Dos días antes de que concluyera el posicionamiento simbólico de las fincas de La Emperatriz y El Guayabal, los Cabildos del Río Verde y Sinú, expresaron su solidaridad y respaldo a los indígenas del Cauca. El hermanamiento de estos pueblos da un mensaje sobre la unión que debemos tener los colombianos para la reivindicación de nuestros derechos.

 

Si bien se logró que el gobierno nacional ratificara los acuerdos de Nilo y se comprometiera con el desembolso de 24 mil millones pesos, siguen vigentes los cuestionamientos frente al abuso de la Fuerza Pública. Igualmente, el caso de La Emperatriz puso en evidencia una vez más el delicado problema de la tenencia de las tierras en Colombia.

 

Frente a esta situación, los Cabildos Mayores de los ríos Sinú y Verde señalaron que “cuando el incumplimiento se normaliza, la acción directa de los pueblos se vuelve necesaria para la realización de los derechos”.

 

Similar situación tuvo que vivir el Pueblo Embera Katio del Alto Sinú, durante seis meses “para hacer cumplir las obligaciones del Estado y la0 Empresa Urrá por la construcción impuesta del megaproyecto hidroeléctrico Urrá. Entendemos y acompañamos a nuestros hermanos indígenas del Cauca en la lucha que adelantan, máxime cuando se trata de reclamar derechos y compromisos incumplidos reiterativamente por un Estado indolente que además responde con el uso de la fuerza y la criminalización de nuestras protestas y justos reclamos” afirmaron en su comunicado los Cabildos, desde Tierra Alta, Córdoba el pasado 12 de septiembre.

 

La voz de los Emberas Katios se unió a la de los pueblos indígenas de Colombia, a las organizaciones de derechos humanos y a la comunidad internacional para exigir al unísono el respeto al Pueblo Nasa, el diálogo, el desarrollo de una agenda y unos acuerdos finales que dieran cumplimento a las obligaciones a las que el Estado se había comprometido.

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