Profunda indignación existe dentro de las comunidades indígenas del Valle del Cauca, a raíz de los hechos ocurridos en los últimos días, como consecuencia la explosión de artefactos de guerra que causaron la muerte a miembros de su comunidad. Los hechos ocurridos en el Resguardo indígena del Triunfo Cristal Páez en el Municipio de Florida (Valle), donde un carro bomba, al parecer instalado por la FARC, explotó ocasionando la muerte instantánea de dos niños de 9 y 10 años de edad y un adulto de 46 años, originaron serios cuestionamientos a la política de paz tanto de los grupos armados como del gobierno nacional.

 

Las comunidades indígenas del Municipio de Florida Departamento del Valle del Cauca, se sienten violentadas en una forma sanguinaria y feroz, por los rigores de la Guerra absurda que se libra en Colombia, debido a los sucesos ocurridos en los últimos días. El pasado 3 de Octubre de 2005, aproximadamente a las 2.00 p.m. en el Resguardo Indígena Triunfo Cristal Páez, en el sitio denominado Sinaí, explotó un carro bomba, al parecer dejado por las FARC, causando la muerte de Daniela Mestizo Arboleda (10 años), Jesús Alfredo Ramírez Mestizo (9 años) y Florenio Jara Barbosa (46 años).

 

 â€œNo entendemos como esa guerra que no es nuestra se ensaña contra nuestras comunidades indígenas, asesinando gente inocente y en especial a la niñez indígena, que son el futuro y la vida de nuestros territorios”. “Vemos con extrañeza maliciosa, cómo en esta guerra librada por estos bandos no hay ningún perdedor ni ganador; parece ser que este es un jugoso negocio que ninguno quiere acabar; los indígenas y los campesinos estamos siendo asesinados, amenazados y desplazados de nuestro territorio con falsos señalamientos de uno y otro bando,  tildándonos de colaboradores e informantes para  justificar sus hechos”. Afirmaron representante del Resguardo ante los dolorosos hechos.

 

Estos hechos, según lo expresaron miembros de las comunidades afectadas dejan ver que los únicos perdedores son los pueblos indígenas y campesinos que quedan en medio del conflicto. “Por que hablan de paz… si matan a los niños, jóvenes y a los ancianos indígenas de este País, argumentando que ellos defienden y están con el pueblo y sueñan con una Nueva Colombia. Si esa es la Colombia soñada por estos grupos armados, los pueblos indígenas no queremos ser parte de ella, pues pensamos que la paz no se logra amenazando, ni desplazando con balas de fusiles, de metralletas, de minas, con carro bombas y mucho menos matando niños, jóvenes y ancianos indígenas inocentes, la paz se logra pensando con la cabeza y con el corazón, donde florecen las ideas colectivas para construir y no para destruir, como según se deja ver en las mentes dementes de los actores de este hecho que enlutan las familias de los pueblos indígenas de Colombia”.

 

Es mucha la sangre indígena que se ha derramado en nuestro territorio, y así lo demuestra lo ocurrido durante los últimos diez años, donde el 74.3% de los asesinatos han sido perpetrados por las FARC y el 25.6%, por las AUC. Según las comunidades esta situación es el resultado de las políticas de paz de los actores armados.

 

Frente a esta dramática e inaceptable situación, el Resguardo indígena del Triunfo Cristal Páez, manifestaron a través de un comunicado a la opinión pública este tipo de actos “pone en duda la propuesta del despeje de nuestro territorio indígena para la zona de intercambio Humanitario, dado los últimos hechos acaecidos que cobraron la vida de tres compañeros indígenas, además de la poca o nada seriedad en este proceso y una falta de respeto con las Autoridades Tradicionales Indígenas”. Además dejaron el claro su desacuerdo con las políticas tanto del Estado como de las FARC.

 

Los indígenas, que se declararon en Asamblea Permanente, “para pensar en la reorganización y protección  del territorio indígena y por la pervivencia de los pueblos indígenas”, exigieron al gobierno nacional y a los actores en conflicto, levantar todas las minas ubicadas en nuestro territorio indígena, que atentan física y psicológicamente contra la integridad de las comunidades indígenas.

 

Demandaron “de los organismos de Derechos Humanos del ámbito Nacional e internacional abordar estos hechos como un ataque militar contra niños indígenas, de manera que en justicia y en derecho se castigue a los responsables al más alto nivel y se indemnice y repare a las comunidades y a los familiares”.

 

Igualmente, exigieron la presencia permanente de los Organismos de Derechos Humanos Nacional e Internacional, Defensoría del Pueblo, Procuraduría, Cruz Roja Internacional, delegados de ACNUR, Organización de Naciones Unidas ONU, UNICEF y de la OIM.

 

Los pueblos indígenas rechazan contundentemente los conflictos armados que se desarrollan al interior de sus territorios indígenas de carácter ancestral y cultural y se refirman en su autonomía y su derecho a vivir en paz. Por eso hacen un llamado de solidaridad a la comunidad nacional e internacional y a la sociedad en general frente a estos hechos que enlutan los pueblos indígenas de Colombia.
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