Para quienes quieran conocer una reflexión desde el punto de vista filosófico sobre el contacto entre las culturas, los procesos de reconocimiento y comunicación, les interesará leer la ponencia, “Ética, conflicto e interculturalidad”, del chileno Ricardo Salas Astraín, recientemente publicada en la página www.interculturalidad.org

EL documento se inicia con una descripción de lo que el lector encontrará más adelante, “El título de esta ponencia alude a tres categorías centrales que buscamos presentar en esta Mesa: ellas son las nociones básicas de lo que denominamos en una reciente publicación el programa de una “Ética intercultural”. Ésta es una propuesta filosófica que esboza teóricamente un modo de comprender los registros discursivos que condensan las formas de reflexividad acerca de los valores y normas en las culturas. Esto implicaría profundizar las problemáticas teóricas del contacto entre culturas, por ejemplo la interacción y asimetrías entre las culturas, la inconmensurabilidad de las culturas, la comprensión y el respeto a los otros, y muy especialmente la explicitación de los valores y normas que están en juego en el diálogo intercultural; estas temáticas no las desarrollaremos aquí, sino que nos quedaremos en el núcleo del problema”.

Ricardo Salas Astraín, es Profesor de Filosofía y Doctor en Filosofía por la Universidad de Lovaina con la tesis “Lenguaje, Hermenéutica y Símbolo Religioso. Actualmente es profesor titular del Departamento de Humanidades del Universidad Católica Silva Henríquez (Chile), profesor asociado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Chile e investigador principal de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Chile (CONICYT). Es responsable además del Programa de Estudios Intercultural del CERC-Universidad Alberto Hurtado. Ha escrito decenas de artículos en revistas nacionales e internacionales acerca del modelo hermenéutico-pragmático para responder a los problemas interculturales en el plano de la racionalidad práctica, en especial en ética y política. Entre sus principales libros se cuentan: Lo Sagrado y lo Humano, 1996 y Ética Intercultural, 2003.

Conociendo entonces la gran trayectoria y experiencia de este escritor, los invitamos de nuevo a leer su ponencia, en donde él mismo concluye: “La ética intercultural no remite tanto a un procedimiento racional para establecer la comunicación de interlocutores simétrico, sino de establecer las bases conceptuales mínimas para asumir la diversidad de razones que se enfrentan en una “disputa de reconocimientos”. Una ética discursiva reconoce que las voces a-simétricas no pueden reconocerse nunca de un modo absoluto. (…) En este terreno, es preciso que la ética discursiva demuestre que no sólo en el contacto con las otras culturas sino al interior de la propia configuración cultural nos encontramos con la figura del disenso y la posibilidad de superarlo”.

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