidió ser resguardada con un nombre ficticio, contó el episodio que le tocó vivir a unos 3 mil pobladores de la localidad ubicada en la Alta Guajira.
Junto a su esposo y sus cinco hijos de 17, 15, siete, cuatro y dos años, se vino en cola huyendo, igual que el resto, de la violencia generada por grupos paramilitares en la bahía conocida por sus exuberantes costas.
Ahora permanece en compañía de unos 40 paisanos en un pueblo ubicado en la carretera vieja de Uribia. El hambre y el miedo son parte de la rutina. Atrás dejaron sus animales de cría y las canoas para pescar, actividades que significaban su medio de sustento.
Otra de las mujeres, quien también pidió omitir su identidad, dijo que desde hace una semana no reciben ayuda de las autoridades de Maicao. "Nos trajeron un kilo de arroz, uno de caraotas, uno de azúcar y un litro de aceite. Ya no tenemos comida", repuso.
Haciendo uso de sus costumbre los redactores expusieron: "Seguiremos buscando mecanismos espirituales propios de la cultura wayuu que nos permitan a través de los sueños encontrar una salida pacífica a este conflicto, aún bajo la mirada inerte del Estado colombiano, pero estamos seguros que desde Jepira (lugar de los muertos) vendrá el mensaje que nos permita recuperar nuestro territorio y mantener la paz y la armonía mediante la palabra legado de nuestros ancestros".
Peticiones
Entre los puntos figuran: 1. Invocando el Artículo 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Artículo II de la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre, los Artículos 2, 26 y 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificada por Colombia según Ley 21 de 1991 y el Artículo de la Constitución Política de Colombia, el pueblo wayuu solicita al gobierno Colombiano acciones urgentes y efectivas que permitan poner fin a la violación de los derechos humanos en el territorio wayuu y se garantice la vida en concordancia con la constitución Nacional. 2. De conformidad con el Decreto 1396 que se convoque la Comisión de Derechos Humanos de los Pueblos indígenas, para que sesione en Uribia con la participación de los organismos de Derechos Humanos para analizar la situación que padece el pueblo wayuu. 3. Que se convoque un consejo comunal con los organismos de derechos humanos y las instancias del Gobierno Nacional en el departamento de la Guajira para que presenten informes de la situación actual del pueblo wayuu.
Coordinar plan de ayuda para 30 días
Un plan de ayuda humanitaria y seguridad para 30 días fue organizado ayer con diferentes organizaciones y entes gubernamentales, con el fin de prestar asistencia a los 306 movilizados de la etnia wayuu que salieron de tres zonas de Colombia, por presuntos enfrentamientos entre el Cartel de la Costa y paramilitares.
La lista de prioridades efectuada en la tarde del miércoles en la seccional Zulia de la Organización Cruz Roja, contó con la asistencia de la Guarnición del estado, Comando Regional número 3, Protección Civil, Unicef, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), representantes del Clez y delegados del Consulado de Colombia, informó el director de la fundación, Carlos Montiel.
"Fue una reunión amena en la cual logramos coordinar las acciones que mantendrán con buena salud a los ciudadanos colombianos.
En materia de seguridad acordamos darle paso libre a las personas que lleguen hasta la Alcabala de Paraguachón, como refugiados, mientras que la Policía Regional resguardará los centros de acopio improvisados en la ciudad", dijo Montiel.
Inmunizan
Para evitar problemas de salubridad la Dirección Regional de Salud, Unicef y Acnur, intensificaron la inmunización de los wayuu, para evitar brotes epidemiológicos en su entorno. Al menos 40 médicos y paramédicos, 16 bionalistas, 11 nutricionistas y 14 enfermeras trataron a los indígenas en nueve barrios del noroeste de Maracaibo, tales como Catatumbo, Indio Mara, Nazaret, Cerro del Ávila, El Marite y Jaime Lusinchi, entre otros.
El director Regional de Salud, Luis Felipe De Los Ríos, señaló que su personal aplica el esquema de vacunación completo, ya que desconocen si anteriormente fueron observados.
"La red de ambulatorios tienen conocimiento y luz verde para atenderlos en caso de que alguno de ellos solicite ayuda. El Hospital de Paraguaipoa fue dotado para esta contingencia", indicó
De los Ríos
La coordinadora del ambulatorio urbano I Chinoa Julio, Ana Solarte, comentó que las patologías más frecuente en esta población son parasitosis, anemia y lesiones en la piel como escabiosis.
Una de las movilizadas, identificada con el nombre de Deborah, aseguró que no se trata de personas que transitan de ciudad en ciudad, sino de una situación grave en la que perdieron todo lo que tenían "y los más importante, hijos, hermanos, padres y madres en la masacre que comenzó el 18 de abril".