La masacre de Bojayá ocurrida el 2 de mayo de 2002, cobró la vida de 119 personas y produjo heridas a 114, entre ellos más de 40 niños que cayeron en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuando miembros de ese grupo, en medio de combates contra paramilitares, lanzaron un artefacto explosivo que cayó en una iglesia repleta de gente en la localidad de Bellavista.

Los guerrilleros dispararon numerosos cilindros-bomba contra esta iglesia, la cual el sacerdote de Bojayá había definido como el lugar de encuentro de los pobladores en caso de una incursión de grupos armados, provocando la tragedia. Esta masacre ocurrida en el noroeste de Colombia ha sido uno de los peores golpes contra los derechos humanos de la población civil en las pasadas dos décadas.

Humberto Vélez Ramírez, escribió para la edición No 65 de Atisbos Analíticos, una crónica llamada “Bojayá como histórica perversidad bélica”, que relata con detalle el escalofriante día de la masacre. Vélez Ramírez es profesor del Programa de Estudios políticos, IEP, Universidad Valle ; miembro de REDUNIPAZ, Red de Universidades por la Paz y la Convivencia; Presidente de ECOPAIS, Fundación Estado Comunidad País.

“(…) Los actores del conflicto continúan, unos exacerbando la guerra, otros realizando acciones militares de doloroso impacto sobre los civiles y unos terceros usando todas las formas de lucha aún dentro de la institucionalidad. Que la lectura de este CRONICA ETNOBÉLICA, que constituye un acápite de un texto borrador, sea una ocasión de meditación, así como un momento de decisión para contribuir a construirle a esta guerra una salida social y democrática” (nota introductoria de la crónica).

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