La declaración del paro armado en el Putumayo por parte de la guerrilla de las FARC y los violentos enfrentamientos con el ejército que se han prolongado durante mas de un mes, tienen a la población del Putumayo en una desoladora situación.

 

La quema de vehículos de transporte  público y la voladura del puente sobre el río Villalobos por parte de las FARC, han causado un paro de transportadores que ha afectado a toda la comunidad, quienes afrontan en este momento la escasez de alimentos, gasolina y suministros básicos para la subsistencia. Como si fuera poco, dos torres de energía eléctrica fueron destruidas y otras tantas averiadas, causando una peligrosa crisis hospitalaria en medio de la situación de vulnerabilidad de la población civil.

 

Los combates se concentran en las zonas fronterizas del Putumayo con los departamentos de Cauca, Nariño, y en la frontera con el Ecuador, lo cual evidencia el carácter de disputa territorial de estos enfrentamientos. La ola de violencia inició el 25 de junio con el ataque de las FARC a la base fronteriza de Teteyé y de la cual resultaron 22 militares muertos. Hasta este momento los blancos eran las fuerzas militares y la infraestructura petrolera en Orito; fue a partir del 20 de julio que los ataques se generalizaron hacia personas y bienes de la población civil con la voladura de las torres de energía en San Francisco; el 22 del mismo mes volaron el puente sobre el río Villalobos y el 25 de julio un bus intermunicipal que cubría la vía Pitalito- Mocoa quedó en medio del fuego cruzado dejando heridas a 19 personas.

 

“Desde mediados del mes de julio un grupo especial de la Policía Antinarcóticos, apoyado por la Fuerza Aérea empezó a ejecutar una operación de asalto contra los campamentos de los frentes 32 y 48 de las FARC ubicados sobre la frontera ecuatoriana. Como respuesta a estos bombardeos la guerrilla de las FARC decidió obligar al Ejército y a la Policía a dispersarse lanzando una serie de ataques en diversos puntos del departamento, lo cual afectó de manera directa a la población civil.”[1]

 

El departamento del Putumayo cuenta con una población de 369.365 habitantes, de los cuales tan solo 1.475 personas son pertenecientes al pueblo Cofán, ubicado en la región fronteriza entre Ecuador y Colombia, en las comunidades de Santa Rosa de Sucumbíos, Yarinal, Santa Rosa de Guamuez y la vereda el Ají[2] Este pueblo, se ha caracterizado por un amplísimo conocimiento ancestral de las plantas y entre ellas el uso del yagé. Aunque hasta el momento su política frente al conflicto ha sido la resistencia y permanencia en sus territorios, las últimas acciones armados han causado el desplazamiento masivo de estas comunidades con un saldo hasta el momento de 75 personas desplazadas; lo que corresponde al 5% de la población total de este pueblo.

 

Los hechos se dieron el 19 de Julio del 2005, cuando 25 personas de la población indígena Cofán de la comunidad de jardines de Sucumbíos y el resguardo de Santa Rosa de Sucumbíos, tuvieron que desplazarse hacia el casco urbano de Orito (Putumayo), a raíz de los constantes combates entre guerrilla y ejército en la frontera entre Nariño y Putumayo.

 

Solo siete días después de este desplazamiento, el 26 de Julio, la historia se repitió en los resguardos fronterizos de Santa Marta, Macuyacu y la vereda de Verdeyaco en el Cauca; esta vez por los nuevos enfrentamientos entre Ejército y FARC. El resultado fue el desplazamiento de 50 indígenas Cofánes quienes huyeron hacia el casco urbano de Mocoa, capital del departamento.

 

Los antecedentes del conflicto social que viven las poblaciones indígenas del Putumayo se relacionan con la apertura de vías, y a través de estas, la llegada de grupos de colonos que iniciaron la explotación indiscriminada de las selvas, así como las extracciones petroleras y madereras en la región. Como consecuencia de esto los cofanes han sufrido innumerables desplazamientos y han perdido hasta el momento el 82% de sus tierras. Sumado a lo anterior está la inserción de cultivos de coca y amapola que llevaron el conflicto armado a la región y agudizaron aún más la destrucción ambiental, agravada no sólo por la cantidad de selva tumbada para los monocultivos, sino por las fumigaciones que adelanta el gobierno en el marco del Plan Colombia.

 

Ante esta situación de desplazamiento, bloqueo, terror y acciones indiscriminadas contra la población civil por parte de los dos actores enfrentados, las organizaciones populares han organizado conversatorios en los cuales surgieron las siguientes estrategias de resistencia:

 

Una declaración pública firmada por las organizaciones que se conformaron como      Mesa Permanente de Organizaciones sociales de Mocoa denunciando la situación actual.

Participar en programas radiales de análisis y discusión de la situación actual.

Convocar a una marcha por la paz, exigiendo una solución pacífica al conflicto armado y un diálogo regional.

Una asamblea permanente una vez culmine la marcha, donde se citan al gobernador y alcalde de Mocoa aprovechando que ha venido la Comisión de Conciliación para que haya acuerdos sobre soluciones definitivas.

Una comisión que viaje a Bogotá, de parte de las organizaciones populares para establecer un dialogo directo con el gobierno nacional.

Instaurar denuncia nacional e internacional sobre el desplazamiento forzado y las fumigaciones a los cultivos de coca.

Declaración de rechazo al TLC y los megaproyectos para la amazonía.

 

 
 


 

[1] Informe del mes de julio en Derechos Humanos. Fundación Hemera.

[2] Fundación Hemera www.etniasdecolombia.org

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