Durante seis dÃas el terror ha rondado por las destruidas calles de ToribÃo, Cauca, mientras los combates entre guerrilleros del VI frente de las FARC y la Fuerza Pública no parecen llegar a su fin.
La población, que en su gran mayorÃa es indÃgena, no ha podido dormir tranquila, esperando que en cualquier momento, una bomba –ya sea del Ejército o de la guerrilla,- caiga en medio de las camas.
Germán Campo, consejero de la Asociación de Cabildos IndÃgenas del Norte del Cauca (ACIN), le contó a Actualidad Étnica que han sido dÃas de muerte y destrucción para todos.
“Eso de que la policÃa nos protege es falso, no estamos en contra de ellos, pero la población ha tenido que resguardarlos. Se meten en las casas, se refugiaron en el hospital, y por eso la guerrilla ataca esas infraestructuras de la población civil, porque ahà se esconden los policÃasâ€.
Según el asesor indÃgena, hasta el momento han sido afectadas –por cilindros bombas, granadas y proyectiles, entre otras armas- más de 140 casas de las cuales, 40 se han convertido en cenizas.
Con el correr de la horas, los habitantes de este pequeño municipio de 399 Km2, se hunden más en el desespero. En los cinco puestos de albergue que dispusieron las autoridades indÃgenas para la población, hace falta vÃveres no perecederos, ropa, colchones, medicinas, pero: “todo esto lo han facilitado las organizaciones indÃgenas, porque el gobierno, con su Red de Solidaridad Social, no llega por ninguna parte. En cambio, el Ministro de Defensa asegura que todo ya está en orden, el territorio recuperado y las ayudas en caminoâ€.
El alcalde de ToribÃo, ArquÃmedes Vitonás, aseguró que la incertidumbre es total y todo está fuera de control. "Estamos a merced de Dios, porque la situación es de zozobra y da tristeza ver el orgullo, la prepotencia y hambre demencial de los grupos armados ilegales que no quieren la paz".
El respaldo
Por su parte, más de 1.000 indÃgenas de muchos resguardos del Cauca, llegaron este lunes en un peregrinaje al destruido casco urbano de ToribÃo, en señal de solidaridad con los cuatro mil habitantes de ese municipio y “como rechazo a todo acto de guerra contra ellos o la población civil campesinaâ€.
Asà mismo, el territorio es visitado por una comisión conformada Amerigo Incantaterra, Christopher Guarnotta, Roberto Mignone y Enrique Maltine, representantes del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas en Colombia, con el objetivo de solidarizarse con la comunidad afectada, y rechazar los hechos ocurridos en dÃas anteriores.
Para el Senador indÃgena, Gerardo JumÃ: “La acción perpetrada por las FARC contra una población indÃgena, es un acto de barbarie y terrorismo que todos los debemos repudiarâ€, dijo el Senador indÃgena en el marco de una reunión de la Alianza Social IndÃgena, señalando además que “la misma es una afrenta contra las manifestaciones de resistencia civil desarrolladas por las comunidades y organizaciones IndÃgenas en esta región del paÃsâ€.
Por su parte, la DefensorÃa del Pueblo aseguró que: “No existe justificación alguna para haber atacado deliberadamente a la población civil y a los bienes civiles en ToribÃo y otras poblaciones del paÃs, como en San Onofreâ€, y solicitó las autoridades estatales y gubernamentales: “ante el riesgo de que tales ataques contra la población civil se vuelvan a presentar, intensificar las tareas de prevención y de información, en especial prestar especial atención a los reportes de alerta temprana que presente la DefensorÃa del Puebloâ€.
La resistencia
Para las mujeres indÃgenas de la Ruta PacÃfica: “En un paÃs en el que se ha instalado la violencia como un recurso eficaz para lograr ciertos objetivos, las voces del pueblo indÃgena Nasa se han opuesto sistemáticamente al empleo de cualquier forma de agresión para conseguirlos y se han constituido en ejemplo de la Resistencia PacÃfica a la Guerraâ€.
ArquÃmedes Vitonás invitó a una resistencia civil pacÃfica contra los violentos a quienes nuevamente instó a dejar a sus comunidades y resguardos al margen del conflicto armado como pueblos pacÃficos que son.
Para las organizaciones indÃgenas de la región, ni el gobierno ni los grupos armados legales e ilegales: “han entendido nuestro pensamiento de autonomÃa y gobierno propio. Estos derechos están consagrados en la Constitución PolÃtica y los deben respetarâ€, recalcaba Germán Campo.
Los indÃgenas quedaron: “a la espera de la solidaridad nacional e internacional y del amanecer, para prestar la atención necesaria a hombres, mujeres, niños y ancianos y a toda la población, que hoy nuevamente no podrá dormir, victima de esta pesadillaâ€.