El Periódico Actualidad Étnica ha hecho un seguimiento a la participación de los grupos étnicos en las pasadas elecciones del 12 de marzo y un juicioso análisis sobre la eventual repetición de las elecciones y sus efectos sobre los pueblos indígenas. Por considerar de gran importancia para nuestros lectores, presentamos la editorial del periódico El Tiempo del 3 de abril, “Indios y blancos: paradojas electorales”, en donde se afirma lo que ya se ha dicho desde Actualidad Étnica, “Se hace urgente la reglamentación de la circunscripción especial para los indígenas, donde ellos mismos sean quienes escojan sus representantes. De no ser así estaríamos ante la situación absurda de “blancos” eligiéndoos los dirigentes de los “indios”.


Indios y blancos: paradojas electorales

 

Editorial, Abril 3 de 2006

Periódico El Tiempo

 

En las pasadas elecciones hubo, en la circunscripción indígena, unos 66.000 votos por candidatos y 91.000 en blanco. Como estos constituyeron más del 50 por ciento, se dice que se debe repetir la elección. Si se observan los resultados por regiones, el voto en blanco predominó donde la población indígena es baja. En Bogotá, Cundinamarca y Antioquia hay 52.000 votos en blanco y solo 20.000 por candidatos indígenas. Donde hay muchos indígenas el resultado es el opuesto: en Cauca y Nariño, los votos indígenas válidos son 26.000, y solo 5.000 en blanco. Donde casi no hay indios, como en Bolívar, Atlántico y Cesar, los votos en blanco son cinco veces más que los votos por candidatos.


Lo que muestra el análisis es un error masivo, no cometido por los votantes indígenas (quienes, presumiblemente, sabían cómo votar para su circunscripción): más o menos la tercera parte de los ciudadanos ‘blancos’ que estaban a favor del voto en blanco marcaron el tarjetón donde no correspondía. Es decir, no marcaron su voto en blanco en la circunscripción nacional de Senado, sino en el espacio reservado para la circunscripción indígena. Parece haber aquí un problema de diseño del tarjetón: el voto en blanco para Senado estaba en la parte de arriba, en la parte A del tarjetón, en un recuadro que fácilmente se confundía con un partido más; en tanto que el voto en blanco de la circunscripción indígena aparecía claramente diferenciado abajo, en la parte B. Esto pudo inducir a error a miles de votantes.


Es grave que, por una ley confusa y un error de personas que no pretendían votar en esa circunscripción, el mandato constitucional que atribuyó dos curules a las comunidades indígenas pueda quedar sin cumplimiento. Repetir la elección es absurdo: todos los colombianos, incluidos los 10 millones que eligieron ya a sus senadores, podrán votar de nuevo –una doble votación que sería, sin duda, un delito, aunque indetectable–. Los nuevos senadores serían elegidos con altísimas votaciones, pues todos los partidos, entre ellos los uribistas, que seguramente se quedarán con las dos curules, tendrán sus candidatos. Y así, después de que los ciudadanos ‘blancos’ despojaron involuntariamente a los indígenas de sus curules, se encargarán de elegir a esos dos senadores, ahogando en millones de votos la voluntad indígena. Con el agravante de que, por ley, los candidatos que ya recibieron el voto indígena mayoritario no podrán presentarse.


Ojalá el Consejo Electoral, la Registraduría o las cortes arreglen este entuerto, anulando los votos en blanco y no permitiendo que un error de diseño despoje a los indígenas de su derecho. Repetir la elección, de hecho robaría a los indios su derecho a tener sus representantes, al permitir que esos dos senadores sean escogidos por los ‘blancos’, que ya eligieron los suyos.

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