Colombia ha sido un paÃs eminentemente andino en el sentido de que más de tres cuartas partes de su población y su economÃa tienen asiento en las tres cordilleras de los Andes que atraviesan el paÃs de sur a norte, y Bogotá, su capital, está situada plena cordillera central, 2600 metros “más cerca de las estrellasâ€, como dice la propaganda.
PaÃs andino también por el predominio mestizo de ascendencia indÃgena, debido a que la región andina estaba habitada por los pueblos indÃgenas más numerosos y desarrollados del territorio que hoy es Colombia, como fueron los Muiscas, casi totalmente extinguidos. Aún perviven muchos indÃgenas en la región andina, como los Pastos, Paeces, Guambianos, Yanaconas, Pijaos, ChamÃ, KatÃos, Uwas, Barà y otros.
Pero ese paÃs andino se proyecta cada vez más sobre las tierras bajas de la selva amazónica, los llanos Orientales y las selvas del pacÃfico que tradicionalmente mantuvo a sus espaldas. Entre las causas de dicho desplazamiento andino hacia las otras regiones se cuentan:
1. la colonización espontánea y la dirigida por el Estado, al fracasar la reforma agraria en la región andina; 2. la dinámica económica basada en la extracción de recursos naturales (petróleo y gran minerÃa) y en grandes obras de infraestructura energética y vial; 3. el desplazamiento de los cultivos ilÃcitos hacia esas tierras, hacia las fronteras del paÃs y la costa del PacÃfico; y 4. el desplazamiento también del conflicto armado, paralelamente con los cultivos ilÃcitos y las inversiones del gran capital.
El denominado Plan Patriota del presente gobierno -en el que se han dispuesto 17 mil soldados para combatir a las FARC- y el Plan Colombia -centrado en la fumigación aérea para acabar los cultivos ilÃcitos, con apoyo de los Estados Unidos- tienen su principal escenario en la selva amazónica del suroccidente del paÃs, (Caquetá y Putumayo), como también en Nariño, que es un departamento andino que se prolonga sobre las selvas del PacÃfico, limitando con el Ecuador. La región tradicionalmente más aislada, las selvas del Litoral PacÃfico, es hoy dÃa uno de los escenarios más candentes del paÃs por la entrada y salida de armas, narcotráfico y contrabando, especialmente hacia las fronteras con Ecuador y con Panamá. En sÃntesis, Colombia es un paÃs andino en rápida proyección hacia las tierras bajas.
En cuanto al conflicto armado, si bien se ha desplazado en los últimos años hacia las selvas, se sigue presentando en la región andina y es allà donde se da la mayor resistencia civil -masiva, organizada, no violenta- contra todos los actores armados: guerrilla, paramilitares y fuerza pública.
Presentaremos una sÃntesis de la forma como se ha desarrollado el conflicto armado, sus impactos psicosociales y la respuesta de las comunidades organizadas (indÃgenas, negras y campesinas) en términos de esa resistencia que ha fortalecido su autonomÃa, su identidad y la cohesión social de dichas comunidades, a pesar de enfrentarse en condiciones tan desiguales a los actores armados.
En Colombia existe un profundo conflicto social y un intenso conflicto armado Ãntimamente relacionados. El conflicto armado no es un capricho salido de la nada sino producto de problemas estructurales que siguen sin resolverse. Pero el conflicto, en vez de resolverlos, contribuyó a agravarlos. En esta ocasión nos concentraremos en el análisis del conflicto armado y sus impactos, sobre todo a nivel psicológico y la de las identidades culturales.
Como indigenista, voy a destacar la manera como la violencia ha impactado a las poblaciones indÃgenas, tanto en la región andina como en el resto del paÃs. La comprensión de este complejo fenómeno, de tanto impacto en la vida personal de miles de indÃgenas, en sus comunidades y en el paÃs, tiene que intentarse necesariamente desde una perspectiva interdisciplinaria, más allá de la polÃtica o de la sociologÃa, incluyendo la reflexión sobre sus impactos psicológicos y culturales.