Por: Olga Luz Restrepo
Es una política de Estado, dicen los líderes de la Organización Nacional Indígena. Hay negligencia en los organismos de control, señala funcionario público.
A pesar de que no existe en Colombia un Sistema de información sobre desplazamiento que permita un registro y estadísticas confiables sobre la magnitud del problema, se sabe que aproximadamente un 36% del total de desplazados corresponde a población afro Colombiana e indígena. Esta falta de información se ve agravada, además, por las características particulares que reviste el desplazamiento en estas comunidades. Al tener prácticas culturales diferentes, los miembros de estas comunidades asumen el desplazamiento de manera diferente haciendo que pase desapercibido y desatendido por los organismos de gobierno, que apenas empiezan a reflexionar sobre la necesidad de brindar mecanismos de protección a esta población. Un panorama de la situación de derechos humanos y desplazamiento en territorios indígenas, es realizado por el líder indígena Edilberto Imbachí para esta página y se presenta a continuación.
Colombia ha sido un país de permanente movilización, los hechos de violencia que a través de la historia han venido ocurriendo en nuestro país han modificado la economía, han creado y desaparecido poblaciones, han cambiado las costumbres de los pueblos: el desplazamiento ha sido permanente. Pero siempre las comunidades y los pueblos indígenas han mantenido el espíritu de unidad, tanto en el desplazamiento como en el retorno a sus territorios.
El panorama de los derechos humanos y el desplazamiento indígena
A nivel nacional hemos identificado que el desplazamiento indígena obedece a que los diferentes actores han desatado una ola de terror por la ocupación territorial. Los territorios indígenas en este momentos son el escenario de la confrontación porque en su interior existen grandes intereses, tanto para los actores internos como para los actores externos que han logrado intervenir en los asuntos internos del mismo Estado y han hecho que los pueblos indígenas lleven la peor parte del conflicto, que se desarrolla en este país.
¿Qué ha significado este conflicto para algunas comunidades del país?
Como caso concreto sobre el desplazamiento y la problemática resultante del desarrollo del conflicto tenemos el departamento del Putumayo. En el departamento del Putumayo las comunidades indígenas, hasta hace 15 años, eran más del 50% de la población total del departamento. Después de la bonanza de la marihuana, del petróleo y la coca, hoy solamente alcanzan a ser el 7.8 de la población total del departamento. Los pueblos indígenas han perdido mas del 80% de su territorio.
Nosotros responsabilizamos a la actividad petrolera, que fue la que abrió los caminos de los cultivos ilícitos, los caminos de los madereros, los caminos de la frontera misma con Ecuador y la y la vecina República del Perú. Encontramos casos semejantes en el departamento de Nariño, en el Amazonas, a pesar de que la violencia no se halla encontrado en la magnitud que encontramos en el Putumayo.
En el departamento del Chocó, frontera con Panamá, frontera con el Valle del Cauca, el eje cafetero y Antioquia encontramos la comunidad de los Embera, un pueblo bastante grande con un territorio bastante amplio y con algunas particularidades un poco parecidas a la de los pueblos indígenas del Amazonía, porque se encuentran en áreas de biodiversidad, de minería, de agua, y con dificultades un poco parecidas porque la presencia de los actores armados en la región es casi la misma que está afectando los pueblos indígenas de la Amazonía.
Cincuenta y cuatro pueblos indígenas que residen tanto en los llanos orientales como en la Amazonía han tenido que experimentar la fuerza de la guerra de alta intensidad en estos últimos cinco años. Los amazónicos nos contaban de la guerra de las caucherías y aún la historia sigue contando detalles de lo que fue ese conflicto. Pero lo que viene ahora, tanto para los indígenas de los llanos orientales como de la amazonía es mucho más fuerte, mucho mas grave, que el conflicto que vivieron en la época de la cauchería.
Hay algunas zonas del país que se acostumbraron a vivir con la violencia, caso de los pueblos pijaos en la zona centro, del pueblo indígena Páez en la zona del Valle del Cauca; la gente adoptó sus propios mecanismos de resistencia y sus propios mecanismos de control social y protección de sus comunidades.
En esa medida, lo que hemos encontrado después de hacer un análisis de los registros, de los informes a nivel nacional, es que en repetidas ocasiones los diferentes actores al margen de la ley, y los legalmente constituidos, hablo de la fuerza pública, han atentado contra la seguridad y tranquilidad de los pueblos indígenas en este país. Y hemos llegado a reconocer que por razón de repetirse una y otra vez las mimas acciones, en el caso del gobierno, la persecución y el exterminio de los pueblos indígenas es una política de Estado. Por repetirse las acciones de la insurgencia y el para militarismo, también hemos llegado a confirmar que es política de estos grupos al margen de la ley la persecución y el exterminio de los pueblos indígenas.
Por qué el exterminio, por qué la persecución? Porque somos un estorbo en los territorios que ellos quieren ocupar, somos un estorbo a los intereses que ellos tienen. Los pueblos indígenas, sin lugar a dudas, han sido perseguidos en su propia tierra, en su propia casa, y lo que nosotros aspiramos a partir del inicio de un proceso de paz es lograr abrir las puertas hacia nuevas posibilidades donde sean los mismos pueblos los que coloquen en la mesa el destino de su propio futuro
¿Cuál puede ser el aporte de las culturas indígenas a una mirada de estos procesos de vida y resistencia?
La cultura de los pueblos indígenas en todo este proceso de guerra que viven el pueblo Colombiano ha impactado positivamente para que otros sectores, tanto campesinos como de negritudes, adoptaran mecanismos y medidas para su auto protección. La cultura sin lugar a dudas ha sido como la puerta cerrada para que los actores armados puedan entrar a colocar sus condiciones. Hemos encontrados algunas experiencias, caso del departamento de Chocó, en la zona de Juradó, que todas las personas no indígenas salieron de la región, solamente las comunidades indígenas se quedaron resistiendo el fuego cruzado que se estaba dando en esas zonas del país, y fue tanta la arremetida paramilitar, de guerrilla y de fuerza publica que en un momento dado se vieron obligados a salir de su territorio. Pero salieron de una manera colectiva, ocuparon una escuela, ocuparon algún lugar de ese pueblo que había sido escenario de la confrontación en días anteriores, con la exigencia al Estado de que se les garantizara el retorno a sus territorios.
La cultura en otros pueblos ha significado también la posibilidad de mantenerse un poco intactos y libres de toda esta problemática, por situaciones tan sencillas como la comida, por decir algo, no fue posible que los grupos armados lograran compartir la comida de los indígenas amazónicos, no es tan fácil de un momento para otro entrar a comer fariña, a comer casabe, comer ají negro, o tomar caguana. Esta estrategia de resistencia parte de un principio cultural, el canto en la Sierra, el canto en los Coreguaje, canto y la historia de muchos pueblos aún los mantiene vivos y creemos que la cultura es una estrategia de resistencia que sigue hoy vigente, como siempre.
Han reconocido los actores que algunos pueblos tienen una resistencia social bastante fuerte, han reconocido que hay la necesidad de respetar los principios culturales de los pueblos, y si se respetan los principios culturales de esos pueblos, sencillamente se están respetando otro principio muy importante para la supervivencia de esos pueblos como es el territorio.
Colombia es un país reconocido multiétnico y pluricultural, en donde viven 84 pueblos indígenas diferentes. Estos 84 pueblos indígenas viven en casi todos los departamentos. Estos pueblos, el 93% de su población vive en el campo, Esos 84 pueblos indígenas equivalen al 2 % de la población total del país y viven en un área aproximada al 25 % del territorio nacional. En ese 25 % del territorio nacional, reconocido en calidad de resguardos a los pueblos indígenas, Colombia posee una cantidad de recursos tanto minerales como vegetales y animales, y de gran biodiversidad. En ese orden de ideas, ubicándonos en el tema del conflicto interno Colombiano, los territorios indígenas son áreas donde existen muchas cosas, muchos recursos y donde los ojos de los pueblos indígenas no han sido colocados con el mismo interés que los están colocando tanto los actores armados como el gobierno y la comunidad internacional. Por esa razón, los territorios indígenas se han convertido en el escenario de la más alta confrontación.
Hasta hace unos tiempos, una de las estrategias de los pueblos indígenas en la historia era que tan pronto se sentían presionados por el enemigo se trasladaban a otro territorio para proteger a su comunidad. Hoy esa estrategia no es posible aplicarla, no es posible trasladarnos a otro lugar porque en ese lugar donde nos traslademos también están los actores. Esa estrategia de resistencia ha ido poco a poco perdiendo vigencia. Por esa razón hoy es más difícil encontrar las medidas para poder sobrevivir, para poder decirle a la familia que en el futuro podemos garantizar un territorio donde puedan desarrollar su cultura y su cosmovisión.
El territorio cada día es más estrecho. A pesar de que se observa que es bastante grande el área que se ha dedicado a los pueblos indígenas, 115 mil indígenas en Colombia no tiene tierra, 115 mil indígenas en Colombia no tiene territorio y 115 mil indígenas en Colombia son un pueblo condenado a desaparecer en términos culturales, en términos de un desarrollo propio y del ejercicio de su propio gobierno. La autonomía no es posible para los pueblos indígenas si no contamos con un elemento tan importante como es el territorio.
¿Qué diferencia a un desplazado indígena de otros desplazados, por ejemplo, urbanos o campesinos?
La diferencia que existe entre el desplazamiento indígena y el no indígena, básicamente radica en lo colectivo, en unos términos de unidad. También difiere en que siempre se prende de sus organizaciones, por lo general un desplazado que sale de su territorio, que sale de su región, es porque se ha llegado por lo general a unos acuerdos internos tanto en la familia como en su organización para salir.
La otra diferencia que existe también es que el desplazado indígena por lo general no acude a las instituciones encargadas de solucionar el problema. Uno alcanza a ver al desplazado indígena mas bien un poco conectado con su región, o haciendo algo que sabe, hemos visto a los indios coreguaje desplazados con sus artesanías, a los indios embera que también salen con sus artesanías e incluso algunos no quieren llamarse desplazados, no han querido llamarse desplazados porque aunque la verdad es que el desplazado ha sido prácticamente rechazados por la sociedad, desconocido como persona y como colombiano y lógicamente sufren un doble desplazamiento: desplazamiento por la violencia y el desplazamiento por el rechazo de la sociedad donde llega.
En algunos departamentos encontramos un desplazamiento muy especial. Hay unos acuerdos internos entre las comunidades y las organizaciones para que determinadas personas pasen a otra comunidad a desarrollar algunas labores, ni siquiera se les llama desplazados, tienen algún problema y entonces a cambio de su seguridad consiguen un trabajo especial en otra comunidad que corresponda al mismo pueblo. Hay otro desplazamiento que se esta dando a nivel de municipios y de departamentos, hemos encontrado compañeros en la amazonía que son de los llanos orientales y ahí se rompe un poco el principio de que pertenezca a su pueblo. Y también hemos encontrado que se está dando en silencio, en silencio ante las instituciones del Estado y del gobierno, pero es de pleno conocimiento de sus autoridades tradicionales tanto familiares como locales.
¿Cuál es la respuesta del Estado frente a esta situación. Esta garantizando y protegiendo los derechos de los pueblos indígenas?
Hemos encontrado grandes vacíos en la ley 1387 que habla de la atención a los desplazados o a las víctimas de la violencia porque no cabemos ahí en esa ley: 1) Porque no fue consultada ni concertada con los pueblos para colocar dentro de la norma este tipo de particularidades. Encontramos en la ley 1387 la imposibilidad de que los pueblos indígenas puedan acceder a estas garantías debido a que la gente no está acostumbrada a los trámites, los pueblos indígenas no es posible que se sometan a esos términos, más bien las familias tratan de desenvolverse por su propia cuenta y por esa razón no acuden a las instituciones.
Al Estado se le ha planteado. En 1996 los pueblos indígenas resolvieron por la vía de los hechos decirle al gobierno nosotros necesitamos una atención diferente en este tema y para hacerse escuchar del gobierno se dio la toma de la Conferencia Episcopal de Colombia; allí nace el Decreto 1396 de agosto 8 de 1996, que pretende ese tratamiento especial a los pueblos indígenas en el tema de los derechos humanos.
El decreto ordena la creación del Programa Especial de Atención de las Víctimas de la Violencia. La verdad es que si las normas están, no existe la voluntad política para llevarlas a cabo, seguimos insistiendo, seguimos diciéndole al gobierno que la situación de los pueblos indígenas en este conflicto es grave y la verdad es que el gobierno dice hay la necesidad de convocar a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la cual ha sido convocada en múltiples ocasiones, pero las mismas veces se ha aplazado. Por esa razón nosotros creemos de que no es un problema ya de norma, nos da la impresión de que el gobierno debe asumir con mucho respeto, por una parte, pero también con absoluta responsabilidad el tema de los derechos humanos de los pueblos indígenas de este país.