Organizaciones sociales instan a las FARC y al gobierno a respetar la autonomía de indígenas y afrocolombianos. Buscan el respaldo con firmas para exigir una salida negociada al conflicto

 

Con el fin de lograr el apoyo del mayor número de organizaciones sociales y no gubernamentales, circula una carta abierta a la comandancia de las FARC, que busca el respeto de esta organización al proyecto de vida del pueblo Nasa. Que demanda del Gobierno nacional, de las FARC-EP y de los demás actores armados, una declaratoria del país en estado de conversación y negociación permanente, mediante el establecimiento de una mesa incluyente. “Que se dispongan todos los canales, todos los estamentos, toda la infraestructura y la agenda nacional al servicio de un proceso de negociación y búsqueda de la paz ya. ¡Que se silencien los fusiles y las pipetas y que se escuche la palabra!”

 

Los interesados en suscribir esta carta, cuyo texto completo aparece a continuación, pueden enviar sus notas de respaldo a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.   o a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. .

 

El texto de la carta es el siguiente:

 

 

CARTA ABIERTA A LA COMANDANCIA DE LAS FARC-EP

 

Señores

 

Estado Mayor

Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC-EP

Montañas de Colombia

 

Con profunda tristeza hemos asistido a la devastación, por parte de las FARC –EP, de Toribío, cabecera municipal que hace parte del territorio ancestral de uno de los pueblos indígenas que aún sobreviven en el suroccidente colombiano. Hemos visto a través de los medios de comunicación y hemos recibido testimonios de que hay centenares de familias huyendo de las balas de los ejércitos oficiales e insurgentes, de cómo los resguardos indígenas se convierten en campos de batalla y de cómo se ataca el Proyecto Nasa, ganador del Premio Nacional de Paz, símbolo de la resistencia pacífica a la guerra.

 

Como organizaciones reunidas en torno a la construcción de un país incluyente en lo político, justo y equitativo en lo social, nos negamos a ceder el país a los contrarios excluyentes, aunque esto signifique ser blanco del señalamiento, ser sospechosas ante las políticas antiterroristas del gobierno de Estados Unidos y sus aliados y su versión colombiana, la política de seguridad democrática del gobierno actual.

 

Con la autoridad que nos confiere ser colombianas y colombianos comprometidos con el cambio social, nos comunicamos con ustedes, quienes desde la bandera de la redistribución de la riqueza y el poder, hoy realizan actos inexplicables e inexcusables contra pueblos ancestrales, indígenas y afrodescendientes, que son ejemplo de resistencia y organización en el país como lo demuestran las comunidades indígenas de Toribío y Jambaló.

 

Nos resistimos a sentir, pensar y vivir el país como una suma de trincheras, en medio de las cuales tratamos de sobrevivir quienes no compartimos las ideas y prácticas de los atrincherados en la fuerza y el poder de las armas.

 

Los colombianos y colombianas nos preguntamos una y otra vez qué falta han cometido nuestros hermanos y hermanas indígenas de Toribío. ¿Cuál es su delito? Porque nosotros y nosotras lo que sentimos es orgullo y gratitud por éste y todos los pueblos indígenas que le han devuelto la dignidad al país. Lo que hemos visto es una respuesta contundente y limpia frente al TLC, una resistencia milenaria y pacífica que devuelve el sentido a la política, a la democracia, a la participación, una marcha incansable contra los conquistadores antiguos y nuevos; una defensa de la soberanía y la autonomía de los pueblos, de las identidades múltiples, una defensa del territorio con prácticas culturales, ecológicas y ambientales. Un territorio para la gente, y no para la acumulación capitalista.

 

¿Qué tipo de razones puede esgrimir un movimiento que se dice libertario, que se auto-proclama como opción para el país, para llegar a actuar como enemigo de los pueblos indígenas, para aumentar en sus comunidades el terror, el dolor y la rabia que por siglos vienen soportando las mejores gentes de nuestro país? La actitud arrogante y machista que despierta la guerra enluta a nuestra patria, degrada sus prácticas de guerra y fortalece a los enemigos del pueblo colombiano.

 

Alguna vez las flechas fueron armas en manos de los pueblos indígenas y les sirvieron para defenderse de los invasores. Hoy estos pueblos han optado por la organización y la movilización para recuperar y defender su territorio, y la autoridad entre ellos se expresa en un bastón de mando, que no deriva su poder simbólico de la agresión, sino del mandato de sus pueblos. Son estas actitudes y estas prácticas las que deben servir de ejemplo para todas las fuerzas políticas del país.

 

Por todo lo anterior, las organizaciones y personas abajo firmantes convocamos a la comandancia y a la militancia de las FARC-EP, a que tengan un gesto de grandeza política y busquen ya una mesa de negociación incluyente. Convocamos al gobierno nacional para que abra ya todos los caminos hacia la negociación con participación de las víctimas, con veeduría internacional, con la disposición y el compromiso de los gremios, con presencia activa de hombres y mujeres de la sociedad civil, donde se reconozca como garantes de este proceso a las autoridades que emanan del saber, la paciencia y la no violencia, como las autoridades indígenas y afrodescendientes, el movimiento de mujeres y las iglesias que habitan en nuestro país.

 

Demandamos del Gobierno nacional, de las FARC-EP y de los demás actores armados, que se declare al país en estado de conversación y negociación permanente, que se dispongan todos los canales, todos los estamentos, toda la infraestructura y la agenda nacional al servicio de un proceso de negociación y búsqueda de la paz ya. ¡Que se silencien los fusiles y las pipetas y que se escuche la palabra!

 

RED NACIONAL DE MUJERES - Regional Valle del Cauca:

 

Fundación Paz y Bien

 

Fundación Semilla de Mostaza

 

Fundación Sí Mujer

 

Fundación Mavi

 

Mujeres Paz-cificas

 

Corporación Educativa ALFA

 

Esperanza Cerón Villaquirán – Médica

 

Jeannette Rojas Silva

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