Desde la noche del domingo los Guaraníes (de los sub-grupos Kaiowá y  handeva) mantienen cerrada la carretera BR 199, que une el municipio de Sete Quedas con Japorã, en Mato Grosso do Sul (MS) en la región de la tierra indígena Porto Lindo. Los indígenas solicitan de la Funai que publique el informe de identificación del área, finalizando así el primer paso administrativo para la demarcación de la tierra indígena.

 

En la madrugada del domingo 26, un indígena fue muerto y por lo menos otros tres fueron heridos durante una re-ocupación realizada por cerca de 160 indios en la tierra indígena Sombrerito, ubicada en el municipio de Sete Quedas. Cerca de 100 indígenas continúan en las haciendas re-ocupadas, entre ellas la Hacienda Floresta Negra.

 

A pesar de que oficialmente los órganos dijeron que MS es parte de las prioridades de reconocimiento de tierras, en la práctica no hubo empeño efectivo para realizar avances en los procesos de tierras indígenas. Ello lleva al endurecimiento de los conflictos y a reacciones de los indios al ver sus tierras cada vez más explotadas.

 

El Consejo Indigenista Misionero (Cimi) viene hace meses denunciando que la Funai, a través de su presidente Mércio Pereira Gomes, y el Ministerio de Justicia, a través del ministro Marcio Thomaz Bastos, han estorbado los procesos de demarcación de tierras indígenas, prolongando plazos y solicitando estudios complementarios. A la histórica demora para el comienzo de los procesos de identificación de las tierras, se le suma la morosidad de la actual administración y el resultado es la violencia que asistimos en diversos puntos del país. Ejemplos recientes son este caso en MS y el asesinato del cacique José Araújo Guajajara, en Maranhão, ambos por conflictos de tierra.

 

En Mato Grosso do Sul, la Policía Federal instauró una investigación para averiguar quienes son los responsables por el ataque a los indígenas, y está escuchando las declaraciones de los mismos.

 

De acuerdo con informaciones de indígenas que estuvieron en la re-ocupación, 30 pistoleros llegaron en 2 camionetas a las 8 horas de la mañana del domingo. Un tiro disparado por uno de los pistoleros alcanzó el tórax del indígena Dorival Benitez, matándolo. Ari Benitez, hermano de Dorival, está herido en el brazo. Silvio Iturbe, vice-cacique de la aldea Jarara, quedó con el ojo herido.

 

Las re-ocupaciones de tierras son la forma encontrada por los indígenas para poder volver a vivir en sus territorios tradicionales que están invadidos por hacendados. No son, por lo tanto, los indígenas que "invaden" el área, sino los ocupantes no-indios que las invadieron y tomaron de los indígenas. Como el estado brasileño, responsable de la demarcación de las tierras indígenas, no realiza las demarcaciones, los indígenas son obligados a re-ocupar las tierras.

 

En algunos casos, los hacendados entran en las tierras indígenas por iniciativa propia; en otros, las tierras indígenas fueron distribuidas por el estado brasileño. En la región de lo que hoy llamamos Mato Grosso do Sul, el poder público fue un gran incentivador de la ocupación de las tierras indígenas a través de su política de colonización.  

 

Contexto local

 

La región donde está situada la tierra Sombrerito fue, desde el comienzo del siglo, productora de yerba mate, principal producto comercial de la región por décadas. Los indígenas eran empleados por la Companía Matte Larangeiras y continuaron por ello viviendo en sus territorios. Con la decadencia del producto, la actividad pecuaria creció en la región, ya en los años de 1970. Antiguos capataces de la empresa pasaron, a partir de la década del 70, a recibir incentivos para promover la actividad agropecuaria. Pero la expansión del nuevo negocio dependía de la expulsión de la población indígena.

 

Los indígenas que vivían en Sombrerito fueron expulsados de su territorio en 1975 por el hacendado Bonifácio Saldanha. La comunidad re-ocupó parte de las tierras en setiembre de 1999. Presionados, en diciembre del mismo año parte del grupo dejó el territorio. Las familias que allí se mantuvieron fueron expulsadas por matones en el 2000, y se refugiaron en las tierras de Porto Lindo, Sete Cerros, Amambaí, Jaguapiré y Aldea Limão Verde.

 

También en la década del 70, el Incra fijó a unas decenas de familias en la tierra indígena. Sin embargo, sólo 8 hacendados son dueños del 90% de la tierra identificada como indígena, que tiene cerca de 13.000 hectáreas. El GT de identificación del área fue instituido por la Funai en 2003.

 

Traducción: Daniel Barrantes - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

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