El arrinconamiento por parte del Estado que viene señalando y apodando a los pequeños mineros del Chocó de terroristas e ilegales, patrocinadores de grupos armados ilegales y generadores de desplazamiento, sumado a las maniobras que el Congreso viene tramitando para reformar el código de minas, en donde los pequeños entables mineros no tendrían derecho a trabajar, la no legalización por parte del gobierno central a los pequeños mineros, la incautación de maquinaria de minería, entre otros, llevó a que más de doscientas personas dedicadas a la actividad minera en el departamento del Chocó, se concentraran en la catedral San Francisco de Asís de Quibdó de donde salió la marcha de protesta en contra de políticas estatales que perjudican la única actividad económica que les permite trabajar la tierra y generar empleo a familias enteras en donde la presencia del estado es totalmente nula.
La marcha se realizó el pasado miércoles 27 de mayo y estuvo acompañada por representantes de los Consejos Comunitarios de los diferentes lugares en donde esta actividad les permite a sus habitantes tener un sustento diario. De cada rincón del departamento en donde están agremiados los mineros vinieron representantes para apoyar la protesta, con la que pretendían que el estado legalice, apoye, capacite y ayude económicamente la pequeña minería, que no autorice a las grandes multinacionales mineras para extraer el metal que en la mayoría de veces es descubierto por los pobladores que día a día buscan en la tierra con qué sostener a sus familias y mejorar su calidad de vida.
La llegada de grandes multinacionales al departamento del Chocó, históricamente reconocido por la producción de metales como el oro y el platino, según lo expresado por participantes en la protesta, dejaría sin trabajo a muchos barequeros que serían rechazados para permitir las labores de las multinacionales.
En el departamento del Chocó, que es uno de los más olvidados por el estado y donde sus habitantes tienen necesidades básicas insatisfechas, no hay calidad de vida y la tasa de desempleo es alarmante, la minería ha sido desde sus comienzos una forma de mitigar el abandono estatal pues ha permitido que muchas familias diariamente tengan para comer, educar a sus hijos, brindarles salud, posibilidades de una vida mejor, aunque esto implique morir a causa de un derrumbe, una inundación o la incursión de grupos al margen de la ley.
Las regalías al departamento entran gracias al trabajo de hombres y mujeres que diariamente, desde muy tempranas horas de la mañana se van a buscar el preciado metal, exponiéndose no sólo a regresar con las manos vacías, también sus vidas, generando para sus familias lo que el Estado colombiano se olvidó de hacer llegar, una mejor calidad de vida.