Debido al incremento del conflicto armado colombiano en el departamento del Chocó,  organizaciones indígenas, afrocolombianas y defensoras de derechos humanos han pedido ayuda con el propósito de evitar más muertes, “en esta guerra  que en forma indiscriminada se ha declarado contra la población civil por actores armados que hacen presencia en la  región del Medio y Bajo San Juan”, afirman los denunciantes.

 

Espacio Humanitario del San Juan; Diócesis de Istmina – Tadó; Federación de Organizaciones de Consejos Comunitarios y organizaciones de comunidades negras del San Juan; Red de Promotores de Derechos Humanos del San Juan; Defensoría del Pueblo; Personería del Medio San Juan; Personería de Istmina; Asociación de Autoridades Indígenas del Pueblo Wounaan- NONAN; Asociación de cabildos Indígenas del Pacifico; y la Organización Regional Embera Wounaan – Orewa, son las organizaciones que han levantado un S.O.S., dado el gran número de atentados contra los derechos humanos en la zona.

 

“En la Región del San Juan  la crisis de los derechos humanos  paulatinamente se ha hecho crítica especialmente en este primer trimestre del año 2006,  donde los violentos han realizado todo tipo de violaciones a los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario, utilizando amenazas, desapariciones, torturas y  homicidios, que superan la cifra de más de veinte personas, causando  zozobra  y pánico generalizado entre los habitantes de la región”, denuncian las organizaciones.

 

Varios hechos han creado pánico en el sector, cómo el que afirman sucedió el día 30 de marzo de 2006, cuando el profesor indígena Arcelio Peña Guático, fue  secuestrado  en el centro educativo Genaro Opua Quiro de la comunidad de Unión Wounaan municipio del Medio San Juan  y posteriormente asesinado encontrándose con  signos evidentes de tortura, también denuncian que al día siguiente, el líder indígena John Jairo Osorio Piraza, cuando  iba al funeral del profesor indígena, el mismo grupo armado lo hizo desembarcar  en el sitio conocido como comunidad negra de  Doidó municipio de Istmina y  a las once de la noche del mismo  día fue asesinado.

 

La situación humanitaria entre  las comunidades indígenas de: Macedonia y Unión Wounaan del municipio Medio San Juan así como Puerto Olave, Unión Chocó, San Cristóbal en el municipio de Istmina y las afro descendientes de Puerto Murillo, Bicordo, la Loma, Noanamá y Fujiadó, derivada de la presencia de los actores armados de las FARC que hasta hoy dejan dos muertos en tan solo 48 horas, ha puesto en inminente peligro de un genocidio hacia grupos étnicos en estado de gran vulnerabilidad, toda vez que este grupo dice tener una lista en la cual se relacionan  por lo menos 20 líderes y docentes indígenas, sin que se conozca quienes más puedan pertenecer a comunidades negras.

 

Las comunidades solicitan apoyo

 

Esta situación plantea un desplazamiento masivo entre los miembros de las cinco comunidades de los pueblos indígenas de la etnia wounaan donde se prevé, son 1748 personas. Por esta grave situación, los organismos que han denunciado estos hechos solicitan de manera urgente que el Comité Internacional de la Cruz Roja intervenga inmediatamente en la zona de conflicto, para efectuar una exploración y verificación sobre el estado de los derechos humanos de las comunidades víctimas del conflicto.

 

Por otra parte  le piden a las FARC, que respeten la vida y el territorio de lo pueblos indígenas y negros por que ellos son población civil no combatiente y les solicitan que abandonen sus territorios y respeten su condición de población civil protegida por el DIH, además manifiestan a esta organización el rechazo a los crímenes cometidos a los docentes y líderes indígenas  sacrificados, ya que para ellos este crimen es contra la supervivencia de una etnia y contra la cultura universal.

 

Del Estado Colombiano demandan mayor presencia en sus territorios, garantizando la salvaguardia de los derechos humanos de las comunidades en peligro; que se haga efectiva la realización de inversión en aspectos del orden social, económico y cultural en estas comunidades que hoy padecen total abandono y desatención estatal; y que se emprendan acciones efectivas tendientes a la restauración y fortalecimiento del tejido social de las comunidades afectadas.

 

Y por último a la comunidad internacional les solicitan su acompañamiento, comprensión y solidaridad, y que les garanticen ayuda y cooperación económica para el fortalecimiento de la vida de los pueblos de las etnias indígenas y negras amenazadas por la guerra que se libra en esta sección del Pacifico en Colombia. 

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