El martes 11 de octubre, en Remolinos, municipio de Belén deUmbría del departamento de Risaralda, sucedió un hecho que desconcertó a toda la comunidad indígena: a las 12:30 del medio día, cuando ocupaban pacíficamente la vía para continuar la marcha hacia Pereira y sin que mediara ningún acto de provocación, "la fuerza pública empezó a agredir a los manifestantes con gases lacrimógenos, golpeando con sus bastones y lanzando los consabidos e infundados señalamientos de que la marcha estaba infiltrada por la subversión", dijo la ONIC en un comunicado.

 

Según la organizacion indígena, como resultado de esta acción se produjo la muerte del indígena Marcos Soto, de 59 años y miembro de la comunidad de Carambá (Quinchía), quien murió asfixiado como consecuencia de los gases lacrimógenos disparados por la fuerza pública. En los hechos, resultaron heridas otras 20 personas, entre mujeres, niños y ancianos, que fueron llevados al Hospital de La Virginia, mientras una multitud de manifestantes golpeados se quedaron en el punto de concentración.  Según Alberto Guasorna, Segundo Consejero del CRIR en Risaralda, este fue el balance de la jornada.

  

Sin embargo, fuentes oficiales de la fuerza pública señalaron que una falla en el corazón fue la causa de la muerte del indígena Embera, y el Instituto de Medicina Legal dijo que no existe indicio alguno que indique una muerte por maltrato físico, tal como algunas organizaciones extranjeras de Derechos Humanos divulgaron a través de correos electrónicos.

 

Según la ONIC, Marcos Soto resultó muerto por acción de los gases lacrimógenos arrojados por la Policía, que desde el lunes en la mañana les impidó marchar.  Este asesinato "pone en entredicho el espíritu demócrata que pregona a los cuatro vientos" el presidente Uribe.

 

Cualquiera que haya sido la causa del deceso de Marcos, preocupa a la comunidad nacional el tratamiento dado por la policía a la marcha pacífica o Minga Embera por la vida, realizada por indígenas y pobladores inermes que tenían como único escudo a sus mujeres y a sus hijos. Ellos sólo quería expresar su posición crítica frente al tratado del libre comercio, su situación de derechos humanos y oposición a la reelección del presidente. NO tenían otro motivo diferente al expresar PACÍFICAMENTE su posición, sobre el TLC, la reelección y sus Derechos Humanos.
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