Las comunidades indígenas de los municipios de Mitú y Carurú, departamento de Vaupés, selva amazónica colombiana, hicieron un llamado de alerta ante la grave situación humanitaria por la que atraviesan en medio de los constantes enfrentamientos de los grupos armados, los caminos minados y las restricciones a la movilidad de alimentos, medicinas y otras mercancías.

 

Las Autoridades Tradicionales advirtieron del alto riesgo de extinción a los que han sido sometidos por el conflicto armado, el reclutamiento forzado de sus jóvenes por parte de los grupos armados ilegales como las FARC, y rechazaron las constantes estigmatizaciones de la Fuerza Pública como de las guerrillas, de ser colaboradores de los bandos en confrontación.

 

Los habitantes de los dos municipios –que suman unas 20 mil personas de las cuales el 85% son indígenas-, insistieron en denunciar las medidas excesivas de control militar, como requisas y el registro de las entradas y las salidas y, asimismo, restricciones impuestas a la circulación de personas, de víveres, de combustibles “y de bienes necesarios para nuestra la subsistencia”.

 

Esta situación fue advertida ya en octubre de 2004 por la Defensoría Delegada para la Evaluación del Riesgo de la Población Civil como Consecuencia del Conflicto Armado, sin que hasta el momento el gobierno nacional haya desplegado las medidas necesarias para proteger a la población civil, como lo evidencian las comunidades indígenas y campesinas de la región.

 

El riesgo de que en la zona ocurran violaciones masivas de los derechos humanos, desplazamiento forzado, acciones bélicas, uso del terror y la violencia como forma de control, atentados contra la vida, la libertad y la integridad física, discriminado en el Informe Defensorial del 2004, “es ahora inminente”, alertan las Autoridades indígenas.

 

Visibles también son las minas antipersonales que las FARC han sembrado a lo largo y ancho de caminos y chagras -sectores donde a diario se movilizan indígenas y campesinos- para impedir el avance de la Fuerza Pública.

 

La presencia del puesto de policía en el casco urbano de Carurú ha impulsado a los más cercanos residentes a la estación, ha desplazarse a sitios más seguros porque: “la guerrilla incluso ha llegado a lanzar cilindros de gas y otros artefactos explosivos que casi siempre caen y explotan fuera de su objetivo directo, y van a dar sobre las viviendas que se encuentran alrededor del puesto de la Policía”, narró un habitante de ese municipio.

 

Ante los hechos que han agudizado la crisis humanitaria, estas poblaciones ancladas en la selva amazónica, frontera con Brasil, se encuentran sitiadas y están invocando solidaridad, cooperación y protección urgente de parte del gobierno nacional, como de la comunidad internacional.

 

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Comunidades indígenas y campesinas del Vaupés confinadas por combates armados y minas antipersonales en sus territorios

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