Finalizando el año 2005, el Proceso de Comunidades Negras en Colombia (PCN), realizó el Encuentro Historia y Vida, con el fin de profundizar en aspectos de la política nacional que afectan la cotidianidad de las Comunidades Negras del Pacífico Colombiano. El producto del Encuentro es una declaración en la que se reafirma la posición de las comunidades afrodescendientes en los temas políticos y sociales que determinan el curso del país.

 

La declaración también ratifica los doce años de resistencia y conquista de los derechos colectivos de las Comunidades Negras en Colombia, y tiene como fundamento el reconocimiento de la autonomía y autoridad del pueblo negro en el país.

 

En primera instancia, las Comunidades Negras se consideran parte del conflicto, no de la guerra, porque lo que buscan es el reconocimiento legal y la defensa de su territorio como espacio de vida y de desarrollo de su cultura. Así mismo, destacan como importante “el fortalecimiento de la identidad étnica y cultural de su comunidad en Colombia”, como se cita en la Declaración.

 

En el documento se argumenta que el desplazamiento forzado, las masacres y asesinatos selectivos, y otros actos de violencia contra las comunidades negras, “son parte de una estrategia planificada que busca despojarlas del derecho a sus riquezas naturales, a sus territorios ancestrales. Es una estrategia que pretende debilitarnos como organización autónoma local, regional y nacional…”.

 

También se resalta el proyecto político propio como un proceso diferente al proyecto de los actores armados legales e ilegales, que se enfrentan en Colombia y que afectan cada vez más a la población civil, es así como las comunidades negras declaran de manera enfática la independencia y autonomía frente al Estado y la insurgencia armada.

 

De otra parte, se expone la preocupación por la amenaza en la que viven las mujeres negras con la presencia de los grupos armados en los territorios, “donde son víctimas de abusos sexuales, embarazos no deseados, señalamientos, utilizadas como informantes, al tiempo que son las madres que pierden sus hijos, sus esposos y en medio de esas situaciones les toca asumir la responsabilidad de sostener una familia”, dice textualmente la declaración del Proceso de Comunidades Negras.

 

Con relación al fenómeno del desplazamiento forzado, el PNC se declara a favor de la permanencia y resistencia pacífica de estas comunidades dentro de sus territorios ancestrales, así como de las políticas de atención diferenciada que reconozcan los procesos organizativos propios.

 

En la Declaración también se rechaza de manera enfática, la presencia de cultivos ilícitos dentro de los territorios de las comunidades negras, por considerarlos nocivos para el medio ambiente y una creciente fuente de descomposición social, cultural y familiar. La misma posición se tiene frente a las fumigaciones que deterioran el territorio y los recursos naturales propios de las regiones. Así mismo, se consigna en el documento la oposición hacia los monocultivos lícitos e ilícitos que atentan y destruyen la diversidad biológica, el fortalecimiento de la autonomía alimentaria y la recuperación de conocimientos y de prácticas productivas tradicionales.

 

Finalmente, el PNC confirma que las comunidades negras de Colombia son “parte de la lucha del pueblo negro en el mundo”, y por esta razón continuarán en la construcción de un proyecto de vida que contribuya al bienestar del colectivo y la defensa de los principios que orientan al propio accionar político y organizativo, los proyectos de vida y el conjunto de acciones que se desarrollan para proteger el futuro de los descendientes de la cultura negra.

 

La declaración finaliza con las exigencias que las comunidades negras extienden al  Estado Colombiano:

 

“El cumplimiento de los convenios y recomendaciones internacionales que en materia de derechos humanos le han sido reconocidas a las comunidades negras”.

“El establecimiento y garantía de medidas efectivas de prevención y protección de los derechos civiles políticos, económicos sociales y culturales de las comunidades negras”.

“La investigación y sanción de los crímenes de lesa humanidad cometidos contra nuestro pueblo”.

“La garantía del total cumplimiento de la titulación colectiva de los territorios ancestrales de las comunidades negras, tal y como lo establece la Ley 70 de 1993”.[1]

 

El PNC culmina su declaración de fin del año 2005 con una convocatoria “… a todos los pueblos del mundo y a la población colombiana a solidarizarse con las comunidades que resisten en medio de la guerra y luchan por una sociedad y un mundo con dignidad para todos, un mundo en el que quepan todos los mundos”.

 



[1] Declaración del Proceso de Comunidades Negras (PNC) durante el Encuentro Historia y Vida, Doce años de Resistencia y Conquista de Derechos Colectivos. Buenaventura, 4 de diciembre de 2005

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