El pasado viernes 23 de junio, finalizó el castigo de 72 horas que la comunidad indÃgena Embera de Risaralda, le impuso a una niña de 14 años, después de que se enteraran que la adolescente estaba sosteniendo una relación amorosa con un patrullero de la policÃa. La comunidad indÃgena embera, ya denunció ante el comando de policÃa al uniformado que estuvo con la niña, puesto que ella es una menor de edad.
El castigo que fue implantado por los lÃderes de la comunidad, y consistió en mantener el pie izquierdo de la jovencita en un cepo, duró 3 dÃas. El cepo es un instrumento hecho con dos maderos que, unidos, dejan unos agujeros para sujetar a los reos.
A este suceso no se han hecho esperar las crÃticas de organismos nacionales e internacionales, que denuncian que esta acción fue claramente una violación a los derechos de los niños. Francisco Santos Calderón, Vicepresidente de la República, afirmó en sus declaraciones que la autonomÃa de los indÃgenas no está por encima de la Constitución, y que esta fue una acción degradante. Por su parte Noberto Liwski, miembro del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, manifestó que estas acciones contra la niñez son intolerables.
Se pronuncian lÃderes indÃgenas
En cuanto a estas crÃticas hechas a la comunidad, Francisco Nacavera, presidente de la Asociación Solidaridad IndÃgena para desplazados de Pereira, afirmó: “Nosotros no estamos sobrepasando la Constitución PolÃtica de Colombia. El cepo es una herramienta para educar a nuestros hijos; los aconsejamos y los orientamos mientras están siendo castigados, les damos descanso y están bajo techo cuando esto sucede. Nuestra cultura es diferente a la occidental y por ello pueden ver esto como una barbarieâ€.
Edith Bastidas, lÃder indÃgena del pueblo de los pastos del departamento de Nariño y abogada de la Universidad Nacional de Colombia, aseguró que ante hechos tan complejos, no debe mirarse desde una sola perspectiva, ni deben enfrentarse los dos derechos, sino que por el contrario debe analizarse la situación desde las dos perspectivas para llegar al fondo del asunto. La indÃgena también enfatizó que la justicia ordinaria tiene el deber de investigar el asunto.
“Este es un caso especial, porque para las comunidades indÃgenas lo sucedido implica muchas más cosas de las que aparentemente se ven. Primero debe entenderse que ellos son una comunidad indÃgena desplazada por una situación de orden público, lo que hace más compleja la relación entre la niña y el policÃa. Esta situación entonces no se concentra en una relación amorosa común y corriente, para los indÃgenas también se ven involucrados la protección de sus valores, por eso se deben analizar todas las consideracionesâ€, aseguró Bastidas.
Ezequiel Vitonas Tálaga, representante legal de la Asociación de Cabildos IndÃgenas del Norte del Cauca (ACIN), reiteró lo pronunciado por Edith Bastidas enfatizando que debe ahondarse más en las razones culturales y no mirar sólo la superficialidad, “Se debe dejar claro que el hecho no esta ligado solamente a la relación amorosa como lo han dicho los medios de comunicación, o que en las comunidades indÃgenas esta prohibido unirse a otra etnia, eso no es cierto. En este caso también se involucra la protección a la vida, si tenemos en cuenta que los casos que se han presentado de VIH, se deben a las relaciones de nuestras adolescentes con militares o policÃas, incluso se han presentado casos de drogadicciónâ€.
Vitonás Tálagas, también recalcó que aunque es cierto que en la justicia indÃgena pueden presentarse falencias, el gobierno nunca se ha preocupado por capacitar a los pueblos indÃgenas. “También es claro que en este momento todos hacen sus crÃticas, pero las comunidades indÃgenas han solicitado por parte del gobierno en varias ocasiones su apoyo en cuanto a educación en todos los ámbitos, incluyendo el de las leyes. Finalmente para este caso especÃfico, creo que se debe buscar una sintonÃa entre las dos leyes y llegar a un consensoâ€.
Controlar este tipo de relaciones entre las adolescentes indÃgenas y uniformados, es bastante complejo, porque la mayorÃa de estas comunidades se encuentran ubicadas en sitios boscosos, o de conflicto entre guerrilla y militares, por lo cual esta presencia, por lo general, no se puede evadir. La única protección con la que cuentan las poblaciones indÃgenas es el arraigo que se tiene a la familia; teniendo como principal eje de formación de valores a los consejos de los abuelos y de los padres, pero, como dice Vitonás Tálagas, “Al igual que en todas las familias, es posible que un niño se salga de controlâ€.