Más de 1.500 indígenas fueron forzados a desplazamiento interno a causa de los enfrentamientos entre el Ejército y las Farc desde el pasado 19 de enero de 2006. Los indígenas paeces se encuentran en Asamblea Permanente, reunidos en las escuelas de las veredas Chachucue, Caloto, San Miguel y Mesa de Tóez, municipio de Páez, departamento del Cauca.

 

Durante las asambleas realizadas esta semana con la presencia del Consejero mayor del CRIC, la directiva de Nasa Çxhã’ Çxha, el senador indígena Jesús Piñacué y otros líderes del movimiento indígena, se definió que los indígenas de Tierradentro no abandonarán su territorio y se mantendrán en los sitios de forma pacífica y desarmada, concientes de los riesgos que ello significa. Estas asambleas se llevaron a cabo los sitios de Caloto y en La Mesa de Tóez el día 22 de enero pasado.

 

Aunque la decisión de mantenerse en sus sitios de origen, tomados por el ejército, es vista por los indígenas como otra forma de Liberar la Madre Tierra, las comunidades se encuentran en alto riesgo, pues según señalan los Consejeros CRIC, “el ejército nacional afirmó que sólo detendrá los operativos por orden presidencial y la guerrilla asevera que atacará los sitios donde esté el ejército así haya comunidad cerca”.

 

Este hecho se suma a otros atropellos de los que han sido víctimas estas comunidades como la muerte de un conductor de Sotracauca y cinco personas heridas más dentro de un bus de transporte público, la muerte del guardia indígena Omar Henry Silva, al parecer por efecto de los proyectiles del ejército nacional en sus ataques al caserío de Caloto, daños a la infraestructura física de los caseríos de Caloto, resguardo de Huila, y Mesa de Tóez, donde han sido destruidas 5 viviendas. También se ha registrado “maltrato físico al personal detenido, comportamiento arbitrario sobre las comunidades por parte de los ejércitos y señalamiento a los comuneros de ser colaboradores de los contrarios, en especial para justificar los muertos por consecuencia de los combates”, señala comunicado del Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC.

 

Los afectados reclamaron también la falta de presencia y apoyo de las instituciones de derechos humanos y de control del Estado, las cuales solo han llegado hasta Inzá, municipio situado a tres horas de distancia del lugar de los acontecimientos.

 

Los Consejeros mayores CRIC, además de reiterar su llamado a los agentes de la guerra a encontrar una vía que permita una salida política dialogada al conflicto armado, denunciaron también el desinterés mostrado por la Alcaldía Municipal, así como de los organismos de control del Estado ante este drama que viven la comunidades del municipio de Páez.

 

Entre las responsabilidades más urgentes evadidas por la Administración se encuentra el cubrimiento de salud en las zonas  afectadas por el conflicto armado. Así mismo se  destacó la necesidad de brindar apoyo de asistencia humanitaria al personal ubicado en los sitios de Asamblea Permanente, enviar comisiones de verificación en terreno con personal de los organismos de control del Estado y delegados de derechos humanos del orden internacional y se brinden las garantías a las autoridades indígenas para que puedan ejercer su autonomía territorial.

La Asociación de Autoridades Tradicionales del Consejo Regional Indígena del Huila, CRIHU, y la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC rechazaron los hechos presentados y se sumaron al llamado urgente de las comunidades afectadas, exigiendo el respeto a la autoridad indígena por parte de las fuerzas enfrentadas. “Nuestras autoridades son la legítima representación de nuestros pueblos, a quienes unos y otros dicen defender”, señaló el CRIHU.

 

Igualmente reiteraron la necesidad de que los organismos internacionales de Derechos Humanos y de Derecho Humanitario intervengan “para que con su presencia se logre controlar o disminuir los riesgos a que se encuentran expuestos los indígenas por los enfrentamientos armados, invitando a los demás sectores sociales a mantener su solidaridad como lo han hecho con otras situaciones similares sucedidas en los municipios de Toribío, Jambaló y Caldono”, señalan.

 

Son cerca de ocho mil uniformados, entre guerrilleros y soldados los que han ingresado al sector de Tierradentro, Cauca. Según el CRIC, desde el pasado 19 de enero, el Ejército Nacional se ha establecido en uno de los cascos urbanos desde donde organiza su estrategia contra la guerrilla de las FARC, que están ubicadas en otro sitio, igualmente poblado, desde donde ataca a las tropas estatales.

 

Esto significa “alteración de las formas culturales e inicio de procesos de desplazamiento forzado por causa de la zozobra que significa la presencia y los enfrentamientos armados, así como por los cambios en las relaciones económicas y en las labores de producción comunitaria”, señala la organización indígena.

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