Recogemos este bello texto que exalta de manera profunda la labor que ha venido desempeñando nuestro amigo y colega Hollman Morris al servicio de los pueblos indigenas de Colombia y en general de las comunidades marginadas de nuestro país. El trabajo desarrollado por Hollman le valió el reconocimiento de “Human Rights Watch en la ciudad de Washington, con el premio internacional HELLMAN-HAMMET concedido a escritores y periodistas que se han destacado por sus denuncias y trabajo en pro de una cultura en Derechos Humanos, en su caso por la producción del programa CONTRAVÍA”.

 

Compañero Hollman, de todo corazón, nuestras felicitaciones y nuestro abrazo solidario.

 

“Recoger la verdad en las calles y los campos, escucharla en la palabra de los pueblos, dejarla que se cante en su música propia en imágenes y paisajes, resaltarla dando la cara, buscándola, estando allí donde pocos llegan, donde reina la soledad y se impone el terror, nombrar lo que se debe, querer hacerlo así no se pueda, defender la vida para seguir viviendo, eso es andar en CONTRAVÍA frente a lo que hoy se nos impone y se considera normal. Vivir en CONTRAVÍA es lo que le toca a la gente de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, a los Pueblos del Chocó, a la gente de Mapiripán, a muchos y muchas otros y a todas y todos los pueblos indígenas de Colombia. Navegando en CONTRAVÍA para contar estas vidas y tantas muertes, Hollman y su equipo hacen un programa que así se llama con razón. Aunque por eso lo pretendan esconder en las horas más tardías de la noche y en espacios de reducida audiencia, allá lejos, tan lejos como están de la conciencia de las mayorías los protagonistas de las historias de CONTRAVÏA, allá lejos lo buscamos muchos, cada vez más, porque en esos bosques y selvas, en los lugares donde pretenden enterrar la vida y volver invisible la verdad, allá nos encontramos, en CONTRAVIA, porque desde allá viene la otra Colombia, talvez la Colombia verdadera, como lo dijo el mismo Hollman. En CONTRAVÍA recibe hoy Hollman el reconocimiento en Washington, desde donde se financia, se promueve y se planifica el horror que narran las historias que hoy son reconocidas. Con Hollman llegan a Washington hoy los condenados al olvido, los que no deben contar ni cantar, los que no deben verse y ante todo, lo que se les hace para robarles la riqueza y desaparecerlos. Pero llega más, porque Hollman no promueve ni la lástima ni la compasión. La suyas son historias de dignidad. Recoge y proclama la hermosa valentía de un pueblo de muchos pueblos que se enfrenta a la muerte y al egoísmo con el amor a la Vida, la Alegría, la Justicia, la Equidad y las Autonomías. Para que lo sepan por allá donde dicen que este es un país de asesinos, narcotraficantes y corruptos, donde esto es lo único que se sabe oficialmente. Para que sepan que al contrario y en CONTRAVÍA, quienes más son perseguidos y eliminados (de vista o de hecho), acá los pueblos defendemos la vida y la construimos. Por eso hoy nos reconocen a todas y a todos. SOMOS UN PAÍS EN CONTRAVÍA. Por eso estamos felices allá, en Washington, desde donde se ordena la muerte y el robo, porque allá hay aliadas y aliados, gente buena, que ha llegado hasta las selvas y los espacios ocultos y reconoce, defiende, promueve, proclama y se une a esta CONTRAVÍA en la que estamos en Minga”.

 

Hollman, compañero, felicitaciones y gracias. Recibe ese reconocimiento que revive a los que han asesinado, le da la palabra a los que han callado y le da la presencia a quienes la merecen.

 

Has caminado el pensamiento del pueblo Nasa y para ti,

 

Las palabras sin acción son vacías

La acción sin palabras es ciega y

Las palabras y la acción por fuera del espíritu de la comunidad Son la muerte

 

Felicitaciones Hollman y compañeros de CONTRAVÍA.

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