En su último informe sobre tendencias mundiales, el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos menciona entre los peligros potenciales para la seguridad hemisférica el “indigenismo militante†asociado al antiamericanismo. A continuación, por considerarlo de interés de nuestros lectores publicamos un controvertible documento que muestra como los Estados Unidos están mirando los movimientos étnicos de América Latina, y sus intensiones de clasificarlos como "terroristas", ligados al castrismo y al chavismo. Obviamente su publicación no significa que estemos de acuerdo con él.
Por Luis Esteban González Manrique*
En muchos paÃses latinoamericanos la proliferación de nuevos “actores armados†se vincula a una progresiva organización de grupos étnicos que reclaman una mayor cuota de autonomÃa territorial y polÃtica. En Bolivia, el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, en Ecuador la Confederación de Nacionalidades IndÃgenas (Conaie) y en el Perú el Movimiento Etnocacerista (ME) denuncian la discriminación étnica de “naciones originariasâ€. Incluso en Venezuela algunos sectores del chavismo hablan de una supuesta lucha de la oligarquÃa contra mestizos y mulatos. La analista venezolana Elizabeth Burgos define el proceso “bolivariano†como un “nacional-populismo-etnicista con rasgos neofascistasâ€, una especie de racismo invertido que Chávez promueve como parte de su revolución continental. Las consecuencias económicas podrÃan ser peligrosas si ese fenómeno pone en peligro la explotación de recursos naturales –gas, petróleo, oro…– en territorios donde la presencia de comunidades indÃgenas es importante.
Análisis: En su último estudio sobre tendencias mundiales durante los próximos 15 años –Mapping the Global Future: Report of the National Intelligence Council’s 2020 Project–, el Consejo Nacional de Inteligencia (CNI) de EEUU, dedica muy pocas páginas a América Latina, pero su diagnóstico sobre la principal amenaza a la seguridad de la región es inequÃvoco: el fracaso de los gobiernos para encontrar soluciones a la pobreza extrema y a la ingobernabilidad podrÃa alimentar el populismo, el indigenismo radical, el terrorismo, el crimen organizado y el sentimiento antiamericano. Por su parte, Dirk Kruijt y Kees Kooning, en su libro Armed Actors: Organized Violence and State Failure in Latin America subrayan que la proliferación de “actores armados†en la región obedece en parte a tensiones étnicas que están irrumpiendo violentamente en varios paÃses, especialmente en el núcleo de los Andes centrales: Ecuador, Perú y Bolivia.
Algunos grupos rechazan la globalización, percibida como un fenómeno homogeneizador que mina sus culturas con un modelo económico basado en la explotación de las poblaciones indÃgenas y sus ecosistemas. Michael Radu, del Foreign Policy Research Institute, ha criticado la “parálisis†de Washington frente a la “creciente radicalización de los indÃgenas en la región andinaâ€. A su vez, Michael Weinstein prevé un nuevo “ciclo de inestabilidad†en los Andes centrales cuyas señales son “marchas masivas de protesta, bloqueo de carreteras, toma de instalaciones oficiales, rebeliones regionales, desarraigo de los gobiernos e intentos de los gobiernos para extender anticonstitucionalmente sus poderesâ€.
* Analista: Luis Esteban González Manrique. Publicado en ARI Nº 59/2005 ( 11/5/2005 )
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