Después de 12 días de posesión de facto de las fincas de La Emperatriz y El Guayabal, el Pueblo Nasa logró la reivindicación de sus derechos, el pasado 13 de septiembre, y una vez más la resistencia indígena demostró su poder de acción y de palabra.

 

Como resultado de los acuerdos, el gobierno entregará 24 mil millones de pesos a las comunidades indígenas de la región. Sin embargo se cuestiona la dureza de la respuesta oficial, que muchos analistas no dudaron en calificar de violatoria de los derechos humanos y derecho internacional humanitario: 125 heridos, entre ellos un niño de tan sólo 12 años, es el saldo doloroso de una solución que el gobierno quiso buscar por la fuerza y se pudo evitar. Al final, como siempre, los acuerdos se lograron en la mesa.

 

Feliciano Valencia, Coordinador de Derechos Humanos de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, y el Senador Indígena del pueblo embera chamí, Gerardo Jumí, compartieron con Actualidad Étnica su análisis de los hechos.

 

Un balance positivo

 

“Con el posicionamiento simbólico en la Emperatriz reactivamos las acciones de hecho; en esta ocasión empezamos por el tema de tierras y logramos que el gobierno se sentara con nosotros no sólo a dar una respuesta coyuntural, sino a analizar la situación de los pueblos indígenas en relación con su autonomía, territorio y planes de vida. Este es un logro no sólo para los Nasa sino para todos los pueblos indígenas de Colombia”, dijo Feliciano Valencia, de la ACIN, quien aseguró que continuarán luchando por la recuperación y el respeto de la Madre Tierra.

 

Y es que la tierra para los indígenas es un complejo concepto que va más allá del mero “recurso” que sirve para cultivar, edificar o negociar. Es el lugar donde se habita, donde transcurre la vida espiritual y cultural de un pueblo, donde se realizan sus actividades y ritos, donde están los cementerios, donde se caza, se pesca y se ama... Donde los ancianos labraron el camino que seguirá su descendencia para asegurar la pervivencia de su pueblo como cultura diferenciada, como proyecto de vida autónomo.  

 

Por eso, si bien es un logro el compromiso de que para Diciembre gobierno (INCODER) y comunidad entregarán un estudio socioeconómico de ubicación y costos para la adquisición de 6.615 hectáreas y futuras negociaciones de predios, los temas centrales de la discusión para los indígenas siguen siendo la autonomía y el territorio como elementos sin los cuales no se puede concebir su plan de vida.

 

Según Feliciano, “se consiguió un avance significativo en el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Gobierno Nacional hace más de una década pero, de no cumplirse los acuerdos ratificados en el acta de concertación, las acciones de hecho de los indígenas del Cauca continuarán porque más allá del tema de los recursos, uno de los más importantes resultados de este proceso es la creación de una Comisión de Seguimiento que sea prenda de garantía para las comunidades”.

 

Y no es para menos, la Comisión de Veeduría estará integrada por el Ministerio del Interior y de Justicia, la Dirección de Etnias, la Gobernación del Departamento del Cauca, el CRIC y la ACIN. El acompañamiento estará a cargo de un delegado de la Procuraduría General de la Nación, un Delegado de la Defensoría del Pueblo, un Delegado del Programa Presidencial de Derechos Humanos, un Delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia, el Representante Residente de las Naciones Unidas en Colombia y un Delegado la Fundación Centro para la Paz de Toledo, que este caso será el propio Juez Baltasar Garzón.

 

Según Feliciano, el Ministerio del Interior tiene conocimiento sobre los heridos y los detenidos. En ambos casos, esta cartera estará al tanto de su situación. “También fuimos muy claros con el tema de posteriores señalamientos a quienes participaron en esta acción de resistencia, y esperamos que se levanten las medidas jurídicas de nuestros compañeros cuanto antes”.

 

 

Interlocución indelegable

 

El Senador Indígena, Gerardo Jumí, dijo a Actualidad Étnica que las comunidades del Cauca y particularmente el pueblo Nasa han hecho una reivindicación justa frente a un Estado que había desconocido sus compromisos. “El Gobierno Nacional tuvo que negociar en medio de las exigencias del momento y no eludir la atención con el argumento de que bajo presión no negociaba. En ese sentido, por ejemplo, el gobernador del Cauca ha tenido que reconocer la capacidad de convocatoria del movimiento indígena y particularmente de los Nasa, un pueblo que tiene vida propia y una interlocución indelegable”, afirmó el congresista.

 

Jumí, un indígena Chamí que reiteradamente ha manifestado su apoyo a la lucha de los pueblos del Cauca, aseguró que estará atento desde el Congreso para que el Estado en su conjunto responda por los compromisos adquiridos y dará su voto afirmativo para la aprobación del presupuesto que garantice el cumplimiento de los Acuerdos del Nilo.

 

“Hay una necesidad enormemente insatisfecha en el pueblo indígena, un ejemplo palpable fue la situación que se presentó en el Cauca. El gobierno está en la obligación de hacer una reforma agraria que de respuesta al déficit que tienen los indígenas y los campesinos en nuestro país. Al Estado y al Gobierno les queda una lección muy grande y es que no hay que esperar las tutelas, las vías de hecho, para garantizar los derechos fundamentales de sus ciudadanos”.

 

Aprendizajes

 

Tanto para el senador Jumí como para Feliciano Valencia, de la ACIN, este es un avance importante, aunque parcial, frente a las necesidades que en materia de tierras tienen los pueblos indígenas. Pero ambos coinciden que ésta es una problemática que afecta a miles de colombianos, por los cuales hay que seguir trabajando hasta que se alcance una vida digna para todos.

 

Este proceso les enseñó la importancia de fortalecer el ejercicio de la unidad entre pueblos, etnias y personas, y reorientar el camino hacia el proyecto de construcción de un mundo más justo. Feliciano Valencia hizo un llamado a los pueblos indígenas y a los colombianos para que desarrollen estrategias de resistencia civil orientadas a la exigencia del cumplimiento de sus derechos, “para permanecer en el tiempo y en el espacio cumpliendo el mandato de los ancestros de continuar en Minga para liberar a la madre tierra. Si la madre está feliz, nosotros vamos a tener abundancia y fuerza para segur defendiéndola”, dijo.

  

Acta acuerdos Nilo.

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