El martes 11 de octubre, en la zona rural del municipio de Ginebra Valle, en hechos que aun están por esclarecer, fue asesinado un líder indígena Guambiano; desconocidos lo atacaron causándole la muerte cuando esperaba el bus para regresar a su casa, en el casco urbano de Ginebra. Aun no se conoce la identidad de los responsables.

 

Francisco Antonio Cuchillo Baltasar, de 57 años, era el gobernador del cabildo indígena Cañon Rió Guabas, de la comunidad indígena Guambiana; además era el representante de los indígenas del Valle ante la AICO (Autoridad Indígena de Colombia).

 

Al parecer tenía pensado participar en la jornada de protesta contra el TLC, la reelección del Presidente Uribe y por los derechos humanos de los nativos que han sido objeto de múltiples violaciones dentro del conflicto armado, la cual se llevaría a cabo en Cali el día el miércoles 12 de octubre.

 

Aun más triste es que hace 37 días, su hermano, Jorge Eduardo Cuchillo, fue secuestrado y posteriormente asesinado, en los alrededores del municipio de Ginebra. Estos hechos aterradores dejan sin palabras a toda la comunidad indígena de Colombia, que además, en tres días de marcha pacífica en todo el país, se ha visto rebajada en toda su dignidad, siendo objeto de gran cantidad de violaciones a sus derechos humanos, principalmente por el abuso de la fuerza pública, que tuvo como consecuencia la muerte de un marchista en Risaralda, y varios heridos.

 

La fundación Hemera, se une en esta denuncia al cabildo indígena Cañon Rió Guabas y a la AICO y exige del gobierno nacional que: Primero, se valoren estos hechos con la magnitud en que se presentan: se trata del asesinato de un líder indígena, cuya falta crea una gran inestabilidad dentro de su comunidad, una desazón e incertidumbre tal, que atenta directamente contra la existencia misma de la comunidad; es necesario tener en cuenta que la protección de los líderes indígenas es un compromiso fundamental del gobierno colombiano, no solo en el ámbito interno, Constitucional y Legalmente, sino especialmente con las distintas instancias internacionales, que tienen sus ojos puestos en la situación de derechos humanos del país. Por esto, es necesario que se ponga en movimiento todo el aparato estatal, para esclarecer estos hechos lo más pronto posible.  

 

Segundo, se exige del gobierno nacional, un tratamiento igualitario de este terrible acontecimiento, en relación con el atentado del Senador Germán Vargas Lleras, que afortunadamente no se concretó de la misma forma que con este líder Guambiano. Por lo tanto, se espera del presidente Uribe, y del gobierno en general, un pronunciamiento con la misma fuerza y publicidad que aquellas que se han visto en estos días.

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