El paro que restringe el movimiento de automotores entre la ciudad de Quibdó y Pereira, ha generado en dos semanas el desabastecimiento de alimentos y víveres en los municipios de Quibdó, Itsmina, Tadó y Condoto. A los hechos se suma el asesinato de dos líderes comunitarios en Bocas de Apartadó por parte de las FARC EP, quienes fueron acusados de ser auxiliadores de las AUC

 

Se cumplen más de dos semanas de haberse declarado el paro armado de las FARC-EP en el departamento del Chocó, y de haber bloqueado la vía que conduce de la ciudad de Quibdó, a la ciudad de Pereira, en el departamento de Risaralda.

 

El objetivo se ha cumplido, causar el caos vial, incomunicar económica y socialmente a la comunidad, y el problema más grave que se ha generado a raíz de lo sucedido es el desabastecimiento alimenticio de la población de Quibdó, Itsmina, Tadó, Condoto y más, por el nulo intercambio comercial entre los dos departamentos y el resto del país. Según los transportadores, muchos han tenido que dar la vuelta completa para poder tomar la vía Medellín-Quibdó y llegar con las mercancías y alimentos.

 

Los retenes en la vía son constantes, nada se mueve sin la venia de las FARC-EP, en la zona además operan el Ejército Revolucionario Guevarísta (ERG) y el ELN, la comunidad denuncia que ni Ejército Nacional ni la Policía se han hecho presentes en la zona, “ellos están tranquilos en sus cuarteles y batallones esperando a que todo pase” le dijeron a Actualidad Étnica los dirigentes comunitarios.

 

Igualmente denunciaron que el pasado fin de semana las FARC-EP llegaron al municipio de Bocas de Apartadó con el fin de ajusticiar a 6 líderes afro colombianos del Consejo Comunitario de Villacontó, a quienes acusaron de ser auxiliadores de las AUC. Al no encontrar a todos, asesinaron a dos de los líderes acusados. El domingo, en el sepelio, llegaron las AUC y prohibieron cualquier comunicación telefónica, aseguran las organizaciones.

 

Conflicto generalizado

 

Mientras tanto, la organización afro colombiana OPACA, denunció una serie de hechos violentos que han sucedido en menos de dos meses en el departamento del Chocó. El municipio de Bagadó fue protagonista de dos tomas armadas por parte de las FARC-EP, las que produjeron un desplazamiento masivo de casi la totalidad de los habitantes, hecho al que hay que sumarle la muerte de un civil en el corregimiento de San Mariano, otro en la vereda de San José y el asesinato en el municipio de Lloró, de un líder de la organización en presencia de la comunidad de las Hamacas. El 30 de septiembre las AUC entraron en Bagadó y dieron muerte a un civil y amenazaron a los habitantes, luego montaron un retén en el municipio de Andagueda, dificultando la movilización de las personas y los vehículos. Por su parte, el Ejército nacional controla y restringe, en estos municipios, el trasporte de mercados. No hay que olvidar que desde el pasado 18 de octubre se desplazaron más de 1700 personas a la ciudad de Quibdó debido a los fuertes combates en entre grupos armados ilegales y la Armada Nacional, en la región de Munguidó, Lloró y Santa Cecilia. En el municipio de Lloró, las AUC asesinaron en presencia de la comunidad de las Hamacas, a un líder comunitario.

 

Es necesario que el Estado aplique medidas de control e intensifique la presencia de la Fuerza Pública en el departamento del Chocó, pero que ésta cumpla con su labor constitucional de proteger y salvaguardar a la población civil y a los grupos étnicos, y no que se encubra en la población o la deje sola en medio del conflicto armado sin cuartel que vive el país.

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