En Colombia, debido al conflicto armado que se desarrolla en campos y ciudades, es común ver llegar a las poblaciones rurales grupos de hombres uniformados, de quienes los habitantes de las zonas no se atreven a investigar su identidad, seguramente temiendo ser involucrados en una guerra que cada vez entienden menos. Es este el caso del Alto Naya en el Cauca, donde desde abril de 2001 diferentes grupos armados han realizado enfrentamientos, ataques, bombardeos y hasta talas indiscriminadas de árboles para construir pistas de aterrizaje. La última incursión fue el 8 de noviembre, cuando cien hombres armados, encapuchados y haciendo preguntas, partieron del sitio conocido como Silvia y llegaron a la región del Alto Naya perturbando su tranquilidad. Posteriormente, el 17 de noviembre la Armada Nacional realizó bombardeos en las cabeceras de las cuencas del rÃo Naya, Cajambre y YurumanguÃ, situación que mantiene en zozobra a las comunidades de esta región.
Ante la situación, el Proceso de Comunidades Negras-Palenque Regional El Congla, el Consejo Comunitario del RÃo YurumanguÃ, el Consejo Comunitario del RÃo Naya, la Asociación de Negros Unidos del RÃo YurumanguÃ-Aponury y el Comité Andino de Servicios, CAS, emitieron un comunicado a través de su SecretarÃa Técnica. En este documento se afirma que el contingente del Ejército que incursionó en la zona el 17 de noviembre, aún permanece allà con un personal de mas de 500 hombres y ha continuado los sobre vuelos en las partes altas de las tres cuencas, además del control que está ejerciendo en la bocana del rÃo YurumanguÃ.
La preocupación de las organizaciones indÃgenas de la región no es otra más que el bienestar de su población, compuesta por 3218 afrodescendientes que no quieren correr la suerte de otros mil de ellos que en abril de 2001 tuvieron que ver desaparecer su vereda, llamada El Firme, y abandonar hasta la última de sus pertenencias. El panorama se torna menos alentador al ver como los llamados y advertencias de La DefensorÃa del Pueblo y los organismos nacionales e internacionales de Derechos Humanos no son atendidos y las violaciones contra estas poblaciones siguen ocurriendo sistemáticamente.
En el mismo comunicado mencionado anteriormente, las organizaciones y comunidades del proceso de comunidades negras exigen: 1) No involucrar en el conflicto armado a la población de las cuencas de los rÃos YurumanguÃ, Naya y Cajambre; 2) En caso de bombardeos, tener en cuenta que esta región es ancestralmente habitada por comunidades negras, a quienes se les deben respetar sus derechos como grupo étnico y no deben ser afectadas ni agredidas por actores armados; 3) La militarización no debe producir restricciones de alimentos ni medicamentos a la zona; 4) No deben ser detenidos arbitrariamente personas de la comunidad para obtener información, ni se deben hacer allanamientos sin orden fiscal.[1] 5) Por último, se exige a los grupos armados no ocupar las escuelas, los puestos de salud y ningún espacio comunitario para resguardarse.
Se espera que las autoridades civiles y militares de la República de Colombia tomen de maneara inmediata las medidas necesarias para proteger a la población civil de la región, asà como que las Naciones Unidas, la DefensorÃa del Pueblo y la ProcuradurÃa de la Nación se conviertan en reales veedoras y hagan seguimiento a la incursión de la fuerza pública en estos territorios. De igual manera, se espera también la solidaridad de las organizaciones de Derechos Humanos, locales, regionales, nacionales e internacionales para que hagan el seguimiento a esta situación de amenaza a la comunidad negra.
[1] Estas exigencias están registradas el Comunicado que la Alianza Técnica de las Comunidades Negras emitió el 22 de noviembre para la opinión pública.