El pasado 2 de junio de 2009 se llevó a cabo en el casco urbano del municipio Caloto en Cauca, una reunión de seguimiento al programa de acompañamiento a reclusos indígenas. Las autoridades tradicionales Nasa discutieron junto a el director regional occidental del INPEC, Alberto Arturo Romo Vitery, el director del establecimiento penitenciario y carcelario de Caloto, Ramón Moya Salgado y los alcaldes de los municipios de Corinto y Caloto, Gilberto Muñoz y Edgar Guasá, los avances de esta iniciativa que lleva cerca de seis años ejecutándose .
Con el fin de avanzar en la consolidación del acompañamiento a reclusos a través del convenio ACIN-INPEC, las dos instituciones se comprometieron a velar por el cumplimiento de la propuesta.
La ACIN continuará con la misión de de asignar responsables dentro de la comunidad para que cumplan con las actividades el acompañamiento en los diferentes centros penitenciarios, en los diferentes procesos de los internos, además de brindar capacitación para el fortalecimiento de la cultura.
Por su parte, el Inpec es el responsable de coordinar con los responsables de cada centro penitenciario para establecer unos parámetros para el personal asignado por la ACIN, respetando las actividades de fortalecimiento de la cultura de los internos. Por ejemplo, permitir ingresar un guía espiritual (The Wala) cuando sea requerido, con sus respectivas plantas e insumos, para realizar la armonización de los internos y restablecer su equilibrio espiritual.
"Es un proceso de admirar, un trabajo de dedicación y compromiso que ha logrado incidir desde la parte jurídica indígena y desde la legalidad, con el propósito de hacer un acuerdo basado en los usos y costumbres indígenas en la perspectiva de lograr que cuando un interno salga de un establecimiento penitenciario y se reintegre a la vida de las comunidades, sea una persona de bien y pueda seguir aportando a la comunidad", señaló el alcalde de Corinto, Gilberto Muñoz, durante al reunión.
En el mismo sentido se expresó el director regional del Inpec, "con la firma del convenio que se ha venido trabajando desde tiempo atrás entre ACIN y el Inpec, hemos avanzado en un logro que traspasa las barreras de la indiferencia social. No debemos olvidar la pertenencia de la comunidad indígena a la Pacha Mama, la manera en que está ligada profundamente con la naturaleza."
En palabras del funcionario del Inpec, este programa ha logrado que al cumplir la condena moral y social establecida, a través de las capacitaciones, los jóvenes tengan la posibilidad de llegar a ser los nuevos líderes de las comunidades para que contribuyan al proceso con los frutos de la dedicación y el esfuerzo.
"El acompañamiento constante y apropiado, mientras se enseña sobre el estado de derecho y los límites y alcances del derecho de cada persona, de manera que los indígenas reclusos comprendan a través de la reflexión que cuando traspasamos mas allá de los derechos, se constituye el delito y que esa persona que ha incurrido en la ilegalidad, enfrenta situaciones difíciles como las de tener que dejar a su esposa y aislarse hasta el punto que no pueda ver crecer a los hijos. Este tipo de análisis y temas son expresiones del trabajo de acompañamiento que se hace con las personas indígenas que están en una cárcel", puntualizó Romo Viteri.
Igualmente, como autoridad del Inpec en la región invitó a continuar con el espacio y con el proceso que se ha venido desarrollando y propuso hablar con los internos sobre la situación en la que que están y en qué momento traspasaron los derechos y recoger esa experiencia vivida para plantear mecanismos de sensibilización. "Aunque no es la solución para dejar de incurrir en un delito, sí aportamos un granito de arena para la comprensión de esta realidad en el camino hacia una eventual solución", concluyó Romo Viteri.
Iniciativas como ésta, contribuyen a hacer realidad el mandato constitucional estipulado en el artículo séptimo que reconoce que Colombia es un país multiétnico y pluricultural. "El convenio ACIN-INPEC, es una herramienta útil y un ejemplo para otras culturas, debemos aprovechar lo aprendido con la experiencia acumulada del acompañamiento indígena a la población penitenciaria, y extenderlo a la población Afro", mencionó el alcalde Edgar Guasá de Caloto.
Apolinar Dicue Medina interno de la Cárcel de Caloto manifestó: "nosotros nos sentimos apoyados por la organización y la ACIN con el acompañamiento. Ahora más que nunca vemos que a pesar de que hemos cometido faltas recibimos el apoyo desde las autoridades. Esto nos da ánimo y nos ayuda a superarnos."
Trabajo del Equipo de Acompañamiento
Desde el 2002 se había venido gestando una propuesta para el acompañamiento a reclusos indígenas que se logra consolidar en el 2003 con los estudiantes de derecho propio y el programa jurídico de la ACIN.
Finalmente, en el 2004 se logra establecer un acercamiento entre las dos instituciones: ACIN-INPEC, dentro de un marco legal amplio, es decir, bajo la normatividad propia y bajo la justicia ordinaria, lo que permitiera ejercer la justicia desde los dos ámbitos, como instrumento que permita fomente finalmente la cultura dentro de los usos y costumbres indígenas.
La iniciativa de acompañamiento a reclusos indígenas en las cárceles de la región nace tanto a partir de algunos cabildos indígenas como también por la vivencia de algunos compañeros que viven en carne propia la vulneración de los derechos indígenas. El poco acompañamiento por parte de los cabildos ha llevado al aislamiento de las personas afectadas y a la consecuente pérdida gradual de su identidad cultural.
El primer convenio interinstitucional entre la ACIN y el INPEC, resultado de la gestión que se a realizó para la asignación de una patio para indígenas permitió fortalecer y afianzar el proceso de acompañamiento a los comuneros indígenas recluidos.
En el año 2004 fue presentada esta nueva iniciativa por parte de la "Escuela de Formación en Derecho Propio Cristóbal Secue", para que desde este espacio (patios para población carcelaria indígena) se brinde apoyos jurídicos enfocados desde el derecho propio y el derecho ordinario, con el propósito de hacer el acompañamiento por medio de visitas y gestiones jurídicas en las cárceles del Cauca y Valle del Cauca.
Como consecuencia de estas gestiones, se conformó un equipo de 20 Tejedores y Tejedoras que se encargaron del trabajo propuesto, el cual se viene realizando desde hace cuatro (4) años, tejiendo procesos de desarrollo humano y político organizativo con los comuneros privados de la libertad y simultáneamente estableciendo mecanismos de incidencia en el sistema de justicia externo desde el sistema de justicia indígena.
Son más de 4 años construyendo este camino con el propósito de mantener los vínculos familiares, comunitarios y de las autoridades con los comuneros indígenas recluidos, mediante el acompañamiento, capacitación y apoyo jurídico que buscan una adecuada rehabilitación y reintegración a la comunidad. Con base en la experiencia acumulada durante el desarrollo del proceso, se definieron cuatro ejes a partir de los cuales el equipo de acompañamiento desarrolla las actividades: Visitas y acompañamiento, Apoyo jurídico, Capacitaciones, Apoyo a trabajo artesanal.